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Se intensifica la purga de profesores propalestinos en EEUU. Análisis

Se intensifica la purga de profesores propalestinos en EEUU. Análisis

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
jueves 09 de mayo de 2024, 22:00h
Ivan Kesic
En las últimas semanas, más de seis meses después del comienzo de la guerra israelí en la bloqueada Franja de Gaza, los campus universitarios de todo Estados Unidos han sido testigos de protestas masivas a favor de Palestina.
Las administraciones universitarias, junto con las fuerzas del orden, han intentado reprimir estas manifestaciones utilizando la fuerza de forma indiscriminada. Sin embargo, los estudiantes que protestaban se mantuvieron firmes.
Estudiantes de decenas de universidades de Estados Unidos protestan contra la guerra genocida israelí en Gaza, donde casi 34 600 personas han sido asesinadas desde octubre del año pasado, en su mayoría mujeres y niños.
Según informes, más de 1000 personas han sido arrestadas en campus estadounidenses desde el 18 de abril, cuando la policía desalojó por la fuerza un campamento propalestino en la Universidad de Columbia en Nueva York.
A estos estudiantes universitarios se les ha sumado también el personal docente en campamentos pro-Gaza en varios campus, desde Columbia hasta Yale, California, Boston y Virginia.
Si bien muchos estudiantes han sido golpeados, arrestados y suspendidos por sus respectivas universidades por protestar contra la guerra genocida israelí en Gaza y pedir la desinversión de sus universidades, también ha habido informes sobre profesores que han sido despedidos y suspendidos de sus trabajos docentes.
En todo esto, ha sido destacado el papel de los grupos de lobbies proisraelíes traficantes de influencias en Estados Unidos, que tradicionalmente han ejercido su presión en los campus universitarios estadounidenses.
Sólo en los dos últimos días de abril, los medios estudiantiles estadounidenses informaron que al menos seis profesores de la Universidad de Washington en St. Louis, cuatro de los cuales fueron arrestados durante la protesta en el campamento del 27 de abril, fueron efectivamente excluidos del campus.
Su posición solidaria pro-Palestina, al parecer, les costó sus puestos de trabajo. Según los informes, se les prohibió comunicarse con otros estudiantes y personal de la universidad, incluso fuera del campus.
“Se acaba la libertad de expresión”
“Mi libertad de expresión ha sido efectivamente terminada”, dijo el profesor de Antropología de la Universidad de Washington, Bret Gustafson, uno de estos seis profesores suspendidos.
Gustafson se hizo famoso en noviembre del año pasado cuando apoyó una protesta no violenta frente a la casa del presidente del Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí (AIPAC, en inglés), una poderosa organización de lobby proisraelí, que pedía el fin de la guerra israelí en Gaza.
Inmediatamente fue citado erróneamente y acusado falsamente de apoyar “la colocación de botes de gas fuera de las casas de los judíos” por organizaciones de lobby proisraelíes en Estados Unidos.
Justo un día antes del campamento en St. Louis, durante una protesta en la Universidad Emory en Atlanta, las profesoras Noëlle McAfee y Caroline Fohlin fueron arrestadas por cuestionar el uso de fuerza injustificada por parte de la policía contra estudiantes de la universidad.
Según los expertos, su futuro en el mundo académico estadounidense parece estar ahora en el limbo, considerando el número de profesores estadounidenses prohibidos y suspendidos desde el inicio de la guerra en Gaza.
En noviembre de 2023, apenas un mes después de que el régimen israelí lanzara su campaña de bombardeos en Gaza, la Universidad de Arizona “reemplazó temporalmente” a la profesora asistente Rebecca López y a la enlace comunitaria Rebecca Zapien por facilitar una discusión en el aula sobre los crímenes de guerra del régimen israelí.
A principios de marzo, Jairo Fúnez-Flores, profesor de la Universidad de Tecnología de Texas, una institución educativa emblemática del Sistema Universitario de Texas, fue suspendido por comentarios propalestinos en la plataforma X (anteriormente Twitter), que fueron tildados de “odiosos, antisemitas e inaceptables”.
En enero, tras una petición impulsada por el lobby proisraelí en Estados Unidos, el profesor Amin Husain fue despedido de la Universidad de Nueva York por cuestionar la narrativa israelí sobre la guerra en Gaza.
Larga tradición de censura sionista a los profesores
El lobby israelí en Estados Unidos siempre ha tratado de moldear la política estadounidense hacia el régimen israelí y la región en general de una manera que la entidad ocupante en Tel Aviv considere favorable, y que incluye silenciar a los defensores de la causa pro-Palestina en los campus estadounidenses.
Según William Robinson y Maryam Griffin, editores del libro ‘We Will Not Be Silenced’ (No seremos silenciados), en el que numerosos profesores de universidades estadounidenses han hablado de sus experiencias, la influencia del lobby israelí en la academia estadounidense no tiene paralelo en términos de recursos y presiones.
Miles de estudiantes, activistas y personalidades de los medios de comunicación de decenas de organizaciones sionistas, financiadas con decenas de millones de dólares, participan activamente en estos intentos de silenciar las voces pro-Palestina.
Los esfuerzos para proteger al régimen israelí de las críticas se han dirigido a oradores individuales, profesores visitantes y conferencistas invitados, con el objetivo de crear una atmósfera donde la libre expresión y el debate abierto no existan, y donde el apartheid y la ocupación israelíes no sean cuestionados.
Entre los ejemplos más antiguos conocidos de censura académica de este tipo se encuentran las presiones contra la aparición de Pete McCloskey en la Universidad de Stanford en 1984, cuando AIPAC dependía de activistas estudiantiles.
McCloskey, exalumno de Stanford y excongresista, también fue un destacado crítico del apoyo incondicional de Estados Unidos al régimen israelí, sus políticas y sus asentamientos ilegales en la ocupada Cisjordania.
Las organizaciones sionistas lo calumniaron como “antisemita” y ayudaron a asegurar su derrota en su campaña al Senado de 1982, y en esta ocasión, exigieron que se le prohibiera enseñar o que incluyera puntos de vista pro-AIPAC en el plan de estudios de su curso.
La revisión de la facultad de la Universidad de Stanford encontró al grupo de estudiantes proisraelíes culpable de graves violaciones de la libertad académica, por lo que McCloskey finalmente recibió una disculpa formal del rector de la universidad.
Negación de hospitalidad a profesores visitantes
Uno de los casos más notables es la prohibición a Desmond Tutu, un activista de renombre mundial contra el apartheid sudafricano, de pronunciar un discurso en la Universidad de St. Thomas en Minnesota.
Fue invitado a la conferencia por miembros del programa de Estudios de Justicia y Paz, y su participación encontró la oposición de la Organización Sionista de América (ZOA, en inglés) y el Consejo de Relaciones con la Comunidad Judía de Minnesota y las Dakotas.
Como motivo de su oposición, las organizaciones citaron “comentarios particularmente hirientes” en los que Tutu había criticado la violación de los derechos humanos por parte del régimen israelí en los territorios palestinos ocupados.
El rector de la universidad sucumbió a la presión del lobby israelí y canceló la visita de Tutu, como le fue comunicado en una carta de Cris Toffolo, la presidenta del programa que lo invitó.
Toffolo en la misma carta expresó su desacuerdo con la decisión de la universidad, y esto llevó a la administración de St. Thomas a destituirla rápidamente como presidenta del programa de Estudios de Justicia y Paz.
Después de una avalancha de críticas estudiantiles e internacionales, la universidad volvió a enviar una invitación a Tutu, pero él condicionó su llegada al regreso de Toffolo a su cargo anterior, que no fue respetado, por lo que se negó irrevocablemente a pronunciar la tan esperada conferencia.
Una situación similar se produjo unos años antes, cuando la Universidad de Harvard invitó a Tom Paulin, profesor de Oxford y uno de los poetas británicos más destacados, a ofrecer un discurso en el Departamento de Inglés.
La invitación fue retirada después de que el entonces presidente de Harvard expresara su oposición, debido a las críticas de Paulin al sionismo y la política del apartheid israelí. Aunque más tarde el departamento anuló la decisión y volvió a enviar la invitación, Paulin se negó a visitar el campus.
Tanto judíos como palestino-estadounidenses son víctimas
La Universidad de Harvard ha visto varios otros casos de cancelaciones de conferencias programadas por parte de críticos del régimen israelí, entre ellos el historiador Norman Finkelstein y el biólogo Robert Trivers, atribuidos al famoso cabildero sionista Alan Dershowitz.
Debido a la misma campaña de presión, Finkelstein perdió su trabajo como profesor en la Universidad DePaul, y la Liga Antidifamación y otros grupos de presión proisraelí pidieron a los editores académicos que prohibieran varios de sus libros.
Mehrene Larudee, profesora asistente y miembro de Jewish Voice for Peace (en español: Voz Judía por la Paz, JVP), también perdió su puesto en la Universidad DePaul en Chicago debido a su defensa de Palestina.
Otros judíos estadounidenses prominentes, como Sara Roy, Noam Chomsky y Lisa Rofel, también enfrentaron censura académica por su oposición al trato salvaje que el régimen israelí contra los palestinos.
Los profesores palestino-estadounidenses, entre ellos Joseph Massad, Rashid Khalidi, Edward Said, Nadia Abu el-Haj, Sami al-Arian, Rabab Ibrahim Abdulhadi y Amin Husain, sufrieron un acoso sostenido.
El grupo universitario proisraelí Proyecto de David (TDP, en inglés), parte de la Coalición Israel en el Campus (ICC, en inglés), produjo en 2004 la película sobre difamación Columbia Unbecoming, que acusaba a Massad de “antisemitismo”.
Luego, un comité universitario interrogó a más de cien personas en el campus y concluyó que no había declaraciones antisemitas ni de otro tipo controvertidas por parte de Massad.
Aunque fue absuelto, intentaron acosarlo con numerosos correos electrónicos que contenían material ofensivo y amenazante, y también se llevó a cabo en su contra una cacería mediática sistemática.
Rashid Khalidi y Edward Said también sufrieron acusaciones similares y bombardeos de correos electrónicos con spam, así como el poeta Remi Kanazi, quien durante sus recorridos por los campus universitarios estadounidenses fue atacado sistemáticamente a través de las redes sociales por ejércitos de trolls (personas que publican mensajes instigadores en plataformas de comunicación en Internet) afiliados a la ICC.
En 2007, activistas proisraelíes intentaron sin éxito negarle el puesto en la Universidad de Columbia a la profesora de antropología Nadia Abu El-Haj, simplemente porque en uno de sus libros desafiaba la manipulación religiosa de la arqueología en favor de la odiosa ideología sionista.
Sami al-Arian, profesor asociado de origen palestino y de informática en la Universidad del Sur de Florida, pasó años en prisión por cargos falsos de “terrorismo” y finalmente fue deportado de Estados Unidos en febrero de 2015 a Turquía.
Grupos sionistas llevaron a cabo una campaña de difamación similar contra Rabab Abdulhadi, directora de Estudios sobre Etnias y Diásporas Árabes y Musulmanas de la Universidad Estatal de San Francisco, debido a sus opiniones propalestinas.
Policía y universidades de EEUU cooperan para identificar a propalestinos
La policía, en cooperación con universidades y centros de educación superior estadounidenses, está identificando a manifestantes propalestinos revela un informe.
La cooperación entre la policía y las universidades en el ámbito de la seguridad tiene una larga historia, y las imágenes de las cámaras universitarias, la ubicación geográfica de los manifestantes y el contenido publicado en las redes sociales, todos están puestos a disposición de las organizaciones de seguridad [nacional]”, informó el domingo el sitio web de noticias estadounidense Axios.
Según el informe, las universidades compraron más cámaras de vigilancia durante la pandemia del coronavirus y con el pretexto de controlar cuestiones de seguridad, como posibles tiroteos, incluso algunas universidades instalaron lectores automáticos de matrículas en el campus.
Al respecto, se refirió a una investigación publicada en 2022 que afirmaba desde 2015, al menos 37 instituciones de educación superior en Estados Unidos han utilizado el software Social Sentinel, una herramienta de seguimiento de contenidos en las redes sociales, para vigilar a los estudiantes.
Ahora existe el temor de que los estudiantes que participaron en las recientes protestas se enfrenten a una mayor vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad incluso después de graduarse. Sin embargo, muchos manifestantes están familiarizados con las tecnologías de vigilancia”, subrayó.
Axios resaltó que durante las recientes dos semanas de protestas propalestinas, más de 2300 estudiantes y académicos han sido arrestadas en al menos 43 campus estadounidenses.
El 18 de abril, surgieron protestas de estudiantes propalestinos en las universidades de Estados Unidos que rápidamente se han extendido a varios países europeos y otras partes del mundo.
Las protestas tienen como objetivo mostrar su oposición a la guerra de Israel en Gaza, donde más de 34 654 palestinos han muerto, la mayoría niños y mujeres, y expresar su rechazo al apoyo incondicional que presta el gobierno de Estados Unidos al régimen israelí.
Ignorando las demandas de los estudiantes, el presidente de EE.UU., Joe Biden, ha condenado estas protestas, calificándolas de caos en las universidades.
¿Por qué la guerra no terminará cuando HAMAS libere a detenidos israelíes?
Xavier Villar
En las últimas horas, el ejército israelí ha intensificado sus bombardeos sobre Rafah, hogar de 1.5 millones de palestinos desplazados, acompañados de avances terrestres. Todo esto ocurre después de que HAMAS aceptara la propuesta de alto el fuego mediada por Egipto y Catar.
El martes por la noche, HAMAS finalmente aceptó la propuesta de alto el fuego, que implicaba tres fases de implementación. La primera fase consistía en la retirada completa de las tropas israelíes del corredor de Netzarim y el regreso de los palestinos desplazados a sus hogares. La segunda fase implicaba el anuncio del cese permanente de las operaciones militares y, por último, en la tercera fase, se levantaría el bloqueo de Gaza. Además, en esas negociaciones se alcanzó un acuerdo para el intercambio de prisioneros.
Varias horas después del anuncio de HAMAS, la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que el gabinete de guerra de Israel había acordado por unanimidad que la propuesta "está lejos de cumplir con los requisitos necesarios de Israel". Al mismo tiempo, dejaba claro que la operación en Rafah continuaría según lo planeado.
Poco después del anuncio de Netanyahu, el ejército sionista comenzó las operaciones militares en Rafah, dejando un número indeterminado, por el momento, de palestinos muertos.
Los recientes acontecimientos en Rafah demuestran que las supuestas negociaciones de alto el fuego en las que participó Israel han servido como un pretexto para enmascarar la guerra genocida contra los palestinos.
Mientras tanto, Estados Unidos ha utilizado las negociaciones para desestimar el fallo de la Corte Internacional de Justicia y proteger a los líderes israelíes de posibles órdenes de arresto que se rumoreaba podrían ser emitidas por la Corte Penal Internacional. Como señala la profesora Amal Saad, la única parte que ha estado participando en las conversaciones de alto el fuego con la verdadera intención de lograrlo es HAMAS.
El papel de Estados Unidos es relevante porque suele ser identificado como un mediador activo en las negociaciones de alto el fuego. Sin embargo, esta definición no se ajusta a la realidad. No solo son el principal patrocinador de Israel en todos los aspectos, sino que también exigen abiertamente la eliminación y total destrucción de HAMAS, al que consideran el principal obstáculo para la paz en Palestina. Aunque Estados Unidos participa en las negociaciones, su papel es el de servir como representante de Israel y en ningún caso como mediador.
En este sentido, los Estados Unidos pueden considerarse un actor parcial en cualquier negociación, presente o pasada, en la que estén en juego los intereses coloniales de Israel. Por otro lado, y en paralelo a lo anterior, todas las promesas estadounidenses a los palestinos nunca se han cumplido. Por ejemplo, en 1982, la administración Reagan garantizó la protección de los civiles que permanecían en Beirut después de la retirada de la OLP palestina de la capital libanesa, pero en realidad no hizo absolutamente nada para detener las matanzas en Sabra Shatila.
En el caso concreto de la actual invasión de Rafah, es importante recordar cómo el presidente Biden calificó públicamente la invasión israelí de Rafah como una "línea roja". Sin embargo, como estamos viendo, Israel está seguro de que puede cruzar todas las supuestas líneas rojas de Washington a voluntad, porque sabe que no enfrentará ninguna consecuencia. De hecho, Washington ya está retrocediendo y ahora afirma que solo se opone a una operación terrestre sionista "importante" en Rafah.
Hay que añadir que la visión estratégica de Estados Unidos respecto a Palestina está desconectada de la realidad, insistiendo en imponer un cambio de régimen en Gaza a pesar de la incapacidad de Israel para ganar la guerra o para debilitar de manera notable a HAMAS.
Como explica Amal Saad en una entrevista recientemente publicada, "los Estados Unidos todavía están intentando lograr políticamente lo que Israel no ha logrado militarmente".
El problema con la visión estadounidense es que aún no se ha dado cuenta de que la guerra ya está perdida y de que la resistencia persistirá mientras se niegue la autodeterminación a los palestinos.
De todas formas, existe una posibilidad que no debería descartarse. Si Israel ha decidido desafiar los aparentes deseos de Estados Unidos de poner fin a la guerra, es posible que nos adentremos en una etapa muy crítica del conflicto, donde la probabilidad de una conflagración regional aumente dramáticamente. Esto es especialmente cierto si el Eje de Resistencia concluye que Estados Unidos carece tanto de la voluntad como de la capacidad para contener las acciones de Israel en Gaza.
En este sentido, como expresan varios expertos, los integrantes del Eje de Resistencia llevan 7 meses pensando que en algún momento, no demasiado distante, Estados Unidos obligará a Israel a aceptar un alto el fuego que supondrá un golpe humillante para el gobierno encabezado por Netanyahu. Pero si el genocidio en Gaza se percibe como indefinido y con él la expulsión efectiva o la limpieza étnica de los palestinos, las opciones del Eje de Resistencia se tendrán que repensar y lo más seguro, según estos mismos expertos, es que el Eje abandone su política de contención o en el caso de Irán se entendería que la nueva fase actual de disuasión activa daría paso a otro tipo de respuesta mucho más directa.
Por otro lado, la idea extendida de que todo esto es obra exclusiva de Netanyahu y motivado únicamente por su deseo de permanecer en el poder para evadir el juicio por corrupción, no concuerda especialmente bien con un gabinete de guerra que respaldó unánimemente la invasión de Rafah.
Esto demuestra que la narrativa de que la guerra termina cuando HAMAS libere a todos los rehenes es falsa y es producto de la propia propaganda sionista. Lo que es claro es que el gobierno sionista busca una guerra perpetua, y es precisamente por esto que las conversaciones de alto el fuego son vistas como un obstáculo constante. Esto se puede explicar en parte prestando atención lo que se puede llamar la maquinaria política del sionismo.
Esta maquinaria, que se basa en la ideología sionista que a su vez forma la columna vertebral de Israel, genera un único movimiento constante y permanente de exclusión y muerte. El objetivo final de esta maquinaria es la expulsión y/o eliminación de toda la población palestina nativa.
Fuerzas yemeníes atacan tres barcos israelíes en el golfo de Adén
Las fuerzas yemeníes llevaron a cabo tres operaciones contra tres barcos vinculados al régimen de Israel en el golfo de Adén, el océano Índico y el mar Arábigo.
El portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, el teniente general Yahya Sari, ha anunciado este jueves que en operaciones conjuntas la Fuerza Naval y las unidades de drones y misiles yemeníes han golpeado tres embarcaciones del régimen sionista en el golfo de Adén y el océano Índico.
“Los dos barcos israelíes que fueron atacados son (los portacontenedores) MSC DIEGO y MSC GINA. Esta operación se llevó a cabo con varios misiles balísticos y drones y dio en el blanco con precisión”, ha explicado el vocero castrense.
En el mismo contexto, ha destacado que la unidad de misiles llevó a cabo una operación especial contra el barco MSC VITTORIA en el océano Índico y dos bquues en el mar Arábigo y los apuntó directamente.
“Estamos siguiendo atentamente los acontecimientos en Gaza y no dudaremos en intensificar nuestras operaciones para ayudar a la oprimida nación palestina”, ha explicado Sari.
Asimismo, el portavoz militar ha asegurado que las fuerzas yemeníes continuarán restringiendo la navegación de embarcaciones israelíes o las que se dirigen a los puertos de los territorios ocupados, y seguirán haciéndolo hasta que se levante el asedio a la Franja de Gaza y termine la agresión contra el pueblo palestino.
Anteriormente también el líder del movimiento popular Ansarolá de Yemen, Seyed Abdulmalik Badreddin al-Houthi, en un discurso televisado ha prometido intensificar las operaciones en el mar Rojo hasta que Israel ponga fin a su guerra genocida contra Gaza y EE.UU. deje de atacar a este país.
Desde el noviembre pasado, ante la continuación del genocidio israelí en la Franja de Gaza, Yemen inició sus ataques contra barcos relacionados con el régimen de Israel en el mar Rojo en apoyo al pueblo y la Resistencia palestinos.
Además, han sumado a sus operaciones, los objetivos de Estados Unidos y el Reino Unido, tras los ataques de estos dos países occidentales que atentan la soberanía de Yemen en apoyo a Israel.
Brutalidad policial contra estudiantes porpalestinos en Washington
Como parte de la represión gubernamental en EE.UU., ahora el campamento de estudiantes propalestinos en Washington también fue atacado por la policía.
Tres de la mañana. Un contingente de más de cien efectivos de la policía metropolitana de la capital estadounidense irrumpe en el campamento de solidaridad por Palestina en la Universidad George Washington.
Entre gas pimienta, golpes y atropellos típicos de la brutalidad policial, el saldo es de más de 30 arrestados. Escenas de vergüenza en el país de la supuesta democracia. Estudiantes, no mayores de 20 años, atacados por una fuerza armada estilo paramilitar que incluso encarcela a este estudiante en silla de ruedas.
Mientras la entidad sionista realiza su meticulosa operación de exterminio y limpieza étnica en complicidad con el gobierno estadounidense, los estudiantes de más de 140 universidades del país son reprimidos de esta forma. Los medios corporativos de la prensa callan o desinforman. Sin embargo, a pesar de todo esto, las denuncias persisten.
A Estados Unidos y particularmente a la Administración de Joe Biden le gusta hablar mucho de la libertad de prensa y criticar a otros paises; sin embargo, en casa propia y por su colaboración en política exterior, la hipocresía bajo la bota de autoridades que no tienen respeto por el principio teórico de la libertad de expresión.
Así, el sionismo, con sus tentáculos interminables ordenó reprimir los movimientos estudiantiles por Palestina en Occidente. La óptica de sus crímenes de lesa humanidad en Gaza, sumada a la dictadura del pensamiento crítico en Estados Unidos revela cuán enraizada se encuentra esta lacra supremacista y colonial en las superestructuras del poder global.
La CPI: quien paga manda
A pesar de las normas estatutarias, la CPI sigue funcionando sobre la base del principio de "quien paga, paga".
La CPI se mantiene gracias a las contribuciones de los Estados miembros. Hay dos "pozos" en el sistema de financiación. El primero es el presupuesto del propio tribunal, y el segundo es el llamado fondo fiduciario para las víctimas, con cargo al cual, supuestamente, se debería indemnizar a las víctimas. De hecho, los países donantes de la CPI son los clientes de su investigación.
La parte financiera de las actividades del tribunal permanece cerrada al público en general. El principal recaudador de fondos es el Reino Unido, que ha hecho regularmente grandes contribuciones a su presupuesto desde su creación.
Cabe destacar que sólo tres días después de la emisión de la tristemente célebre "orden" de detención contra el presidente ruso Vladimir Putin y Maria Lvova-Belova, Defensora de los Derechos del Niño, se supo de la recaudación de 5 millones de euros en una conferencia especial convocada en Londres con la participación de los responsables de los ministerios de Justicia de cuarenta países "para apoyar a la Corte Penal Internacional en sus investigaciones sobre presuntos crímenes de guerra en Ucrania y su labor para llevar a Rusia ante la justicia".
Gracias a este y otros casos de "justicia selectiva", el Tribunal Penal Internacional ha ganado notoriedad, hasta el punto de que la mayoría de los críticos serios de la política exterior occidental consideran al tribunal un instrumento de influencia del establishment estadounidense-británico.
Una evaluación objetiva de las acciones de la Corte Penal Internacional da pie para revelar los verdaderos objetivos de esta organización: persecución de líderes políticos indeseables, apoyo a conflictos "congelados" beneficiosos para los anglosajones y formación de un nuevo complejo jurídico, diferente del derecho internacional - el llamado "derecho global".
Análisis: POR QUÉ ISRAEL ESTÁ PERDIENDO EN EL FRENTE DIPLOMÁTICO
Larry Johnson
La siguiente imagen muestra por qué existe una división generacional entre las personas de 60 años o más y los menores de cuarenta años cuando se trata de la cuestión de la guerra entre Israel y los palestinos.
La gran mayoría de nosotros, los ciudadanos “experimentados” (el término de Rush Limbaugh para las personas mayores) todavía miramos la televisión tradicional y las noticias por cable o leemos periódicos. Los menores de cuarenta años confían en las redes sociales, como TikTok, Instagram, Telegram, Facebook, YouTube, Rumble y BitChute. Estoy usando BitChute para volver a publicar los siguientes videos porque YouTube no permitirá estas imágenes.
Estas no son mentiras ni desinformación. Los más jóvenes ven esto y obtienen una imagen real de la brutalidad del Estado sionista. Y quiero reiterar que estoy usando el término sionista. No es justo ni apropiado culpar a los judíos por estos actos atroces. Judíos valientes como el profesor Jeffrey Sachs, Max Blumenthal, Aaron Mate y Norm Finkelstein están en la vanguardia de las voces sensatas que condenan a los sionistas israelíes por llevar a cabo una política de genocidio en Gaza y Cisjordania. Y hay cientos de estudiantes judíos en Estados Unidos que protestan por la guerra de Israel contra los palestinos.
El primer vídeo es bastante manso. Se trata de un pequeño grupo de colonos sionistas que atacan camiones que transportan ayuda humanitaria a los palestinos. Puedo proporcionar media docena de vídeos adicionales que muestran el mismo comportamiento en diferentes lugares de Gaza.
El siguiente vídeo muestra por qué tantos palestinos odian a la policía y al ejército sionistas. Los sionistas son matones. Esto recuerda las imágenes de la Segunda Guerra Mundial en las que las SS nazis golpeaban a judíos indefensos en Polonia y Ucrania por el simple crimen de ser judíos.
https://www.bitchute.com/video/xdHWIGDLBBhH
Ahora oscurece. Estos niños, afortunadamente, sobrevivieron a un bombardeo israelí, pero la experiencia les deja visibles cicatrices.
El siguiente vídeo muestra a un niño que no tuvo tanta suerte como los dos del clip anterior. Este pequeño sufrió graves quemaduras de segundo y tercer grado. ¿Con qué propósito?
https://www.bitchute.com/video/TMQ0ujOAxxDM
Por último, la sombría imagen de un niño muerto.
Vídeos como estos están inflamando en todo el mundo el odio hacia Israel. Es importante entender que en toda la historia de Israel, al menos en los últimos 70 años, nunca ha habido una matanza tan masiva de hombres, mujeres y niños palestinos. Se trata de un acto atroz y el mundo debe ponerle fin.