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Una tragedia que señala a la OTAN: El 28 de septiembre de 1994, una extraña explosión hundió el ferry MS Estonia, murieron 852 personas

Una tragedia que señala a la OTAN: El 28 de septiembre de 1994, una extraña explosión hundió el ferry MS Estonia, murieron 852 personas

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
viernes 06 de octubre de 2023, 21:00h
El año pasado se reveló que el ejército sueco utilizó el ferry para transportar armas, lo cual coincide con los resultados de la inspección que el investigador estadounidense, Gregg Bemis, y su equipo realizaron en los restos del Estonia, donde recuperaron fragmentos de metal de la nave que, en pruebas de laboratorio, mostraron evidencias de que había tenido lugar una explosión.
Además en 2020, investigadores suecos hicieron una inmersión y lograron ver agujeros en el casco de más de 4 metros, lo cual señalaba que hubo una explosión, algo que desmiente la versión oficial.
También decir que en el momento del hundimiento, la OTAN estaba haciendo ejercicios navales llamados "Cooperative Venture 94" en el Mar de Noruega... pero ninguno de los barcos de la OTAN en la zona respondió a las llamadas de socorro ni ayudó en las labores de rescate.
La OTAN fue acusada de encubrir el peor naufragio civil de la historia de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
El buque MS Estonia, un ferry-crucero internacional de pasajeros y automóviles, aquella noche debía cruzar la ruta de Tallin a Estocolmo, cuando cerca de las Islas Aland, de repente algo iba mal.
Poco después de la 1:00 horas de la madrugad del 28 de septiembre de 1994, en el buque se escuchó un fuerte estallido, los pasajeros sobresaltados habían escuchado una gran explosión en el fuselaje, tal fue el ruido, que muchos de ellos incluso avisaron a la tripulación de que el barco había chocado contra algo.
La tripulación tranquilizó a los pasajeros y les dijo que no había ningún tipo de daño en el casco del barco... apenas decenas minutos más tarde, el barco empezaba a hundirse sobre el mar Báltico.
El navío se escoró 40 grados a estribor aproximadamente, lo cual hizo imposible moverse dentro del barco y convirtió al interior del buque en una trampa mortal, los pocos supervivientes fueron los que consiguieron llegar a cubierta.
A las 1:55 de la madrugada, el MS Estonia definitivamente se hunde en el mar Báltico, dejando una escalofriante cifra de 852 muertos y 137 supervivientes, solo 92 cadáveres se pudieron rescatar, todos los demás aun continúan en el fondo del mar junto al ferry.
Según la versión oficial, el MS Estonia se hundió debido al colapso de la rampa de vehículos que el navío tenia proa, la cual se separó del resto del navío por el impacto de las olas.
Pero esto hubiese fácilmente subsanable por la tripulación, el buque podría haber navegado en reversa y haber evitado el hundimiento hasta llegar a tierra.
Casualmente, en el único sitio donde no había cámaras de seguridad ni alarmas era en esa rampa, aunque si se grabó como el agua inundaba la cubierta de automóviles.
Debido a las innumerables declaraciones de supervivientes diciendo que habían escuchado una explosión, como por ejemplo el ingeniero Mikael Oun, se empezaron a abrir investigaciones independientes.
Todas ellas apuntaron al mismo resultado, aquella noche hubo una explosión en el casco del MS Estonia.
Se hicieron todo tipo de incursiones al fondo del mar Báltico para investigar el hundimiento, se descubrieron grandes agujeros de 4 metros en el casco y además se analizaron los restos de metal del navío, encontrándose evidencias de haber habido una explosión.
Las aduanas suecas en 2004, admitieron que el MS Estonia transportaba armas y vehículos militares, un tráfico de armamento vinculado al Mi6 y a la OTAN.
Las fuerzas fronterizas suecas admitieron que hubo tráfico de armas dentro del MS Estonia, al menos el 14 y el 20 de septiembre de 1994, apenas unos días antes del naufragio.
Diez años después del hundimiento, en 2004, surgió otro testimonio, Lennart Henriksson, ex funcionario de aduanas sueco, que reveló en una entrevista con la cadena de televisión sueca SVT 1 que poco antes del hundimiento del MS Estonia, llegaron a Suecia dos cajas con equipo militar secreto procedentes de Estonia.
Henriksson afirmó que el 13 de septiembre de 1994, un par de semanas antes de que el MS Estonia se hundiera, él y su superior inmediato fueron citados por el director de aduanas, quien les dijo: "un vehículo que no debía ser registrado estaba a punto de llegar a bordo".
El coche en cuestión, un Volvo 745, llegó a bordo del MS Estonia en Estocolmo el 14 de septiembre de 1994 y Henriksson abrió algunas cajas y vio que contenían electrónica militar.
El 20 de septiembre de 1994, volvió a ocurrir lo mismo en las aduanas según Henriksson, llegó una furgoneta, que tampoco los agentes de aduanas pudieron controlar.
Henriksson, sin embargo, por pura curiosidad, volvió a rebuscar en algunas cajas y encontró el mismo equipamiento que en el Volvo de una semana antes.
Y es que esta teoría del bueno de Lennart Henriksson, funcionario de aduanas de Suecia que afirmó haber visto material militar en el MS Estonia, cobra aun más fuerza con la investigación del programa estonio "Pealtnägija".
En 2019, el programa de televisión de investigación estonio llamado "Pealtnägija", consiguió hacerse con un documento oficial que demostraba que un mes después del desastre, el 28 de octubre de 1994, el entonces presidente estonio Lennart Meri dio instrucciones al director del Servicio de Seguridad Interior del país, Jüri Pihl, para investigar secretamente si en la fatídica noche había algún vehículo no matriculado a bordo.
El presidente estonio Meri pidió a Pihl que tratara la investigación como una “orden confidencial que atañe a la seguridad nacional” y le ordenó entregar la información personalmente.
La respuesta de Pihl, fechada el 2 de noviembre de 1994, revela serias discrepancias entre los datos de la aduana estonia, los guardias fronterizos y la compañía naviera Estline que operaba el MS Estonia.
Según los guardias fronterizos, la noche en que se hundió el ferry subieron a bordo 61 coches, pero según la aduana y la compañía naviera, eran 75 coches... y según el propio análisis del Pihl, podría haber hasta 83 vehículos a bordo.
En la misma carta al presidente, Pihl confirma estos vehículos sin registrar, afirmando que, según sus informaciones, "un camión del ferry llevaba alrededor de seis toneladas de cobalto, que no habían sido declarados en la aduana".
Según el investigador británico Stephen Davis, el MS Estonia aquel día llevaba una carga de equipo militar sensible confiscado a Rusia, enviada de forma clandestina por el MI6 británico, a encargo de la OTAN, para supervisar el desarrollo del arsenal ruso.
Esto explicaría la firma de Gran Bretaña en el Acuerdo de Estonia, un acuerdo fue firmado por Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia, Dinamarca, Rusia y, curiosamente, Gran Bretaña, que no tiene ninguna conexión obvia con el Báltico, que declaraba la zona del desastre como "inviolable" y se prohibía cualquier tipo de investigación futura al buque y en la zona del desastre.
Y es que, al principio, el gobierno sueco prometió recuperar los restos del naufragio y no escatimar costes para encontrar la causa del desastre. Pero luego cambió de opinión y rechazó todas las súplicas de los afligidos familiares de sacar el Estonia a la superficie, a pesar de que se encontraba en aguas poco profundas.
Pero va más allá Stephen Davis y cita a su fuente, un oficial retirado del MI6, que le dijo que el hundimiento del Estonia no fue un accidente y que Gran Bretaña y las naciones bálticas tenían buenas razones para querer enterrar los restos del naufragio. Según este oficial del Mi6, el país de Estonia había sido utilizado, dijo, "como punto de tránsito para sacar tecnología militar sensible de Rusia y enviarla a transbordadores que se dirigían al oeste", sus fronteras relajadas y su proximidad a las bases militares rusas lo hacían ideal para la tarea.
Uno de esos envíos de contrabando que según este agente del Mi6 se hacía en el MS Estonia, eran sistemas electrónicos de guía para misiles, que se encontraba en el MS Estonia cuando se hundió. El MI6 y la OTAN habían estado involucrados en la operación de contrabando en el barco.
A pesar de la desintegración de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría, Occidente todavía vigilaba de cerca la capacidad militar rusa, en particular su tecnología de misiles, con posibilidad nuclear incluida.
Esta declaración coincide plenamente con las afirmaciones del funcionario de aduanas suecos que denunció haber visto material militar electrónico.
Aquí el articulo completo de Stephen Davis, eliminado "casualmente" de su fuente original.
Otro de los grandes investigadores fue el estadounidense Gregg Bemis, un capitalista y ex candidato al Congreso por el Partido Republicano, poco dudoso de ser enemigo de la OTAN.
Su interés por el MS Estonia comenzó en agosto de 2000, después de que los familiares de las víctimas le pidieran que investigara, entonces Bemis dirigió una inmersión hasta los restos del naufragio.
Desde el minuto 1, Bemis fue acosado por la marina sueca, que obligó a Bemis a zarpar desde Alemania, en lugar de hacerlo más cerca de Suecia o Finlandia, los suecos también enviaron lanchas rápidas militares para rodear su barco, mientras los oficiales de la guardia costera abordaban y exigían una lista de la tripulación.
Pero los buzos de Bemis siguieron adelante y encontraron un agujero en el casco, cortaron piezas de metal del buque y las llevaron a analizar.
Las pruebas realizadas en laboratorios de Estados Unidos y Alemania mostraron signos inequívocos de una explosión en el casco del ferry.
"Los resultados muestran cambios en el metal similares a los observados con una alta velocidad de detonación", concluyó el informe.
En 2020, un equipo dirigido por el periodista sueco Henrik Evertsson (que fue multado en 2022 por esta investigación), utilizó robots submarinos operados a distancia y buzos para investigar el MS Estonia.
Las imágenes de Evertsson revelaron un agujero de cuatro metros de alto y 1,2 metros de ancho en el casco del ferry, en el lado de estribor, que hasta ese momento nunca había sido mencionado ni documentado en los informes oficiales.
Pero no solo las investigaciones del ferry en sí son siniestras, también "desaparecieron" supervivientes de la tripulación de un día a otro.
Según el periodista sueco Sven Anér, hasta nueve miembros de la tripulación que sobrevivieron al naufragio, desaparecieron sin dejar rastro en los días, semanas, meses y años siguientes.
Según la teoría de Anér, es que los llevaron en un avión al aeropuerto de Arlanda, cerca de Estocolmo, y luego los trasladaron a Estados Unidos en un jet privado para darles una nueva identidad, como una forma conveniente de eliminar a los testigos de la explosión.
Tras el hundimiento se informó que uno de los capitanes del ferry, Avo Piht, había sobrevivido... sin embargo, las imágenes de la televisión de su entrevista en un hospital de Finlandia, parecen haber sido confiscadas por los servicios de inteligencia.
Un piloto sueco confirmó que rescató a Piht pero misteriosamente luego fue eliminado de la lista de supervivientes y el 7 de octubre de 1994, la Interpol emitió una orden de búsqueda... pero Piht parece haber desaparecido de la faz de la tierra.
También desaparecieron el ingeniero jefe Lembit Leiger y las dos gemelas Hannely y Hanka-Hannika Veide, supervivientes del desastre que iban a bordo del ferry aquel día.
Todo lo que rodea al MS Estonia es un siniestro misterio.
Para rematar, justo el día del hundimiento del MS Estonia, el 28 de septiembre de 1994, la OTAN empezaba ejercicios navales en el mar Báltico con más de 15 barcos militares, entre ellos de búsqueda y salvamento.
Sin embargo, no acudieron a auxiliar al MS Estonia en ningún momento, ni uno de los barcos de la OTAN en la zona respondió a las llamadas de socorro ni ayudó en las labores de rescate.
Como resultado, un tercio de los que inicialmente escaparon murieron de hipotermia y menos de la mitad de los que lograron abandonar el barco fueron rescatados.

En resumen, según los testigos, la OTAN y Reino Unido, usando a sus estados títeres de Estonia y Suecia, contrabandeaba material militar ruso robado en el MS Estonia.
Y hasta los investigadores de Meyer Werft, el propio astillero alemán que construyó el ferry MS Estonia, plantearon la posibilidad de una explosión externa en el barco aquella noche.
Además de portar armas militares, también hubo quien dijo que el barco era utilizado clandestinamente por la OTAN para misiones de "ejercicios antiterroristas" y "seguridad" del mar Báltico, incluido un día antes del desastre.
¿Qué ocurrió? ¿Un simple accidente de unas soldaduras de la puerta de proa? ¿O una carga de armamento demasiado sensible en el departamento de almacenaje del ferry, que se le fue de las manos a la OTAN?
Probablemente nunca lo sabremos con certeza.