geoestrategia.es
El chiste se cuenta solo: Destinan 700 militares españoles a Eslovaquia “para disuadir a Rusia”

El chiste se cuenta solo: Destinan 700 militares españoles a Eslovaquia “para disuadir a Rusia”

Por Administrator
x
directorelespiadigitales/8/8/23
lunes 25 de marzo de 2024, 21:00h
La OTAN ha reforzado de manera considerable su presencia en el flanco este de la Alianza desde que Rusia iniciara su invasión militar contra Ucrania en el mes de febrero de 2022. Y España está siendo partícipe de ello.
Esta semana se ha completado la primera fase del despliegue de fuerzas españolas en un país que limita con Ucrania: Eslovaquia. En concreto, 700 soldados españoles, 250 vehículos y aproximadamente una treintena de contenedores con equipamiento y material militar se encuentran ya en el mencionado país europeo.
La operación se inició el 20 de enero y finalizó este lunes 18 de marzo con la llegada del mencionado personal militar y del conjunto de vehículos y equipamiento.
El Estado Mayor de la Defensa (EMAD) publicó el sábado 16 de marzo un mensaje en su cuenta oficial en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) en el que informaba de que personal del contingente español había iniciado ya “desde el puerto esloveno de Koper, el traslado de medios y material”.
El destino de ese equipo, según el EMAD, era “el campo de maniobras de Lešť en Eslovaquia”. En ese lugar “se encuentra desplegado el contingente español integrado en el Brigada Táctica Multinacional de la OTAN en Eslovaquia”.
Los vehículos desplegados
Tal y como ha detallado el propio Estado Mayor de la Defensa en un comunicado, entre los 250 vehículos desplegados en Eslovaquia se encuentran “diferentes versiones de combate, mando y control, apoyo logístico y apoyo sanitario”.
“El despliegue de fuerzas comprende la proyección de personal y medios y el proceso de recepción, transición y movimiento a vanguardia (proceso RSOM en inglés correspondiente a Reception, Staging and Onward Movement)”, ha explicado el EMAD.
“La proyección, que supone el movimiento y transporte de la fuerza desde territorio nacional a los puntos de llegada, se ha llevado a cabo desde el puerto de Vigo y los aeropuertos de Santiago de Compostela y Vigo, utilizando como punto de destino los aeropuertos de Bratislava, en Eslovaquia y Ljubljana en Eslovenia, y el puerto de Koper en Eslovenia”, se detalla en la nota.
Además, el EMAD ha precisado que “la última parte de este proceso RSOM se realizó entre los días 12 y 18 con el movimiento terrestre de más de 100 vehículos desde el Puerto de Koper, en Eslovenia, hasta las instalaciones del campo de instrucción y adiestramiento de Lešť, en Eslovaquia”.
“Este proceso ha supuesto la descarga y estacionamiento de los vehículos y tres días de movimientos, con paradas intermedias en las bases de tránsito de Postojna y Murska Sobota, en Eslovenia; Camp Croft, en la localidad de Veszprém (Hungría), y parada final en las instalaciones del campo de maniobras de Lešť en Eslovaquia”, ha indicado el Estado Mayor de la Defensa.
Gobierno español vuelve a incumplir su promesa y aprueba otra compra de armas a Israel
Madrid compró a Tel Aviv designadores láser Litening V valorados en 207.300 millones de euros, alegando que la armamentística israelí que las fabrica, Rafael Advanced Systems, "es la única capacitada técnicamente".
Previamente ya se había descubierto que el Gobierno de España había roto su promesa, puesto que seguían vendiendo armas a Israel. El Ejecutivo de Pedro Sánchez alegó que solo suministraban armamento de contratos firmados antes de que Israel retomar a su genocidio contra los palestinos en octubre pasado.
Sin embargo, no es más que una excusa, ya que el reglamento de control del comercio de material de Defensa permite cancelar el acuerdo en cualquier momento hay "indicios racionales" de que las armas se usan en acciones "que perturben la paz".
Teniendo en cuenta que las Fuerzas de Defensa de Israel asesinaron a más de 13.000 niños y de 31.000 palestinos en total, claramente son acciones "que perturban la paz".
Prepararse para la guerra
Miquel Ramos
No existen sueños imposibles. Ese era el título de la canción que el teniente coronel Manuel González Hernández interpretó a pelo para cerrar el acto de entrega del premio Soldado Idoia Rodríguez el pasado viernes. El video se hizo viral, pues no es habitual ver a un militar de uniforme cantar así en un acto oficial, aunque parece ser que no era la primera vez. El hombre le echa coraje, gesticula mientras canta y sonríe al finalizar. No es un reality show ni un programa de talentos. Él va vestido de militar, y la decoración de la sala tiene un aire institucional.
No vengo a juzgar artísticamente a este señor, ni siquiera su afición al canto, ostente el oficio que sea. Pero esta actuación fue en un escenario castrense y oficial, y vino en un momento en el que no pocos ojos estaban puestos en los asuntos de Defensa. Primero, tras las declaraciones de la ministra Margarita Robles en una entrevista sugiriendo una guerra con Rusia. "La amenaza de guerra es absoluta y la sociedad no es del todo consciente", dijo. A lo que añadía que "hoy en día, un misil balístico puede llegar perfectamente desde Rusia a España". Unas palabras que exigen una larga explicación y que merecerían una contundente respuesta social y política. En otro momento y dicho por políticos de otro signo, así me temo que sería. Pero nada de eso ocurrió, y este aviso ahí quedó, como anécdota perdida en un periódico más. En medio de un bombardeo sistemático de noticias y declaraciones que nos pretenden convencer de la inevitabilidad de la guerra.
Las declaraciones de Robles no vienen solas. Un día después, la cuenta oficial en la red social X del presidente del Gobierno, publicaba un video del encuentro de Sánchez con las principales empresas del sector de la industria de defensa en España. Sí, los fabricantes de armas y de todo lo necesario para una guerra. Decía el tuit que esta visita era "para agradecer su compromiso en el apoyo a Ucrania y pedir al sector que sea clave en el desarrollo de la nueva Estrategia Industrial Europea de Defensa". La invasión rusa de Ucrania ha supuesto un muy buen negocio para los mercaderes de armas europeos y estadounidenses. Y encima ha creado empleo. Y con estos argumentos hay quien se siente satisfecho.
"Si queremos estar preparados para combatir en Europa del Este es fundamental la instrucción y adiestramiento en paso de cursos de agua". El Estado Mayor de la Defensa publicaba la pasada semana este mensaje en la red social X acompañando varias imágenes de soldados españoles realizando maniobras en Polonia. No fueron pocas las respuestas en esta red criticando que se hablase de guerra en el Este tan tranquilamente, pero nadie, hasta hoy, ha salido a dar ninguna explicación más allá de lo que Margarita Robles dejó caer en su entrevista en La Vanguardia pocos días después: hay que prepararse para la guerra, porque está a la vuelta de la esquina.
También estos días, el Consejo de Seguridad Nacional advertía del peligro que suponía la circulación de todo tipo de armamento desde Ucrania, así como de la participación en el conflicto de combatientes extranjeros que luego regresan a sus países con la experiencia y quizás alguna cosa más de esa guerra. Algo que no se ha perseguido, sino que más bien se ha fomentado desde los países que siguen mandando armas y medios a Ucrania, promocionando y heroizando en los medios de comunicación a los mercenarios y aventureros que se unen a sus filas. Esto, junto con la acción militar de Israel en Gaza, dicen, supone "un riesgo real y directo" de aumento de "la amenaza terrorista, el extremismo violento y el surgimiento de nuevos movimientos que promuevan una ideología radical y violenta", según se justificaba la Estrategia Nacional contra el Terrorismo que se dio a conocer esta semana.
En las fallas valencianas, cuando de pequeños tirábamos petardos, siempre había alguien que colocaba un pequeño artefacto sobre el zurullo de un perro. Todos nos acercábamos a ver como lo hacía, y corríamos nada más prendía la mecha, conscientes de que la mierda saldría disparada y que posiblemente nos alcanzaría a más de uno. Perdonen el símil tan valenciano, escatológico y fallero en un asunto tan serio, pero es que la política occidental es un poco así.
Todas las justificaciones que esgrimen nuestros políticos sobre la necesidad de intervenir en la guerra de Ucrania incluyen siempre un elemento moral, una supuesta defensa ética del oprimido y de unos valores que se suponen del mundo libre frente a la tiranía. Una justificación que no les encaja cuando hablamos de Gaza, por muchas evidencias que tengan del genocidio en marcha. Al contrario, la complicidad de nuestros gobiernos en esta masacre se exhibe sin pudor a base de la compraventa de armas con Israel, de garantizar su impunidad y de los habituales discursos vacíos apelando a la contención, a la paz, así, en abstracto y sin hacer absolutamente nada por ello más que aparentar preocupación para calmar a la mayoría social que le exige que hagan algo.
Nos están preparando para la guerra. Algo que creíamos ajeno, lejano e imposible, hoy nuestros gobernantes nos sugieren que es inminente e inevitable. Que llegará el día y que no lo habrán buscado ellos, claro. Como la mierda de perro que salta con el petardo fallero. Y no hay una respuesta a la altura, ni social ni política ni mediática. Un sistemático bombardeo de miedos y certezas que quiere hacernos incuestionables las decisiones políticas aludiendo a lo más básico, que es nuestra seguridad, nuestra existencia. Esto, además, se traduce en un repliegue identitario y en un recorte de derechos avalado por la mayoría, presa del miedo tras haber sufrido una pandemia global y haber sido convencida de que el enemigo está en el kebab de la esquina.
En Europa hace tiempo que este trino es más agudo que en España, y en la Unión lleva tiempo instalada esa retórica belicista a la vez que las extremas derechas están mejor que nunca. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen llamó hace unas semanas a armarse todavía más y a no descartar un escenario de guerra. Estos tambores de guerra son aporreados hoy por todo el espectro político occidental, desde la ultraderecha hasta verdes y socialdemócratas. Esos socialdemócratas daneses que hoy ya ha comprado parte del paquete racista de la extrema derecha contra las personas migrantes y que esta semana ha anunciado un incremento millonario del gasto militar y la posibilidad de reinstaurar el servicio militar obligatorio incluyendo a las mujeres.
Esta pasada semana recordábamos el atentado del 11M y las movilizaciones del No a la Guerra que hicieron caer a Aznar y que llevaron al PSOE a retirar las tropas de Irak en su 20 aniversario. Antes de esto, hubo en los 80 un gran movimiento pacifista que se opuso a la entrada de España en la OTAN y que pagó con cárcel su lucha contra el servicio militar obligatorio. Hubo una sociedad progresista que incluso en el contexto de Guerra Fría, no menos tenso que hoy en muchos aspectos, defendía una paz con justicia y un desarme global. "No existen sueños imposibles", cantaba el teniente coronel el otro día. No sé cuál será el suyo, pero me temo que prepararse para la guerra no merece hoy ninguna canción que no sea un grito de protesta contra este escenario bélico en el que nos están metiendo cada vez más.
Fuente: elDiario.es