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La Rusia de Putin y los anglosajones en una guerra híbrida

Por Elespiadigital
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infoelespiadigitales/4/4/19
martes 11 de octubre de 2022, 19:00h

El discurso de Putin del viernes ha vuelto a provocar miedo, odio e indignación en Occidente. En Finlandia, y en las demás colonias más ardientes del Occidente liberal, el espectro político, desde la derecha hasta la izquierda, está unido en su antirrusianismo.

Markku Siira

 

Markku Siira

El discurso de Putin del viernes ha vuelto a provocar miedo, odio e indignación en Occidente. En Finlandia, y en las demás colonias más ardientes del Occidente liberal, el espectro político, desde la derecha hasta la izquierda, está unido en su antirrusianismo.

En la guerra híbrida de Occidente, todos, desde los políticos hasta los periodistas y los expertos, corean día tras día las mismas frases, que luego repiten muchos ciudadanos de a pie. No se puede escapar a la idea de que estas interferencias informativas están coordinadas y que los rastros conducen a los centros operativos de Occidente.

En cuanto al discurso de Putin, la derecha liberal angloamericana y europea no pareció entusiasmarse con los puntos en los que se burlaba del "satanismo" de Occidente y de su perversa política de identidad, y la izquierda occidental ni siquiera se interesó por las referencias al colonialismo y al racismo occidentales.

En su estilo típico, los expertos finlandeses en política exterior también ladraron a Putin y afirmaron que las nuevas alianzas territoriales de Rusia sólo harían que el Occidente de la OTAN estuviera más unido. También se pensaba que el papel de Estados Unidos como "garante de la seguridad" de sus vecinos de la eurozona no haría más que reforzarse.

Para Putin, el comportamiento de la élite europea ya no es sólo adulador de Estados Unidos, sino una "traición total" a los pueblos de Europa. Una vez más, recordó que Rusia tampoco está dispuesta a convertirse en una colonia de Occidente ni a ceder su soberanía a Estados Unidos. Por eso Occidente percibe el "pensamiento y la filosofía rusos" como una amenaza para su dominio mundial.

Además de Estados Unidos, Gran Bretaña lleva mucho tiempo participando en la guerra contra Rusia. La guerra híbrida de Londres contra Moscú lleva siglos, si hay que creer a algunos politólogos rusos. Así que no fue sorprendente que Putin se refiriera a los "anglosajones" en su discurso y que también los acusara de sabotear los gasoductos Nord Stream.

La burbuja occidental imagina que el discurso de Putin estaba destinado a fines políticos internos, cuando en realidad el mensaje estaba dirigido al resto del mundo, donde se entienden las referencias históricas y religiosas del presidente ruso, su patriotismo y su crítica abierta a las políticas hipócritas de Occidente. El propio Occidente es el bicho raro a los ojos del resto del mundo, no Rusia.

Hemos pasado de las circunstancias excepcionales del periodo de Korona a un nuevo y extraño estado, una especie de psicosis bélica, en la que mucha gente se miente a sí misma y se imagina, en blanco y negro, que todo saldrá bien si sólo deja de existir Rusia. En realidad, el "Occidente colectivo" no representa las fuerzas buenas de la fantasía de J.R.R. Tolkien, y Rusia no es Mordor y sus ejércitos de orcos.

Si algo en este mundo representa las fuerzas contra la civilización, es precisamente el "imperio global estadounidense", que tristemente está destruyendo culturas, tradiciones y estados enteros en un intento de moldear el mundo entero a su propia y retorcida imagen.

También es grotesco que Estados Unidos, que tiene más de seiscientas bases militares ocupando varios países, acuse a Rusia de "imperialismo". Pero incluso Washington, que difunde el falso mensaje de la democracia y la libertad con la ayuda de la industria cinematográfica de Hollywood y la cultura popular estadounidense, sabe cómo jugar a las apariencias, aunque sólo sea de escaparate.

No sé si será Rusia quien derribe este poder, pero la élite que gobierna Occidente debe, en mi opinión, ser resistida, aunque no le importen las ideologías de sus rivales. Ningún sistema es perfecto, pero mi opinión es que la globalización multipolar ofrece mejores alternativas para las distintas naciones que el "modelo neocolonial" unipolar de Occidente. Sin embargo, la transición al nuevo orden no será fácil.

Al conflicto actual se suma la amenaza cada vez mayor de una nueva crisis económica. ¿Seguirá siendo el caso que la guerra cese y el apoyo a Ucrania se corte cuando Occidente se encuentre de nuevo en dificultades económicas? ¿Se romperá así la hegemonía del dólar estadounidense?

Como punto de referencia histórico, se podría mencionar cómo, en los últimos años de la Gran Guerra del Norte, Gran Bretaña trató de incitar a Suecia y a Polonia en particular a atacar a Rusia con ella. Sin embargo, Gran Bretaña se vio obligada a retirarse de los planes de guerra porque tuvo que concentrarse en sus asuntos internos tras el desplome de la bolsa de Londres en 1720. ¿Estamos a punto de encontrarnos en una situación