La Marina de Vichy es un retrato vivaz, real y heroico de una Marina que lucho denodadamente para nada, o para casi nada. Tuvo la triste fortuna de ser enemiga a un tiempo de los grandes contendientes de la II Guerra Mundial tanto en Europa, como en América y Asia y entabló combate contra todos ellos. Personajes singulares presas de sus sistemas políticos, de intrigas en la sombra ya sean de la alta política internacional o de las pequeñas miserias bajo las toldillas, protagonizan esta historia.
La lectura de este libro, magníficamente escrito, abre los ojos a una época mentida, manoseada, reescrita mil veces y todas mal para dibujar a un malvado Mariscal Petain y a un De Gaulle salvador de Francia, cuando nada de esto es cierto. Al final uno se queda pensando en cómo la estúpida Inglaterra, haciendo bandera de sus errores y traiciones pasa a la historia escribiéndola disfrazada de lo nunca fue.
La derrota que Alemania infligió a Francia en 1940 constituyó la mayor catástrofe militar de toda su historia. Pero su Marina de guerra, la cuarta más poderosa del mundo a finales de los años 30 del siglo XX, que había combatido con eficacia contra alemanes e italianos, no fue vencida por ellos. Una vez que la Asamblea Nacional otorgó plenos poderes a Pétain, la Marina de Guerra se mantuvo leal al viejo mariscal y la compleja situación que atravesaba Francia hizo que se viera envuelta en nuevas acciones navales, que se desarrollaron en los más diversos teatros de operaciones. Así, hubo de enfrentarse a sus antiguos aliados británicos en los sangrientos combates de Mers el Kébir, Dakar, Yibuti, Diego Suárez, Beirut, Argel o Casablanca, o a la Marina Real thailandesa en las remotas aguas de Koh Chang. Tuvo que mantener el vínculo marítimo entre la metrópoli y el imperio colonial y atravesó situaciones extraordinarias en las Antillas, en Alejandría o en la propia Francia. Durante la II Guerra Mundial, la Marina de Guerra de Vichy protagonizó hechos relevantes que hoy no son todo lo conocidos que debieran, pretendiendo este libro sacarlos a la luz.
El régimen de Vichy fue instaurado por el mariscal Philippe Pétain en parte del territorio francés y en todas sus colonias. El 10 de julio, las Cámaras francesas, constituidas en Asamblea Nacional, se reunían conjuntamente en la ciudad balnearia de Vichy - de ahí su nombre- y confirieron todos los poderes al mariscal, héroe de Verdún, para que, avalado por su sólido prestigio, tratase de llevar a Francia " a buen puerto" al haberse finiquitado la III República.
El régimen de Vichy duró desde el armisticio con Alemania en la Segunda Guerra Mundial, hasta agosto de 1944 . Pese a las draconianas condiciones de negociación, Francia fue el único país que pudo conservar su soberanía y sus propias instituciones.
El VIII articulo del texto del armisticio contemplaba a el destino de la Flota francesa: «La Flota de guerra francesa será concentrada en los puertos designados al efecto, bajo control italiano o alemán, para ser desmovilizada, a excepción de aquellas unidades entregadas al gobierno francés para la protección de sus intereses en su Imperio colonial….». Recordemos que la francesa era la cuarta flota más poderosa del mundo los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
La derrota que Alemania infligió a Francia en 1940 constituyó la mayor catástrofe militar de toda su historia. Pero su Marina de Guerra, que había combatido con eficacia contra alemanes e italianos, no fue vencida. La Marina de Guerra, leal al mariscal, se vio envuelta en nuevas acciones navales, algunas de ellas prácticamente desconocidas, que son analizadas en el libro de Joaquín Ruiz. Sus páginas transportan al lector a los más diversos mares y océanos, dada la compleja situación que atravesaba Francia, y asistirá a los enfrentamientos con sus antiguos aliados británicos en los cruentos combates de Mer el Kébir, Dakar, Yibuti, Diego Suárez, Beirut, Argel o Casablanca, o a la Marina Real thailandesa en las remotas aguas de Koh Chang.
Las singulares circunstancias que gravitaban sobre el vínculo marítimo que debía mantenerse entre la metrópoli y el imperio colonial, hizo atravesar a la Marina de Vichy situaciones extraordinarias en las Antillas, en Alejandría o en la propia Francia, que se convierten también en objeto de estudio.
Perfil del autor
JOAQUÍN RUIZ DIEZ DEL CORRAL nació en Madrid en 1958, en cuya Universidad Autónoma se licenció en Derecho. Siendo teniente de complemento del Cuerpo de Intendencia de la Armada, ingresó por oposición en el Cuerpo Jurídico de la Armada en 1986. En la actualidad es coronel auditor. Ha estado destinado en la Sección Económica de la Dirección de Construcciones Navales, en la Auditoría de la Zona Marítima del Cantábrico y ha sido asesor jurídico del Arsenal de Ferrol. Fue secretario relator del Tribunal Militar Territorial Primero y, en dos ocasiones, vocal de dicho tribunal. Por dos veces ha estado destinado en la Asesoría Jurídica del Cuartel General de la Armada y ha sido comisionado como asesor jurídico de la Jefatura del Apoyo Logístico de la Armada y como secretario relator del Tribunal Marítimo Central. Fue asesor jurídico del primer contingente español desplegado en Kosovo (KFOR 1) y en la actualidad lo es del Cuarto Militar de la Casa de S.M. el Rey. Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, es colaborador de la Revista General de Marina y de la publicación electrónica Revista Jurídico Militar.
