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Agenda 2030, una revolución de color. 17 pasos hacia la catástrofe

Agenda 2030, una revolución de color. 17 pasos hacia la catástrofe

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
miércoles 13 de diciembre de 2023, 21:00h
Nico Maccentelli
Son años en los que los responsables de la gobernanza de nuestras ciudades y las instituciones en general dan una percepción diferente de este ejercicio, como una realidad ahora distópica a la que debemos adaptarnos. Percibimos el poder de los técnicos como una actividad heterodirigida y lo que era gobernabilidad en la alternancia de partes se convierte en ejercicio de dominio indiscutible e indiscutible. La TINA thatcheriana (no hay alternativa) ha entrado en el cerebro, creando una especie de inevitabilidad de los acontecimientos de la vida cotidiana, en emergencia permanente, uno tras otro o juntos: del Covid a la guerra, pasando por el clima, etc.
Desde las restricciones pandémicas hasta la aplicación de tecnologías para el control de espacios, cuerpos y acceso a la información gestionadas por técnicos de manipulación y censura, los llamados factcheckers, nos encontramos en un sistema cada vez más alejado de nuestras posibilidades de influir en él. donde todas las fuerzas designadas para gestionarlo son casi las mismas, tienen la misma agenda subyacente.
Aquí, en este trabajo de Enzo Pennetta sobre la Agenda 2030, se analiza este proceso de rigidización disciplinaria de la sociedad. Un fresco despiadado e inquietante en el que emerge el proyecto de las oligarquías de Davos, resumido en el pensamiento de Schwab. Un proyecto que avanza a través de experimentos y maniobras, donde los pastores técnicos se mueven para encauzar lo que se considera un rebaño, dentro de los cercos que delimitan un cambio antropológico, basado en la compresión de la vitalidad humana, donde las tecnologías se integran cada vez más hacia un ser humano condicionado y carente de libertad. y autonomía.
En resumen, aquí está la explicación que se encuentra en línea:
«La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un programa de acción firmado el 25 de septiembre de 2015 por los gobiernos de los 193 países miembros de las Naciones Unidas y consta de 17 objetivos a alcanzar en los ámbitos ambiental, económico, social e institucional para 2030.
Es un programa que se propone e impone en todos los países del mundo, la Agenda también ha entrado en las escuelas italianas de todos los niveles, convirtiéndose en una nueva doctrina a la que adherirse sin posibilidad de objeción o debate.
Este libro realiza un análisis de los 17 objetivos y propósitos generales de la Agenda, mostrando todos los límites y contradicciones evidentes que la muestran como lo que realmente es: un programa ideológico.
Este libro pretende mostrar la naturaleza de la Agenda 2030 y las formas de abordarla en las escuelas y en el debate público.»
Pennetta identifica tres aspectos dominantes: la culpa con su relativa expiación y el concepto del hombre malthusiano que representa la gangrena para el planeta.
En consecuencia, el miedo como propulsor de cambios autoritarios.
Este pensamiento no es nuevo en las religiones monoteístas y en cierta filosofía occidental, a partir del estoicismo y luego de la autoflagelación cristiana, el cilicio.
Todo lo contrario de la liberación humana de la explotación, del "queremos todo" de la memoria de Balestrini, que animó los movimientos de masas anticapitalistas durante décadas, sobre todo en los años setenta. El miedo es el rasgo dominante del emergenciaismo, objetivo último de la manipulación mediática, que a veces recurre al chantaje (ver el pase verde), al ostracismo (ver la criminalización de opiniones diferentes, no alineadas con las dominantes...), a la dessolidarización en la denuncia del otro.
Toda la arquitectura, incluso constitucional, del "nuevo mundo" tecnocrático reside en el concepto de resiliencia, es decir, aguantar las condiciones impuestas sin luchar para superarlas. La resiliencia prácticamente ha sustituido a la palabra "resistencia", y es la otra cara de TINA: no puedes ni debes resistir, sólo puedes adaptarte en la resistencia y en última instancia en la aceptación de tus condiciones sociales e individuales.
El transhumanismo se basa en este paradigma, que en la integración maquínica es la negación del ser humano como ser que aspira a la libertad y a una socialidad no mediada por limitaciones y vallas.
La integración con la máquina nano-microtecnológica y biopolítica se basa en la negación de lo humano y en el control integrado de lo que permanece sujeto a él.
Se trata, por tanto, de comprender que hoy la lucha contra el capitalismo debe incluir otras categorías que puedan insertarse en las marxistas. Esa igualdad se basa únicamente en la libertad y la fraternidad; de lo contrario, es una estafa tecno-cibercapitalista.
La igualdad de la que hablan las oligarquías es la de la multitud informe de tecno-servidores, incapaces de identificarse y de reconocerse como comunidad excepto en la relación unívoca y unidireccional con el mando imperial.
De la democracia a la tecnocracia.
El triunfo del liberalismo y el colonialismo. Al final la aristocracia resurge y domina sobre una multitud de lumpen, servidores lobotomizados, apolíticos en el sentido original de la política definido por Aristóteles: polis y técnica, es decir, la práctica de administrar la polis para el bien de todos, que sin embargo ya no conciernen al demos, sino a los aristos. Una sustitución fraudulenta del sujeto dentro de la categoría de "poder", en la que hoy se basa todo el sistema occidental y más allá, dado que otras naciones y países también corren el riesgo de tomar este camino.
El demos no tendrá kratos, es decir, poder de decisión, soberanía, pero por consiguiente ni siquiera las cosas, los bienes, que hasta ahora marcaban las diferencias y contradicciones sociales e intersubjetivas. Tu felicidad se basará en la nada social: no tendrás nada y serás feliz. Quien tenga, pensará y elegirá por ti. No tendrás otra identidad que esta. Porque vuestra libertad libera al mundo el virus humano que es una entidad viviente y no debe ser alterado. Gaia se fusiona con aristos. Y la cosmovisión fusiona la ciencia en una nueva religión, un nuevo dogma. Ya hemos visto la ciencia como dogma y herramienta de unos pocos sobre las multitudes en ese gran experimento que fue el covid-19 y la biopolítica del poder hecha de restricciones antidemocráticas impuestas desde arriba por regímenes oligárquicos.
Hasta aquí Pennetta (1).
Sin embargo, lo que hoy en el antagonismo de clases se mueve en este terreno subraya que el ataque del poder está en...
«…todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana que el control, la disciplina y la militarización están remodelando, quitándonos derechos, bienestar, territorios con el afán de reestructurar fuertemente la sociedad.
Las ciudades se están vendiendo pieza a pieza, barrio a barrio a las multinacionales que ya gestionan su limpieza, sus servicios y sus vías "públicas" y poco a poco también toda la digitalización en cada uno de sus aspectos más pequeños.
El objetivo es crear ciudades carcelarias con centros inaccesibles para la mayoría, excepto para aquellos que tienen el privilegio de vivir allí. El Ayuntamiento de Milán ha reducido el número de autobuses un 5% en los últimos dos meses, afirmando que lo hizo por las emisiones de CO2 y porque es necesario ahorrar combustible debido a la guerra. Esto podría repetirse hasta el punto de negar el derecho a transportarse y viajar, no sólo con el propio coche."
La punta de lanza de esta experiencia unitaria es Milagro en Milán, que junto a otras realidades de la izquierda revolucionaria, tras la experiencia de las luchas sociales contra las restricciones pandémicas, hoy sale a las calles de la capital milanesa con una manifestación nacional(2).
Hoy los marxistas que son conscientes y tienen la capacidad de comprender estos cambios antropológicos son los revolucionarios de un presente que se está convirtiendo en futuro, cuando muchos otros han permanecido anclados en una especie de economicismo decimonónico del pasado hecho pasar por presente. Y entendían poco o nada sobre Marx, especialmente en el nivel del materialismo histórico y dialéctico, en la metodología marxista. Los marxistas satisfechos en una estética autorreferencial hecha de puras celebraciones y refritos de los clásicos.
Alguien era comunista...
Si no enfrentamos al enemigo en este terreno de control, recompensas y sanciones en cada paso de la vida diaria, de la mutación antropológica de los individuos y las relaciones, de una fuerza laboral incapaz de rebelarse o incluso de disputar. Sólo quedará una lucha de clases concebida en los conventículos de los sempiternos solones del viejo marxismo, quedará una liturgia vacía que se sumará al humanitarismo, al antifascismo retro, a un discurso políticamente correcto, que será como Giorgio, la gaviota de Gaber, sin alas y, tal vez, sin siquiera intención de volar.
Nota:
  1. Aquíuna entrevista de Toscano a Pennetta sobre su libro Agenda 2030, una revolución de colores
  2. En estos enlaces encontrarás documentación sobre el tema y más: