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¿El caballo de Troya francés? La iniciativa de Macron para sabotear la reunión de los BRICS

Por Elespiadigital
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infoelespiadigitales/4/4/19
martes 11 de julio de 2023, 21:00h

Medios franceses sugieren que el presidente, Emmanuel Macron, desearía asistir a la próxima reunión de los BRICS, prevista para agosto en Sudáfrica. De confirmarse, su iniciativa representaría una de las maniobras diplomáticas más inesperadas de Occidente en cuanto al grupo BRICS. ¿Estaríamos ante una especie de caballo de Troya a la francesa?

Valdir da Silva Bezerra

Valdir da Silva Bezerra

Medios franceses sugieren que el presidente, Emmanuel Macron, desearía asistir a la próxima reunión de los BRICS, prevista para agosto en Sudáfrica. De confirmarse, su iniciativa representaría una de las maniobras diplomáticas más inesperadas de Occidente en cuanto al grupo BRICS. ¿Estaríamos ante una especie de caballo de Troya a la francesa?

En primer lugar, cuando se trata de los BRICS, depositar cualquier tipo de confianza en Emmanuel Macron en este momento es bastante arriesgado. Cabe recordar que en la última reunión del G7 celebrada en Japón en mayo, Francia renunció a su avión presidencial para llevar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al evento.

La idea era que la presencia de Zelenski allí podría presionar de algún modo a Estados neutrales como Brasil y la India (dos son los miembros de los BRICS que también asistieron a las reuniones) para que se pusieran del lado de Occidente en la crisis ucraniana. Francia, como miembro del grupo G7, también respaldó la declaración final de la cumbre, cuyo tenor era claramente antirruso.

El grupo BRICS, por su parte, se mostró firme en no ceder a las presiones occidentales en su nueva cruzada contra Moscú, instando a la comunidad internacional a crear las condiciones para un acuerdo de paz en Europa del Este. El interés de Macron en participar de alguna manera en la reunión de los BRICS en agosto, por lo tanto, puede reflejar la misma línea adoptada por el canciller alemán, Olaf Scholz, de inducir a países como Brasil, la India y Sudáfrica a colaborar con el esfuerzo bélico de los países occidentales contra Rusia, lo que es un verdadero absurdo en sí mismo.

Pero las diferencias entre los intereses de Francia y los BRICS no acaban ahí. Los países BRICS defienden desde hace tiempo la necesidad de desdolarizar el comercio internacional, es decir, de establecer intercambios bilaterales en sus propias monedas locales. Francia, por su parte, forma parte de la zona euro, la segunda moneda más influyente del sistema en la actualidad. Como uno de los buques insignia del proyecto de integración europea, junto con Alemania, es difícil imaginar que los franceses apoyen iniciativas de comercio internacional que no se basen en monedas tradicionales como el dólar y el euro.

Además, en el plano cultural, Francia es uno de los países centrales de la civilización occidental, cuya filosofía se basa en la creencia de la universalidad de sus valores e ideales. Por lo tanto, los franceses creen que el individualismo liberal y la economía de libre mercado (preferiblemente desregulada) deben ser la base del desarrollo de las naciones sin tener en cuenta las especificidades locales de cada civilización. De hecho, el propio término 'desarrollo' se ha utilizado históricamente para implicar una especie de movimiento hacia los sistemas occidentales de gestión de la economía y el Gobierno, e incluso hacia un estilo de vida similar al de los llamados países "avanzados".

Sin embargo, no existe un único camino hacia el desarrollo, como ya han demostrado Estados como Rusia, la India y China. No obstante, los BRICS también simbolizan una iniciativa política que pretende abogar por unas reglas más justas para el desarrollo mundial, de modo que el poder de decisión en las instituciones decisorias dominadas por Occidente como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pueda reflejar adecuadamente la creciente importancia de los países emergentes en el sistema.

En este sentido, cualquiera que sea el principio de justicia distributiva del poder internacional adoptado por Francia, es ciertamente diferente del concepto adoptado por los países BRICS. La propia naturaleza de la posición jerárquica de Francia (como miembro del G7 y del Consejo de Seguridad de la ONU) le impulsa a defender el status quo en detrimento de las naciones menos privilegiadas del mundo.

Ahora bien, la 15ª Cumbre de los BRICS en Sudáfrica debería centrarse precisamente en cuestiones de reforma de la gobernanza mundial, tocando puntos como la necesidad de reducir la sobrerrepresentación occidental (y especialmente europea) en instituciones como por ejemplo el Banco Mundial y el FMI. Cabe señalar que hoy en día asistimos a un creciente interés de varios Estados —principalmente del Sur Global— por unirse a los BRICS, entre ellos Argelia, que vivió una complicada experiencia de colonización francesa durante más de un siglo.

Después de todo, ¿cómo verían Argelia y otros países del mundo musulmán (también interesados en unirse al BRICS) la presencia del mandatario francés en la próxima reunión del grupo? Precisamente Francia, que junto con otros países occidentales, ha llevado a cabo una verdadera política de imperialismo cultural en todo el mundo.

Otro factor importante a tener en cuenta es que Francia no es un país que lleve a cabo su política exterior de forma totalmente independiente. Si a mediados de la década de 1960 Charles de Gaulle llegó incluso a retirar las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte de su territorio por estar en desacuerdo con las políticas de la Alianza, hoy en día Francia es uno de los países que más ha participado en las intervenciones de la OTAN en el norte de África y Oriente Medio.

Un ejemplo de ello fue el calamitoso bombardeo de Libia en 2011 por parte de la Alianza Atlántica, que culminó con la caída del exlíder del país Muamar Gadafi y el colapso de Libia en una condición de caos político y económico que ya dura años. Los países BRICS, por su parte, critican la desastrosa intervención de los países occidentales en los asuntos internos de otros Estados, encubierta por sus discursos pseudohumanitarios. La diferencia, por tanto, entre ambos enfoques es como el agua con el aceite.

Por último, aunque Macron pueda reconocer hasta cierto punto las implicaciones geopolíticas que se esconden tras el fortalecimiento de los BRICS, su compromiso con el grupo tiene como objetivo salvaguardar única y simplemente los intereses de Occidente en el sistema internacional.

Después de todo, Francia como miembro fundador del G7 y como participante activo en la coalición occidental, ahora en abierta confrontación con Rusia, no se ve interesada en establecer siquiera un equilibrio de poder estable en el propio continente en el que se encuentra, y mucho menos en el mundo. ¿Qué confianza merecería Macron en una situación así? La respuesta parece algo obvia.

Nacimiento de una nueva era: el rol de los BRICS en la revisión de las relaciones internacionales

Valdir da Silva Bezerra

Recientemente, Wang Yi, jefe de la Oficina de la Comisión de Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de China, en una conversación telefónica con Celso Amorim, asesor especial del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, destacó la importancia de los BRICS para la cooperación mundial entre países en desarrollo.

China considera que el grupo BRICS es la plataforma más importante para reforzar la solidaridad entre los países en desarrollo y también un factor esencial para el establecimiento del mundo multipolar. Al fin y al cabo, según las previsiones del expresidente de uno de los grupos de banca de inversión y de valores más grande del mundo, Goldman Sachs, Jim O'Neil, en 2050 los países BRICS dominarán el panorama económico mundial.

Hay varias razones para ello. En primer lugar, dos de sus miembros, China y la India, siguen mostrando un crecimiento envidiable de su Producto Interno Bruto (PIB), además de ser los dos países más poblados del planeta. Ambos representan los mayores mercados de consumo del mundo, atrayendo empresas y expandiendo cada vez más sus negocios.

Por otro lado, están Brasil y Rusia, cuyos territorios son de escala continental y que cuentan con vastos recursos naturales. Brasil, a su vez, es uno de los principales productores agrícolas mundiales, al tiempo que exporta hierro, cobre e importantes materias primas como petróleo y gas. Rusia posee las mayores reservas de combustibles fósiles del planeta, con más del 20% de las reservas mundiales de gas natural.

En vista de este enorme potencial, a lo largo de sus numerosas cumbres, los BRICS ha servido de plataforma para el acercamiento político de sus países miembros. No solo eso, sino que también ha servido de importante plataforma para que las naciones del grupo promuevan activamente la defensa de la multipolaridad en el sistema internacional.

Además, incluso con los desafíos políticos y financieros a los que se enfrentó el grupo tras el periodo pandémico y como resultado del conflicto ucraniano, los BRICS siguieron siendo fuertes en la economía mundial, representando alrededor del 20% del comercio mundial total. Irremediablemente, por lo tanto, los BRICS se convertirán en uno de los bloques económicos más importantes del sistema, haciendo que el dominio del G7 sea cosa del pasado.

Una vez más aquí es necesario destacar el papel de China para este resultado de los BRICS. Pekín ha desempeñado un papel esencial en la proyección y consolidación del grupo, al tiempo que acoge en su territorio el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), una institución financiera multilateral creada por iniciativa de los países miembros de los BRICS. Con el objetivo principal de financiar obras de infraestructura y desarrollo sostenible en los mercados emergentes, la institución se ha dado a conocer por representar una alternativa real a las organizaciones internacionales dominadas por el G7, como el Banco Mundial y especialmente el Fondo Monetario Internacional (FMI).

No obstante, entre 2021 y 2022 ya se han adherido al banco cuatro países: Bangladés, los Emiratos Árabes Unidos, Uruguay y Egipto, ampliando el alcance global de la institución en América Latina, Oriente Medio, África y Asia. Dado que el NDB sigue dispuesto a recibir nuevos clientes en el futuro, cabe esperar que el Banco de los BRICS marque su presencia en el siglo XXI como uno de los elementos más importantes de un orden internacional reformulado, en el que los países emergentes puedan tener una mayor voz y representatividad en los procesos de toma de decisiones globales.

Más allá del banco, también hay que destacar el papel de los BRICS como uno de los principales abanderados del proceso de desdolarización de la economía mundial. Habiendo acercado a lo largo de los años a los ministerios de finanzas de sus países miembros, los BRICS ha contribuido a establecer un entorno de confianza y cooperación económica basado en beneficios mutuos. No por casualidad, países como Brasil, China, Rusia y la India firman cada vez más acuerdos comerciales bilaterales en sus monedas locales, evitando así la necesidad de utilizar el dólar como medio de cambio. A modo de ejemplo, las refinerías indias ya efectúan pagos en yuanes por las importaciones de petróleo ruso, mientras que China también utiliza el yuan para la mayoría de sus importaciones energéticas procedentes de Moscú.

En la actualidad, más del 80% de las transacciones comerciales entre Rusia y China se realizan en rublos y yuanes. Durante su visita a Pekín en abril de 2023, el presidente brasileño, Lula da Silva, también señaló el uso de monedas locales para el comercio entre Brasil y China, una medida que deberían imitar otros países latinoamericanos. Por otra parte, cabe mencionar que, además de Brasil y Rusia, más de otros 20 países están celebrando acuerdos comerciales con China basados en monedas alternativas, siguiendo el ejemplo de los países BRICS. Este es el comienzo de una reformulación en pleno desarrollo en la escena internacional, instigada por la pérdida de prestigio del dólar en el sistema.

Estas medidas, que anuncian el fin del uso del dólar como medio de cambio en las transacciones entre Estados, serán extremadamente perjudiciales para la posición mundial de Estados Unidos. Esto se debe a que el yuan chino va camino de convertirse en un firme candidato en las transacciones comerciales y financieras entre países, disminuyendo así los efectos de las políticas monetarias estadounidenses en el mundo.

Tal reformulación, liderada precisamente por los países BRICS, se ha hecho necesaria ante la aplicación unilateral de sanciones económicas por parte de Washington contra Irán y especialmente contra Rusia a partir de 2022. En la práctica, esta política de EEUU ha generado fuertes incertidumbres en varias naciones del globo, temerosas de ser vulnerables frente al poder financiero norteamericano, capaz de congelar activos de forma discrecional en instituciones internacionales bajo su mando.

Por último, hay que tener en cuenta la posibilidad de ampliación de los BRICS con la posible adhesión al bloque de países como Arabia Saudita, Argentina e Irán. Al representar un modelo político basado en un liderazgo "colectivo" en defensa de la multipolaridad, el fortalecimiento y la expansión de esta alianza podrán redefinir los contornos del orden mundial en el siglo XXI. Este nuevo orden será uno sin el dominio de un hegemón y con múltiples instituciones de toma de decisiones globales que darán la debida voz a los países en desarrollo. Se tratará de un mundo más justo, que ha sido precisamente el principal objetivo de los BRICS desde su creación y su principal motor para la remodelación de las relaciones internacionales.

 

En los Estados Unidos descubrieron cómo robar un billón de dólares de China
Elena PANINA

 

Beijing tiene alrededor de $ 850 mil millones en deuda estadounidense, lo que es un gran problema para Washington. Si China de repente decide lanzar esta deuda al mercado, la posición global del dólar podría verse muy seriamente socavada.

Según los medios chinos, la visita prevista de la secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, a Beijing se centrará principalmente en cuestiones de deuda.

Pero la Fundación Heritage propone cancelar por completo la deuda de Estados Unidos con China.

El hecho es que en la primera mitad del siglo XX, el gobierno de la República de China emitió bonos denominados en oro. En 1938, durante un conflicto con Japón, China dejó de pagar su deuda soberana, el gobierno huyó a Taiwán y surgió la República Popular China en China continental.

La República Popular China es reconocida por la comunidad internacional como el gobierno sucesor de China. Entonces, están felices en la Fundación Heritage: ¡están obligados a pagar los bonos en los que se declaró el incumplimiento!

El tamaño de la "deuda china", aquí es una coincidencia, es de poco más de un billón de dólares. Los bonos están controlados por el American Bondholders' Fund (ABF), que actúa como fiduciario de aproximadamente 20.000 tenedores de bonos.

El caso, según la Heritage Foundation, es correcto. Después de todo, Hong Kong fue devuelto a China solo después de que se pagó la deuda de bonos de China con los británicos. Alemania pagó las reparaciones de la Primera Guerra Mundial solo en 2010, mientras que Gran Bretaña pagó los bonos del siglo XIX en 2015.

Entonces, el gobierno de EE. UU. debería comprar (a un precio reducido, por supuesto) el fondo ABF para compensar la deuda con China. En el camino, reduciendo su asombrosa deuda pública general. Y si China se niega a reconocer estos bonos como "dinero" legítimo, entonces se debe negar a Beijing el acceso a todos los mercados de bonos denominados en dólares estadounidenses y bolsas de valores.

El plan es bueno, por supuesto. Pero China puede usar la experiencia histórica de los propios Estados Unidos, solo del siglo XIX a la que se refiere la Fundación Heritage.

Tras el final de la guerra por la independencia de Estados Unidos de Gran Bretaña, George Washington decidió reestructurar las deudas acumuladas del Congreso. Se emitieron bonos de préstamo federal, los llamados "dólares continentales" por un monto de $ 241 millones y la responsabilidad de cada estado por su pago, que excedía claramente las capacidades de los entonces mendigos de Estados Unidos.

En 1779, el Congreso anunció por primera vez su devaluación en una proporción de 38,5 a 1 y luego acordó recomprar sus papeles por el 1% del valor nominal. ¿Qué impide que China haga lo mismo?

 

Estados Unidos convirtió a Alemania en una colonia energética: ¿cómo lo hizo?
El canal irlandés de Youtube Real Engineering pregunta por qué la energía nuclear proporciona el 65-75 % de la generación de electricidad en Francia y el 0 % en Alemania.

 

Por desgracia, la respuesta a esta pregunta no se encuentra en el plano técnico. El punto es la presencia de un poco de soberanía estatal.

Francia es el país más soberano de la UE. Aunque se restringió mucho después de regresar a la organización militar de la OTAN en 2009.

Y Alemania es una colonia estadounidense, controlada por 200 bases militares estadounidenses. Así como la llamada Chancellor Act, una declaración de las autoridades alemanas sobre sus obligaciones hacia sus aliados representados por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. El control de los "aliados" sobre la prensa, radio y televisión alemanas, así como las reservas de oro del país está estipulado hasta 2099.

Y como señaló acertadamente Aleksey Pushkov, los mismos "verdes" en Alemania son un partido pro-estadounidense, en gran parte incompetente, pero muy motivado ideológicamente, sin dudarlo sacrificando parte de los intereses económicos de su país por tratar de apoyar Pax Americana.