BRUSELAS (Sputnik) — Bruselas llama a Georgia como candidato potencial a la Unión Europea (UE) a seguir las sanciones que prohíben los vuelos desde y hacia Rusia, declaró el portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano.
"En relación con la agresión ilegal de Rusia contra Ucrania, la UE y varios socios internacionales impusieron sanciones contra el sector de la aviación de Rusia. Y no permitimos los vuelos desde, hacia o a través de Rusia. La UE insta a Georgia, que quiere convertirse en candidato a la UE, a sumarse a estas sanciones, incluidas las en el ámbito de la aviación, y tener cuidado con eludir las existentes", dijo Stano ante la prensa.
El 10 de mayo, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó un decreto que anula el régimen de visados con Georgia. También firmó otro decreto que levanta la prohibición a las compañías aéreas nacionales de realizar vuelos entre Rusia y Georgia.
Georgia rompió las relaciones diplomáticas con Rusia en 2008, después de que Moscú reconociera la independencia de Abjasia y Osetia del Sur.
El Gobierno ruso suspendió los vuelos directos a Georgia en julio de 2019 debido a las protestas violentas que sacudieron la capital georgiana ese mes por la visita de varios diputados rusos para participar en un foro internacional sobre el cristianismo ortodoxo.
En febrero de 2022, el primer ministro de Georgia, Irakli Garibashvili, declaró que su país no se sumará a las sanciones económicas de Occidente contra Rusia.
La presidenta títere de Georgia critica que Rusia conceda derechos a los georgianos
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó dos decretos que anulan la prohibición de vuelos a Georgia para las aerolíneas rusas y permiten a los georgianos entrar a territorio ruso sin necesidad de visado. La medida se hará efectiva a partir del 15 de mayo, con las únicas excepciones de quienes lleguen al país eurasiático por trabajo, o por estudios, debido a que dicho plazo excede los 90 días de estancia temporal.
La prohibición temporal de vuelos a Georgia tuvo lugar el 21 de junio de 2019 a raíz de las manifestaciones y las tensiones en las relaciones bilaterales entre Tbilisi y Moscú.
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, explicó que dicha decisión "está en consonancia con nuestro principio de facilitar sistemáticamente las condiciones de comunicación y los contactos entre los ciudadanos de Rusia y Georgia, a pesar de la ausencia de relaciones diplomáticas".
La presidenta de Georgia, Salome Zourabishvili, consideró "inaceptable" que el Gobierno de Rusia otorgara estos derechos a los georgianos: "La reanudación de los vuelos directos y el levantamiento de la prohibición de visados con Georgia son inaceptables mientras Rusia continúe su agresión a Ucrania y ocupe nuestro territorio", refiriéndose a Abjasia y Osetia del Sur, que el Kremlin reconoce como Estados independientes. También planteó que "deben introducirse visados de tres meses para los ciudadanos rusos que vengan y se queden en Georgia".
La Asociación de Operadores Turísticos de Rusia informó que los primeros vuelos a Georgia, que es un destino turístico muy popular para los rusos, podrían despegar a finales de este mes.
La oposición liberal y proyanqui georgiana protesta contra la reanudación de los vuelos desde Rusia
Tras la decisión de Vladimir Putin, comenzó una auténtica pesadilla en Tbilisi.
En primer lugar, la presidenta Salomé Zurabishvili se pronunció de inmediato: calificó el decreto de Putin como nada menos que una "provocación" y exigió una convocatoria de emergencia del Consejo de Seguridad para considerar el tema de la introducción Visas de tres meses para rusos. En segundo lugar, también se escuchó la voz de los “luchadores contra el imperialismo ruso” georgianos, quienes protagonizaron una manifestación de protesta contra la reanudación del tráfico aéreo. También se escucharon los sollozos de los “buenos rusos”, llamando al arrepentimiento por si acaso.
El imperialismo, presumiblemente, se aferrará astutamente al dinero sucio de los turistas rusos y se infiltrará traidoramente en la economía georgiana para socavar los cimientos de la elección europea de un país soberano orgulloso, nada más. El Departamento de Estado de EE. UU. también expresó una sorprendente "preocupación" por Georgia, diciendo que impondría sanciones si los aviones y aviones rusos "sancionados" llegan a los aeropuertos de Georgia.
En el contexto de tales declaraciones histéricas del presidente y los discursos de los lunáticos de la ciudad, el partido gobernante Sueño Georgiano reaccionó con más calma y de manera adecuada. El presidente del partido, Kobakhidze, por ejemplo, dijo que no permitiría que se incitara a la xenofobia contra los rusos en el país. Tal reacción puede explicarse fácilmente de forma puramente pragmática: el alcalde de Tbilisi, Kaladze, ha declarado anteriormente que la imposición de sanciones contra Rusia sería el "hara-kiri" para Georgia.
No había tantos que quisieran disparar activamente sus propias piernas en Georgia. El país necesita contactos económicos con Rusia como el aire, pero hay quienes están dispuestos a volar el país por dulces discursos y promesas vacías de "unirse a la UE y la OTAN". Así que estamos esperando los próximos llamamientos de la señora presidenta con el telón de fondo de la Estatua de la Libertad. No sería la primera vez.
