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El CNI, entre el esperpento y la indignidad

Por Elespiadigital
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infoelespiadigitales/4/4/19
domingo 18 de octubre de 2020, 17:58h

Hace unos días, OKDiario daba a conocer un informe del Centro Criptológico Nacional, órgano del CNI, sobre “desinformación”. El informe aparece elaborado con fecha del pasado 30 de septiembre. Lo ha desarrollado el ‘Observatorio Digital Elisa. Laboratorio para el Análisis de la Desinformación (Antiglobalismo)’. Y carga contra las tesis que critican el avance de unas «élites globales» que se superponen a los países por ser una de las «narrativas maliciosas más frecuentes». Sobre este asunto, hemos publicado dos crónicas: En un escandaloso informe, el CNI persigue las ideas antiglobalistas en un trabajo sobre Vox. La pregunta es ¿para quién trabaja el CNI? y Enemigos de la libertad y la Patria: El CNI publica en su web las “excusas” baratas por las que puede investigar a las plataformas digitales que “erosionen” al régimen.

Posteriormente, nuestra publicación recibió el informe completo de ELISA (LEER AQUÍ) pudiendo observar con indignación que estos individuos, a los que todos pagamos sus nóminas con el dinero que nos arranca la Agencia Tributaria, se dedican a “monitorizarnos” porque somos un peligro para la “seguridad nacional”. Dada la gravedad de los hechos, creemos que es necesario hacer una serie de consideraciones:

1) El informe de 39 páginas es una estafa a la Nación. Está mal hecho, no tiene nivel, sobran los corta y pegas y es más propio de un mediocre estudiante de bachillerato que de un servicio secreto que se supone profesional. Si España fuera un país serio, los autores deberían estar en la calle desde el mismo momento que se conoció su contenido.

2) El infame papelajo lo intentan justificar legalmente con la Ley 11/2002, de 6 de mayo, reguladora del Centro Nacional de Inteligencia, que encomienda al CNI el ejercicio de las funciones relativas a la seguridad de las tecnologías de la información en su artículo 4.e), y de protección de la información clasificada en su artículo 4.f), a la vez que confiere a su secretario de Estado director la responsabilidad de dirigir el Centro Criptológico Nacional (CCN) en su artículo 9.2.f). Nos preguntamos si esta publicación y el resto de las que salen señaladas en el “informe” somos un “peligro” para la “seguridad de las tecnologías de la información” o para la “protección de la información clasificada”. Y como no es así de ninguna de las maneras, sería deseable que la propia Fiscalía General del Estado actuara de oficio ante lo que parece un atentado flagrante contra derechos fundamentales de las personas físicas y jurídicas, amparados en la Constitución Española, la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y demás tratados internacionales firmados por el Estado Español.

3) De forma descarada, ELISA expone su objetivo: “Las narrativas antiglobalistas son propagadas a través de plataformas digitales que difunden contenidos maliciosos que son la base sobre la que se asientan movimientos militantes que buscan introducir y magnificar niveles de polarización en las opiniones públicas en Europa y Estados Unidos, y que plantean como retórica movilizadora “recuperar” la soberanía de los Estados con agendas políticas nacionalistas e identitarias (Pág 3)”. Es decir, ellos seleccionan lo que consideran que son “contenidos maliciosos”, que son los inciden en la opinión pública de “Europa y los Estados Unidos” y no le gusta a los que mandan sobre los anacletos, porque estos "maliciosos" pretenden “recuperar la soberanía de los Estados”, o sea, que quieren una España Libre, Justa y Soberana. La pregunta surge sola: Entonces ¿para quién trabajan los anacletos de ELISA?

4) Todo empieza a verse más claro cuando ELISA expone las “seis variables” que deben vigilar, espiando a ciudadanos que tienen unos derechos reconocidos, sin que medie –que sepamos- ningún mandato judicial. Estas variables son:

a) “La erosión de la legitimidad de los líderes estatales”, dicho de otro modo, que nadie puede criticar a los gobiernos de la UE o EEUU, lo que democráticamente es inadmisible.

b) “Cuestionamiento del pluralismo”… Esta es graciosa. Porque los primeros en cuestionar el “pluralismo” es el CNI, que se pone a espiar a ciudadanos porque tienen ideas antiglobalistas y “no piensan como el poder dice que hay que pensar”. Bonito pluralismo. Recuerda al silencio, que cuando se habla de él se le niega.

c) “Rechazo a la economía de mercado”, es decir, al liberalismo y al capitalismo. Es realmente asombroso. Desde aquí pedimos amparo al Vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, para que actúe en consecuencia, porque con esto pueden dar por hecho que todos los seguidores de Podemos estarán siendo espiados por ser un “peligro para la seguridad nacional”.

d) “Ataques a los medios de comunicación tradicionales”, es decir, por criticar y sacar las vergüenzas de las corporaciones mediáticas “corporativas” dominadas por transnacionales, bancos y el gran capital. ¿Y saben por qué? Porque no quieren pluralismo ni nadie que lleve la contraria al poder. En el fondo, estos anacletos no son más que sicarios del dictadorcillo bananero de turno.

e) “Critica de los organismos multilaterales”, es decir, no se puede criticar a la ONU, a la UE, a la OTAN, a la OMS, a la OPAQ, a la FIFA o a Eurovisión… Una muestra más del carácter antidemocrático, antipluralista y antipopular de ELISA.

f) “Negación de la evidencia científica”. Esta es la más ridícula porque su falsedad es tan evidente que basta con leer lo que se publica en Geoestrategia.es/Elespiadigital.com. Veámoslo con más precisión:

5) Dice ELISA: “Recurrente negación de la evidencia y el pensamiento científico (“las vacunas dañan el organismo”, “se quiere acabar con la especie humana”, etc.). Crisis Covid-19: ha evidenciado la conexión de las plataformas que fomentan las narrativas antiglobalistas con colectivos militantes. activamente anticientíficos, como los movimientos anti-vacunas o el negacionismo de enfermedades (Sida, Ébola, Covid…). Las narrativas antiglobalistas han aprovechado el temor poblacional durante la crisis sanitaria para aumentar la propagación de sus mensajes anticientíficos y negacionistas”. La táctica de ELISA es muy burda: mezclar las chaladuras de los antivacunas y conspiranóicos del 5G, los terraplanistas y reptilianos, los de la conspiración judeomasónica con los antiglobalistas, con los críticos de los mass media y de la economía de mercado, en un totum revolutum para intentar deslegitimarlos.

6) Pero si así fuera… ¿Por qué incluyen a nuestra publicación, que nunca ha estado en posiciones de negar la “investigación científica”, más bien todo lo contrario? ¿O a la agencia de noticias rusa Sputnik, que tampoco encaja en ese “negacionismo” científico? Estos torpes anacletos incluyen dos pantallazos de nuestra publicación. Uno es sobre Coronavirus y 5G: ¿hay razones para temer una mayor propagación del virus debido a la nueva red?, donde se niega cualquier relación entre la tecnología 5G y el coronavirus, y el otro es Bill Gates, la vacunación y los chips bajo el 666 donde se dice: “Hay muchas teorías de conspiración: algunos creen en la existencia de reptiles, que están en la cima del sistema político de los Estados Unidos, mientras que otros creen que Coca-Cola usa la sangre de los bebés cristianos para hacer bebidas. Hay testigos oculares de las Chemtrails y aquellos que usan gorros de aluminio cuando ven la televisión para protegerse de las destructivas olas de zombis. Soy escéptico de todo esto. … Pero también hay hechos racionales que no se pueden negar, ya que están documentados…. El caso descrito a continuación se refiere a un hecho oficial documentado…”. La pregunta es: ¿Siendo así, por qué los anacletos nos incluyen entre los “negacionistas” científicos? Solo hay dos posibles explicaciones: a) por mala fe y con ánimo de perseguir las ideas y conculcar derechos, lo que sería un delito grave o b) porque son unos vagos que no saben ni quieren trabajar y, simplemente, no leen los artículos, con lo cual, deberían ser puestos en la puta calle ipso facto.

7) Uno queda aún más espantado cuando ve lo que ellos llaman “Registros de fuentes dañinas”, donde incluyen: “Derecha antisistema”, “Izquierda antisistema”, “Webs proiraníes”, “Webs prorusas”, “Webs chavistas/Venezuela”, “Socialismo/nacionalismo árabe”, “Corea del Norte”, “Antiamericanismo”, “Narrativas de desafección institucional”, “Fomento del escepticismo”, “Pro anonymoyus/Wikileaks”, “Utilizar redes sociales alternativas:VK”, “Anti sistema financiero/pro regreso patrón oro/anti economía liberal”, “Anti tratados libre comercio/liberalismo/globalismo”, “Defensa de Eurasia/vinculación con A. Dugin”, “Antieuropeismo/anti Euro”, etc. Relea el lector esto una y otra vez, y reflexione…

ELISA concluye: “ELISA posibilita la CIBERVIGILANCIA, en un proceso de MEJORA CONTINUA”.

Decíamos días atrás: “Curiosamente, el informe es un calco –casi un corta y pega, es que no se da para más…- de las intoxicaciones a las que nos tiene acostumbrado el Instituto Elcano y los agentes extranjeros como Stratfor y Nicolás de Pedro al frente, todos siguiendo la estela de los neocons norteamericanos escondidos en sus madrigueras, principalmente el Atlantic Council, la OTAN y los servicios secretos británicos. (…) Lo que hace impagable el informe, [es] que deja en un ridículo espantoso un servicio que nos cuesta mucho dinero y que ha sido incapaz de adelantarse a UNO SOLO de los acontecimientos trágicos que ha sufrido España”.

Quien quiera conocer el “glorioso” recorrido de nuestros servicios secretos solo tiene que acudir al libro La cara oculta del Estado, cuyo autor es el presidente de esta casa, Fernando J. Muniesa.

Los servicios secretos de España no pueden seguir siendo este disparate, no pueden seguir siendo regulados por una Ley franquista de 1968, la Ley de Secretos Oficiales, no pueden seguir siendo una covacha de enchufados con una endogamia exasperante, no pueden seguir con unos ratios de eficacia y eficiencia ridículos, no pueden estar dedicados al servicio del Gobierno de turno o a los intereses de potencias extranjeras, grupos de presión o de intereses económicos capitalistas, no pueden tratar a todos los españoles como sospechosos de “desafección” porque sus opiniones no coincidan con lo que mandan desde Bruselas o Washington…

Son necesarios unos servicios secretos al servicio de España y de los españoles. Y de nadie más. Unos servicios con dignidad, profesionalidad, patriotismo y lealtad al juramento. Por todas estas cosas...

No, no podemos seguir así.

Juan Antonio Aguilar

Director