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Servicios secretos y sectas destructivas

Por Victoria
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martes 26 de marzo de 2019, 21:00h

altLas sectas destructivas son un problema que va creciendo en la sociedad a medida que aumentan su poder, pero ¿por qué no se ponen los medios para solucionar el problema?

Ramón Martínez

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Ramón Martínez

Las sectas destructivas son un problema que va creciendo en la sociedad a medida que aumentan su poder, pero ¿por qué no se ponen los medios para solucionar el problema?

El problema de las sectas destructivas es mucho más grave de lo que mucha gente puede imaginar. Pero a pesar de las indeseables consecuencias que conlleva que miembros de estas sectas ocupen cargos relevantes en el Estado, apenas se habla en los medios sobre esta amenaza.

En España el Opus Dei representa, al igual que en otros muchos países hispanohablantes, un ejemplo de como se saquea un país sistemáticamente por medio de sus socios, los cuales ocupan los puestos claves del Estado. A pesar de ser público que todo el dinero del Opus Dei es dinero negro, no solo no se persigue a esta secta sino que se le da protección. Lo que no es tan conocido, es que existe relación entre el Opus Dei y los servicios secretos de EEUU, como se manifiesta en los golpes de Estado en hispanoamérica y en su peso en el mundo occidental. Pero el Opus Dei no es la única secta que guarda relación con la CIA.

El autor A.L. Moyano afirma sobre el Hare Krisna en su obra: Sectas. La amenaza en la sombra, lo siguiente:

“la secta no hubiera logrado fraguarse sin la colaboración de Allen Ginsberg, uno de los principales apóstoles del movimiento psicodélico, que fue quién facilitó todos los medios materiales para su desarrollo. Timothy Leary, a quién se señala como colaboardor de la CIA en su experimentación con LSD para controlar la conducta, también aparece vinculado como impulsor de los Hare Krisna. Se convertiría en el anfitrión que introduciría oficialmente a la secta en San Francisco.”

Esta información desvela que la CIA lleva buscando desde al menos los años 50 del siglo XX, mediante por ejemplo el proyecto MK-Ultra, un control absoluto de la voluntad humana y si se tiene en cuenta, como se ha documentado en muchas ocasiones, que los servicios secretos de las grandes potencias se han financiado mediante el narcotráfico, tráfico de armas, etc. se podría  asegurar que ciertos servicios secretos actúan como organizaciones criminales muy poderosas que eluden la acción de la justicia, demostrando así estar muy por encima de las leyes a las que no respetan.

Es evidente que por medio de las sectas destructivas y su proselitismo se puede obtener de forma masiva individuos que no solo están dispuestos a trabajar gratis,  sino que además tienen una fidelidad ciega a sus gurús. Si son del Opus Dei, del Hare Krisna, cienciólogos, etc. no importa, el resultado es el mismo.

En el libro Claves Ocultas Del Poder Mundial, hay un capítulo, Las sectas de la CIA, donde se recogen numerosos ejemplos de sectas en las que sus fundadores han tenido una relación directa con la CIA, como la secta del Templo del Pueblo de la Guayana, secta Moon,  Hare Krisna, etc.

Una prueba de lo extensas que pueden ser estas redes de sectas peligrosas en la sociedad occidental se documenta mediante mi propia experiencia con la anécdota de torcer la boca, una anécdota que indica conexión entre sectas a nivel internacional.

Cuando leí el artículo sobre la cuarta planta de la clínica del Opus, hubo algo que me llamó especialmente la atención. Fue que las víctimas de acosos en España decían que los acosadores “torcían la boca” para molestarlas. El artículo se escribió en el año 2014 pero inmediatamente lo relacioné con un suceso acaecido en Suecia en el año 1995:

“En Gotemburgo, un día que me subí a un autobús noté que todo el mundo me estaba mirando fijamente en silencio. Mi reacción fue torcer la boca, no porque yo tuviera costumbre de hacerlo, ni tampoco porque lo hubiese visto antes. Tan solo fue una reacción nerviosa ante una situación inesperada y molesta. Después de este incidente noté como mucha gente que no conocía torcía la boca al cruzarse conmigo. En Estocolmo es aún peor. Mi caso debió ser importante en la sociedad sueca, por el hecho de que un español en aquel tiempo llegase pidiendo asilo.”

Para quien no conozca mi caso personal puede leer la carta que dirigí en su día al presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero.

Las consecuencias de que miembros de sectas controlen el Estado,  son ya por desgracia conocidas en España: La justicia funciona para beneficio de los suyos, los colegios de los suyos se financian a costa de aumentar la  precariedad en la enseñanza pública, hacer negocio con lo público, desaparece dinero público sin investigarse a donde ha ido a parar (por ejemplo cuotas a la Seguridad Social, dinero recaudado por la Ley de Tasas en los juzgados, etc.) y por supuesto, no se conoce tanto el enorme daño psíquico que se causa a esas víctimas de sectas, que son cruelmente tratadas para conseguir dominarlas y explotarlas incondicionalmente.

Que una secta como el Opus Dei tenga acceso a tecnologías avanzadas en neurociencias y haya compartido imporantes neurocientíficos con la CIA, como ha sido el caso del Doctor Delgado, es una muestra de hasta que punto existe relación entre ambas oscuras organizaciones.

A pesar de existir documentación que prueba la existencia de proyectos inhumanos de la CIA como el MK-Ultra, parece ser que se impone la idea de que todo este asunto de experimentación  ilegal con humanos pertenece a las “teorías de la conspiración” y por lo tanto nada para tomar en serio. Esto no es más que una prueba más de como se moldea la opinión pública sobre temas que debieran tomarse muy en serio.