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Operaciones encubiertas en Venezuela: Del caracazo 2002 a la Operación Libertad Oscura 2019

Por Victoria
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vicky_8598hotmailcom/10/10/18
domingo 31 de marzo de 2019, 20:00h

Resumen: Este artículo está basado en archivos desclasificados de la CIA, documentos proporcionados por Wikileaks, documentos filtrados del Comando Sur de Estados Unidos y confesiones de altos funcionarios políticos estadounidenses y venezolanos. Además cuenta con la confesión de un exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Wayne Madsen. Básicamente, se trata de narrar y analizar los diferentes eventos políticos-militares que se realizaron con ánimos de desestabilizar a Venezuela. Estos eventos se registran desde 2002 al 2019 en los períodos de gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Asimismo, en la parte final se trata de ver los escenarios prospectivos en cuanto a la situación que afronta Venezuela ahora que presenta dos gobiernos paralelos.

Diego Arenas

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Diego Arenas

Resumen: Este artículo está basado en archivos desclasificados de la CIA, documentos proporcionados por Wikileaks, documentos filtrados del Comando Sur de Estados Unidos y confesiones de altos funcionarios políticos estadounidenses y venezolanos. Además cuenta con la confesión de un exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Wayne Madsen. Básicamente, se trata de narrar y analizar los diferentes eventos políticos-militares que se realizaron con ánimos de desestabilizar a Venezuela. Estos eventos se registran desde 2002 al 2019 en los períodos de gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Asimismo, en la parte final se trata de ver los escenarios prospectivos en cuanto a la situación que afronta Venezuela ahora que presenta dos gobiernos paralelos.

El 11 de abril del 2002 se realizó un golpe de Estado en contra del expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, el líder de la hazaña fue el presidente de la cámara de comercio más grande de Venezuela, Pedro Carmona, sus primeras acciones fueron disolver La Legislatura, El Tribunal Supremo, La Comisión Electoral Nacional y otras instituciones. Carmona declaró que la constitución de 1999 debía suspenderse a pesar de que había sido respaldada por una Asamblea Constitucional y ratificada por gran mayoría de votantes. Después de que se diera el golpe, un grupo de las fuerzas armadas tanto de la marina y fuerza aérea salieron a decir que el nuevo gobierno que se estaba instalando había decidido con seis meses de anticipación la salida de Chávez del poder. El plan se había diseñado desde afuera, ya que altos funcionarios de EE.UU. se reunieron con todos los jugadores claves de Venezuela como Pedro Carmona, quien asumió la presidencia, el vicealmirante Carlos Molina, el coronel de la Fuerza Aérea Pedro Soto y varios oficiales que en febrero del 2002 habían exigido públicamente la expulsión de Chávez. El plan estaba muy bien elaborado, dado que un diplomático estadounidense reveló que Molina y Soto recibieron $ 100,000 de una cuenta bancaria de Miami por denunciar y acusar a Chávez —y a través de ello desestabilizar su gobierno y lograr el golpe.

Por su parte, Wayne Madsen, un exoficial de inteligencia de la marina de EE.UU. y exanalista de la NSA, informó al periódico británico The Guardian que los agregados militares estadounidenses habían estado en contacto con miembros del ejército venezolano para examinar la posibilidad de realizar un golpe de Estado. “Escuché por primera vez que el teniente coronel James Rogers —asistente militar adjunto que ahora reside en la embajada de EE.UU. en Caracas se presentó allí en junio pasado para sentar las bases del golpe—”. “Algunos de nuestros agentes antinarcóticos también estuvieron involucrados en el complot". Además dijo que la marina estadounidense estaba en el área para ver cómo se desarrollaban las operaciones. Pero que no estaban relacionados plenamente con el golpe, no obstante, Madsen comprendió que la marina había ayudado a interrumpir las comunicaciones del ejército venezolano, centrándose en las comunicaciones hacia y desde las misiones diplomáticas en Caracas pertenecientes a Cuba, Libia, Irán e Irak, los cuatro países que habían expresado su apoyo a Chávez.

En Caracas, un congresista venezolano, Roger Rondon, acusó al embajador de EE.UU. en Venezuela, Charles Shapiro, y a dos agregados militares de la embajada de EE.UU. por su participación en el golpe. Asimismo, afirmó que los oficiales militares a quienes nombró como James Rogers y Ronald MacCammon, habían estado en la sede militar del Fuerte Tiuna con los líderes del golpe de Estado durante la noche del 11 al 12 de abril. Y refiriéndose al embajador Shapiro —Rondón dijo: "Lo vimos salir del palacio de Miraflores, con sonrisas y abrazos, caminando junto con el dictador Pedro Carmona Estanga —quien fue instalado por el ejército durante un día[[1]].

El 12 de abril del 2002 un día después del golpe de Estado, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo: “sabemos que la acción alentada por el gobierno de Chávez provocó esta crisis. Según la mejor información disponible el gobierno de Chávez reprimió las manifestaciones pacíficas. Los resultados de estos eventos llevaron a que el presidente Chávez renunciara a la presidencia. Pero antes despidió al vicepresidente y al gabinete de turno, y se instaló un gobierno civil de transición”—luego se corroboró que la información proporcionada por el portavoz de la Casa Blanca era falsa. En otra conferencia de prensa de la Casa Blanca de fecha 16 de abril del 2002, Ari Fleischer, declaró que el gobierno de EE.UU. no tenía conocimiento previo de un golpe de Estado pendiente en Venezuela: "los eventos que pasaron fueron fluidos, “esos eventos no fueron anticipados"[[2]]. Sin embargo, La Agencia Central de Inteligencia (CIA) era consciente de que oficiales disidentes y figuras de la oposición en Venezuela estaban planeando un golpe de Estado contra Hugo Chávez en el 2002, según documentos desclasificados de la agencia. Uno de ellos es un breve resumen de inteligencia “nivel secreto” de fecha 6 de abril del 2002, titulado: “Venezuela: maduración de las condiciones para un intento de golpe”: “Las facciones militares disidentes, incluidos algunos oficiales superiores descontentos y un grupo de oficiales subalternos radicales, están intensificando los esfuerzos para organizar un golpe de Estado contra el presidente Chávez, tan pronto como este mes. El nivel de detalle en los planes reportados —apunta a Chávez— y otros 10 oficiales de alto rango para su arresto (...) el documento dice además: "Para provocar una acción militar, los conspiradores pueden intentar explotar los disturbios derivados de las manifestaciones de oposición programadas para fines de este mes...”[[3]]. Casualmente, esos informes de inteligencia los suelen leer hasta 200 funcionarios que en ese entonces estaban bajo el gobierno de Bush[[4]]. Así que, decir qué no se tenía conocimiento sobre ese detalle es falso, la idea era apoyar el golpe y dar asistencia para cuando se consolidara.

Otro documento de alto secreto elaborado por la CIA de fecha 14 de abril del 2002, muestra preocupación respecto a que los gobiernos latinoamericanos puedan ver la política exterior de EE.UU. como "hipócrita" debido a su exclusivo respaldo al gobierno golpista de Carmona. La CIA también parecía sorprendida de que la región de América Latina haya rechazado rápidamente el golpe de Estado en Venezuela y que el gobierno de Carmona haya "colapsado asombrosamente", lo que demuestra una posible visión obsoleta del hemisferio y un fallo en la recopilación y análisis de inteligencia por parte de la agencia. De hecho, la CIA nunca imaginó que el golpe fallaría[[5]].

Pero lo más importante a resaltar es que la ONG—National Endowment for Democracy (NED) estaba siendo partícipe en la desestabilización de Venezuela antes del golpe del 2002. Según las cuentas recopiladas por la propia NED, se proporcionó $ 4, 039,331 a organizaciones venezolanas y estadounidenses que trabajaron en Venezuela entre 1992 y 2001: 60.4% de eso, o $ 2, 439,489 se concedió entre 1997 al 2001. De ese $ 2.4 millones, $ 587,926 (casi una cuarta parte) fueron a ACILS (American Center for International Labor Solidarity) por su trabajo con la Confederación de Trabajadores Venezolanos (CTV). Consiguiendo de esa forma dinero de sobra para solventar movilizaciones en las calles con ánimos de golpe. Por otra parte, en el 2002 la NED acumuló otros $ 1, 099,352 de los cuales ACILS obtuvo $ 116,001 por su trabajo con la CTV. En total, ACILS recibió $ 703,927 entre 1997 y 2002 solo por su trabajo en Venezuela[[6]].

En un informe del 30 de septiembre del 2000, con un claro intento de debilitar el gobierno de Chávez, la NED entregó entre otras subvenciones un total de $ 50,000 a PRODEL, una organización venezolana que promueve y defiende la descentralización en Venezuela. PRODEL establecería y capacitaría a una red de legisladores y alcaldes nacionales y estatales para monitorear las actividades de descentralización del gobierno, abogar por los derechos y responsabilidades del gobierno estatal y local en Venezuela. Al año siguiente, anunciando que estaba ampliando su programa en Venezuela en respuesta a "un proceso de cambio político profundo" emprendido por Chávez, la NED canalizó más de $ 877,000 en subvenciones para grupos estadounidenses y venezolanos, ninguno de los cuales apoyó a Chávez, incluidos $ 339,998 para brindar capacitación en formación de partidos políticos y coaliciones, así también se entregó $ 154,377 para la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV)[[7]]. Lo curioso de este caso es que el líder de la CTV, Carlos Ortega, trabajó estrechamente con Pedro Carmona para desafiar al gobierno de Chávez, y fue invitado por un afiliado de la NED a Washington en febrero de 2002, donde se reunió con Otto Reich, secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, que probablemente era uno de los autores intelectuales del movimiento para derrocar a Chávez. Simplemente, arreglos políticos para poder concretar acuerdos que permitirían desestabilizar a Chávez.

Ahora, otras fuentes calculan que solo para llevar a cabo el golpe de Estado en el 2002, la NED gastó cerca de dos millones de dólares. Movilizó a sus cuatro filiales que tenían en Venezuela, la International Republican Institute (IRI), la National Democratic Institute for International Affairs (NDIIA), un tercer organismo creado con la Cámara de Comercio USA: el Center for International Private Entreprise (CIPE), y un cuarto organismo, creado en común con el sindicato estadounidense AFL-CIO, la American Center for International Labor Solidarity (ACILS) llamado “Solidarity Center”[[8]]. De esta forma se ve que la ONG-NED desempeño un papel importante en la desestabilización política y social en Venezuela y que era vital para que se lleve a cabo el derrocamiento. Pero esta información es más profunda, ya que diferentes analistas de inteligencia y periodistas de investigación afirman que la NED es simplemente una fachada de la CIA para desestabilizar gobiernos y que de esa manera la huella de la agencia no se vea marcada cuando los golpes de Estados se realizan.

Cuatro años después del fallido golpe del 2002, las intenciones de Washington respecto al derrocamiento de Chávez eran evidentes. En un documento nivel secreto de 9 de noviembre del 2006, revelado por Wikileaks y elaborado por William Brownfield, exembajador de EE.UU. en Venezuela 2004-2007, se describe como se debía ir apretando al gobierno de Chávez en base a cinco puntos que se debían ir cumpliendo fielmente, tales son:

  1. “Fortalecer las instituciones democráticas”.
  2. “Penetrar la base política de Chávez”.
  3. “Dividir el chavismo”.
  4. “Proteger los negocios vitales de los EE.UU”.
  5. “Aislar a Chávez internacionalmente”[[9]].

Los puntos dos, tres, cuatro y cinco fueron los que lograron imponerse hasta la fecha 2019. Y mediante la embajada de EE.UU. en Venezuela, agencias de inteligencia y la oposición frente a Chávez que lograron penetrar las bases políticas del chavismo y dividirlo en por lo menos dos fuerzas: civiles y militares que más tarde estarían involucrados en diferentes intentos de derrocamientos. En cuanto a los negocios de EE.UU. fueron defendidos dado que los niveles de importación de petróleo siempre estuvieron en términos normales a los que Washington deseaba. Ahora, respecto a aislar a Chávez del escenario internacional hasta cierto punto se logró, puesto que el chavismo se consolidó en Venezuela y se arraigó ahí. Pero no se logró expandir en sus diferentes interpretaciones que se darían en América Latina a pesar del denominado “el giro a la izquierda”. Sin embargo, si se consolidó un aislamiento mediático en materia a que empezaron a destruir la figura política de Chávez con la intención de dejarlo políticamente mal. Aquello, puede interpretarse en que Chávez llevó una mala gestión económica en cuestión a que no diversificó su economía, que luego más tarde pueda evitar el desastre económico que se vive en Venezuela.

Otro documento de Wikileaks de 18 de junio del 2007, expone el plan que se estaba elaborando para cercar a Chávez en el Cono Sur, el documento resalta cinco puntos:

  1. Conocer al enemigo: Tenemos que entender mejor cómo Chávez piensa y lo que se propone.
  2. Participar directamente: Debemos reafirmar nuestra presencia en la región y participar en líneas generales con las "no-élites".
  3. Cambiar el paisaje político: Se debe ofrecer una visión de esperanza y respaldarla con programas que estén adecuadamente financiados.
  4. Mejorar las relaciones militares: Nosotros debemos continuar fortaleciendo vínculos con los líderes militares en la región que comparten nuestra preocupación sobre Chávez.
  5. Jugar con nuestras fuerzas: Debemos destacar que la democracia y un enfoque de libre comercio incluye la responsabilidad social de las empresas, eso garantizará soluciones duraderas.
  6. Difundir el mensaje: La diplomacia pública es clave, lo que es una batalla de ideas y visiones…[[10]].

Estos cinco puntos demuestran que existía todavía en la fecha 2007 una injerencia por parte de EE.UU. frente a los asuntos internos de un Estado soberano. Así pues, ya se conoce que detrás del mensaje democrático que propone EE.UU. existen intereses políticos y económicos que se desean en el país caribeño. Ahora, se mostrará algunas operaciones encubiertas que se llevaron cabo y que algunas siguen en marcha para derrocar a Maduro.

Operaciones encubiertas para derrocar a Nicolás Maduro o Restaurar la democracia—como las partes quieran interpretarlo:

Operación Jericó: Estaba bajo la supervisión del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. que tenía a un diplomático Ricardo Zúñiga que se encargaría de la operación. Este diplomático es el nieto de otro Ricardo Zúñiga, el presidente del Partido Nacional de Honduras que organizó los golpes militares de 1963 y de 1972 a favor del general López Arellano. Desde el 2009 hasta el 2011, Ricardo Zúñiga trabajó en la Casa Blanca cuando dirigía la estación de la CIA en La Habana, y fue ahí donde reclutó agentes y los financió para fabricar una oposición que pueda hacer frente a Fidel Castro y al mismo tiempo estaba negociando la reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba, que fueron anunciadas finalmente en el 2014. Pero volviendo al tema de la operación jericó se debe ver cuáles eran las etapas que debía seguirse para que se concretara la operación. Básicamente, el plan estaba descrito en cuatro puntos:

1) El golpe económico, 2) el golpe social hacia el cual, de acuerdo a previas revelaciones, apuntaba la exacerbación de la inestabilidad social en los días críticos de enero del 2015, donde se pretendió desplegar una serie de acciones de guerra posmoderna que tenía entre sus objetivos paralizar la gira presidencial de principios de año, 3) el golpe político, donde se buscaría a "un traidor entre las filas del chavismo" cuya concreción provendría de una acción que constituiría 4) el golpe militar.

Así también, el plan tenía como primer paso que un avión militar Super Tucano, de matrícula N314TG, debía bombardear el palacio presidencial de Miraflores y otros objetivos entre los que se encontraban la sede del Ministerio de Defensa, la dirección de Inteligencia y la sede del canal TeleSur. El avión se encontraba en Colombia y podría haber sido instalado en la embajada de EE.UU. en Bogotá, con la participación del embajador estadounidense Kevin Whitaker y de su segundo al mando, Benjamin Ziff. Varios oficiales superiores, activos y retirados habían grabado de antemano un mensaje a la nación anunciando que habían tomado el poder para restaurar el orden en el país. También estaba previsto que suscribirían el plan de transición “democrática”, publicado en la mañana del 12 de febrero del 2015 en el diario El Nacional y redactado por el Departamento de Estado de Estados Unidos. El plan incluía la formación de un nuevo gobierno encabezado por la exdiputada María Corina Machado. No obstante, al poder seguir las pistas de estos conspiradores, la inteligencia militar venezolana logró descubrir laOperación Jericó”. Ya en la noche del 11 de febrero, los principales líderes de la conspiración y un agente del Mosad israelí fueron arrestados y se reforzó la protección aérea de la capital venezolana. Al día siguiente otros implicados fueron arrestados, pero lo más interesante vendría para el 20 de febrero, cuando las confesiones de los arrestados-investigados permitieron la detención de otro cómplice: el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma[[11]].

Durante una ponencia del magistrado Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de la Sala de Casación Penal del Alto Juzgado, se confirmó la condena a prisión que emitiera el Consejo de Guerra Accidental de Caracas, contra un grupo de militares —activos para fecha 2014— que intentaron llevar un golpe de Estado contra Nicolás Maduro. Aquellos ciudadanos, ya en situación de retiro fueron acusados de incitar y preparar un movimiento insurreccional y desestabilizador denominado “Operación Jericó” en contra del Gobierno Bolivariano. Por lo que en base a la decisión N° 290, con ponencia del magistrado Maikel Moreno, se homologó el desistimiento del recurso interpuesto por la defensa del capitán en situación de retiro Juan Carlos Nieto Quintero contra la decisión de la Corte Marcial del Circuito Judicial Penal Militar. Aquel militar fue sentenciado a cumplir la pena de cinco años, cuatro meses y quince días de prisión como cómplice de la comisión del delito de instigación a la rebelión.

Por su parte, La Sala de Casación Penal desestimó manifiestamente infundados los recursos interpuestos por los defensores de los ciudadanos G/D Oswaldo Hernández Sánchez, coronel José Gregorio Delgado Vásquez, mayor (R) César Guillermo Orta Santamaría, capitán (R) Nery Adolfo Córdova Moreno, capitán Laided Salazar De Zerpa, Tte. Cnel. Ruperto Chiquinquirá Sánchez Cásares y el capitán Andrés Ramón Thomson Martínez, contra el dictamen ya mencionado de la Corte Marcial del Circuito Judicial Penal Militar[[12]].

Operación Venezuela Freedom 2.0-2016: Se basa en un documento elaborado por el US Southern Command-Comando Sur de fecha 25 de febrero del 2016 —solo se resaltarán algunos puntos que se consideran importantes del documento así entender cómo se buscaba limitar, ahogar y derrocar el gobierno de Maduro:

  1. “Poner en evidencia el carácter autoritario y violador de los derechos humanos del gobierno de Maduro”.
  2. “Aislamiento internacional y descalificación como sistema democrático, ya que no respeta la autonomía y la separación de poderes”.
  3. “Generación de un clima propicio para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA”.
  4. “Colocar en la agenda la premisa de la crisis humanitaria que permita una intervención con apoyo de organismos multilaterales, incluyendo la ONU”.
  5. “Con los factores políticos de la MUD (mesa de unidad democrática) hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada. Por supuesto, hay que seguir impulsando como cobertura el referéndum o la enmienda que se apoya en el texto constitucional y que sirve para censar, movilizar y organizar una masa crítica para la confrontación. Por eso, hay que enarbolar los artículos 333 al 350 que legitiman la rebelión. Es indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial —sobre todo en esta fase-2 de la operación es importante, ya que [la misión] descansa en nuestro comando, pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan. Por eso, nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas que permitan escaparse de Maduro”.
  6. “Bajo un enfoque de "cerco y asfixia”, también hemos acordado con los socios más cercanos de la MUD, utilizar a la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir la gobernanza: convocar eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos y derogar leyes”.
  7. “También en el plano político interno hay que insistir en el gobierno de transición y las medidas a tomar después de la caída del régimen, incluyendo la conformación de un gabinete de emergencia, donde puedan incluirse sectores empresariales, jerarquía eclesial, sindicatos, ONG’s y universidades”[[13]].

Aunque el documento es ambiguo en cuanto a que no define correctamente si se procede a una intervención militar. Se puede ver que hasta la fecha 2016 se tenía en perspectiva que era una necesidad derrocar a Maduro utilizando a la oposición venezolana. Esto demuestra que se busca una lucha política interna dentro del país para que entre hermanos se destruyan. Y como se sabe estos eventos todavía se pueden ver, pero no se están logrando concretar al nivel que se quiere —una guerra civil sin cuartel—.

Operación Constitución—Comando Sur: Se basa en la información proporcionada por los participantes del complot, “las fuerzas armadas bolivarianas”. La operación fue planeada por primera vez en abril del 2017 con la intención de evitar que Maduro expanda sus poderes sobre la legislatura venezolana. Sin embargo, una disputa militar entre los planificadores provocó entre los participantes que la operación no se pueda llevar a cabo para esa fecha. Fue entonces que para el 2018 el plan entraría en marcha, y las reuniones secretas se llevaron en hogares de una zona exclusiva de Caracas.

El complot involucró a decenas de capitanes, coroneles y generales de las cuatro ramas de las fuerzas armadas de Venezuela. El objetivo era sencillo: capturar a Nicolás Maduro y juzgarlo. El operativo tenía como símbolo emblema “brazaletes azules” marcados con las siglas OC (operación constitución). El grupo de militares insurgentes atacarían el palacio presidencial, una base militar principal y luego detendrían las elecciones presidenciales del 20 de mayo del 2018. Ahora como lo explica el portal estadounidense “Bloomberg”, una parte de la operación fue planificada en Bogotá, pero los funcionarios colombianos y estadounidenses que supuestamente conocían el complot se hicieron de la vista gorda y se negaron a brindar algún apoyo. Así que antes de que se pueda llevar a cabo el plan, varias docenas de militares, incluida una mujer, así como un par de civiles fueron detenidos en secreto, algunos acusados ??de traición y encarcelados por un tribunal militar. Muchos dicen que han sido torturados. Fuentes alternativas creen que fueron traicionados, posiblemente por un agente doble que estaba infiltrado dentro del complot. Esta reconstrucción de fuentes se basa en entrevistas con un coordinador de la trama que escapó del arresto, dos que asistieron a las sesiones de planificación y abogados de los familiares. Todos hablaron bajo condición de anonimato temiendo por su seguridad[[14]].

Asimismo, se filtró un documento por parte del Comando Sur de EE.UU. que tiene por fecha 23 de febrero del 2018. Lo curioso del documento es que está firmado por el almirante Kurt W. Tidd, el mismo que estaba detrás de la operación Venezuela Freedom 2.0 en el 2016. El documento explica diferentes pasos que se debe hacer para derrocar al gobierno de Maduro. Solo citaré algunos puntos que son los más importantes para poder entender cómo se estaba gestando los problemas políticos y económicos dentro del gobierno de Maduro —que eran diseñadas por el Comando Sur—. Aunque la crisis económica venezolana se viene dando desde el 2013-2014, se puede ver claramente como la institución estadounidense buscaba empeorarla para poder aprovecharse de esos problemas y profundizar la crisis, en otras palabras, ahorcándole más cuando en realidad necesitaban ayuda. Los principales puntos del documento son:

  1. “alentar la insatisfacción popular aumentando el proceso de desestabilización y el desabastecimiento, para así asegurar el deterioro irreversible de su actual dictador”.
  2. “exacerbar la división entre los miembros del grupo de gobierno, revelando las diferencias de sus condiciones de vida y las de sus seguidores y al mismo tiempo incitándolos a mantener en aumento esas divergencias”.
  3. “incrementar la inestabilidad interna a niveles críticos, intensificando la descapitalización del país, la fuga de capital extranjero y el deterioro de la moneda nacional mediante la aplicación de nuevas medidas inflacionarias que incremente ese deterioro”.
  4. “obstruir todas las importaciones y al mismo tiempo desmotivar a los posibles inversores foráneos”.
  5. “contribuir a hacer más crítica la situación de la población”.
  6. “apelar a aliados domésticos como a otras personas insertadas en el escenario nacional con el objetivo de generar protestas, disturbios, inseguridad, pillaje, saqueos, robos, asaltos y secuestros de buques y de otros medios de transportes, con la intención de desabastecer el país a través de todas las fronteras y otras posibles maneras, así poniendo en peligro a la seguridad nacional de sus vecinos”.
  7. “continuar endureciendo la condición dentro de las Fuerzas Armadas para llevar a cabo un golpe de Estado, antes de que concluya el 2018”.
  8. “reclutar paramilitares mayormente de los campos de refugiados en Cúcuta, la Guajira y del Norte de Santander—áreas ampliamente pobladas por ciudadanos colombianos que emigraron a Venezuela y que ahora retornaron— huyendo del régimen que intensificó la desestabilización entre las fronteras de los dos países, usando el espacio vacío que dejo las FARC, la beligerancia del ELN y las actividades en el área del cartel del Golfo (paramilitares)”.
  9. “Desarrollar la operación militar bajo bandera internacional, patrocinada por la Conferencia de los Ejércitos Latinoamericanos, bajo la protección de la OEA y la supervisión en el contexto legal y mediático del secretario general [de la OEA] Luis Almagro”[[15]].

Se puede afirmar que todos los objetivos mencionados anteriormente se han cumplido hasta la fecha 2019 y que el desenlace final sería la: Operación libertad oscura 2019: Aunque no existe algún documento filtrado o documento desclasificado sobre lo que mencionaré en adelante, si existe información proporcionada por la inteligencia venezolana en base a confesiones de los partícipes del complot “las fuerzas armadas bolivarianas”. Por otra parte, la operación que se describe en adelante no tiene un nombre oficial por lo que opté llamarlo como “libertad oscura”, que en realidad, a nivel mediático tiene por mensaje buscar la paz y la democracia en Venezuela, no obstante, lo que realmente se quiere es remplazar las estructuras de poder que hay en Venezuela por otras. Asimismo, en la parte final explico en base a un enfoque de dominio mundial qué le pasaría a Venezuela en corto y mediano plazo. Además explico que no se trata de buscar una transición democrática como los analistas políticos y medios de comunicación piensan, sino de una agenda que podría llegar hasta ser bélica.

Se puede registrar que el descubrimiento de la operación se dio a partir del mensaje del ministro del poder popular para el interior, justicia y paz, Néstor Reverol, que informó que se realizó la captura de un grupo de sicarios que provenían de Colombia con la intención de realizar asesinatos selectivos a políticos y militares venezolanos, y de esa forma, causar terror y una guerra de pequeña escala no convencional. Dicha captura se realizó en Los Valles del Tuy, Estado de Miranda, donde se tenía la intención de proporcionar armamento y reclutar mercenarios para llevar a cabo el plan. Entre los capturados se encontraba Miguel Ambrosio Palacios Salcedo alias “Marcos” de 44 años de edad, militar desertor del año 2006 con un amplio prontuario policial por los delitos de homicidio, tráfico de drogas y prófugo de una de las cárceles del país desde hace 2 años. Además se capturó en San Antonio de los Altos, Estado de Miranda, al teniente retirado Alberto Salazar alias “Pancho” de 43 años, quien fue dado de baja en el 2013 y trabajaba como mercenario de la oligarquía colombiana. También fue capturado Alberto José Salazar Cabañas alias “Pancho” y Oswaldo Valentín García Palomo alias "Aquiles". Este último de 53 años estaba solicitado por ser partícipe intelectual del intento de asesinato contra Nicolás Maduro, ocurrido el 4 de agosto del 2018. Su captura fue ejecutada en la autopista José Antonio Páez, llegando al Estado de Cojedes en compañía del Coronel retirado José Acevedo alias “El Gocho” y Antonio José Labichela alias “Moisés”. En el vehículo Land Cruise con siglas de la Faes —Fuerzas de Acciones Especiales— se encontró un fusil automático liviano, un arma larga y una pistola calibre 9 mm. Dos personas fallecieron y cuatro personas huyeron[[16]].

Por su parte, la inteligencia venezolana explicó que tenía pleno conocimiento sobre la penetración de Garcia Palomo a Venezuela y que esa operación la estaban siguiendo desde hace tiempo “El vehículo en el que se desplazó García Palomo hacia nuestro país (Venezuela) fue puesto por la inteligencia venezolana” para así hacer creer que la operación se llevaría a cabo, pero en realidad, eso ya estaba supervisado. Así procediendo a la captura de los insurgentes el pasado 31 de enero del 2019. Por su parte, el ministro de Comunicaciones de Venezuela, Jorge Rodríguez, informó que el complot liderado por García Palomo era tomar el Fuerte Tiuna, La Carlota y el Palacio de Miraflores para el domingo 27 de enero”. Ahora bien, días después de la captura de García Palomo, se le empezó a interrogar para poder obtener información sobre quiénes estaban detrás del derrocamiento de Maduro. Palomo confesó que oficiales norteamericanos planificaron la operación militar contra Venezuela, llamada operación constitución que fue realizada en mayo del 2018 y estaba respaldada por el exdiputado venezolano Julio Borges y Parsifal de Sola, un empresario venezolano. Palomo también relató sus nexos con el excoronel venezolano, Antonio Rivero, y como inició sus contactos en Colombia con dos agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), a fin de afinar detalles sobre los planes para perpetrar un golpe de Estado contra el gobierno de Nicolás Maduro[[17]].

Se registra que este plan de golpe de Estado estaba planificado entre la última semana de enero y la primera semana de febrero del 2018. Lo curioso del caso es que estaba dentro de la fecha de la autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, 23 de enero del 2018. Es claro y evidente que se quería crear un gobierno paralelo y realizar un golpe militar para que pueda sostener el gobierno de Guaidó, hasta que se pueda realizar todos los requisitos constitucionales para crear un gobierno de transición. Desde mi perspectiva no importa si es legal o ilegal la autoproclamación de Guaidó, yo analizo los acontecimientos en términos de inteligencia y contrainteligencia, no como analista político que detalla a la democracia como factor determinante de lo que pasa en Venezuela—algo reduccionista y limitado en análisis, ya que los procesos políticos no solo deben ser analizados en materia democrática. Así pues, se puede deducir que la intención es que exista una guerra civil en Venezuela y que se eleve al más alto nivel, para luego tener una justificación de intervención humanitaria, bajo el enfoque de “responsabilidad de proteger” como se elaboró con Libia.

Ahora explicaré brevemente los escenarios que podría pasar Venezuela, y que desde mi análisis es algo planificado desde el más alto nivel en Washington y agencias de inteligencia liderados por los neocones-globalistas. Para ello me baso en la construcción de un enfoque elaborado por Daniel Estulin, que elaboró un “esquema de poderes” para entender cómo se están repartiendo el mundo los grupos financieros.

  1. Nueva Babilonia: Nueva York, Wall Street, intereses banqueros financistas, Clan Rockefeller, Internacional Financiera (Finintern).
  2. Nueva Jerusalén: Londres, Imperio Británico, Casa Windsor, Casa Rothschild, jásidas y cabalistas.
  3. Gran Europa/Internacional Negro Romano Germánico: la Europa de las órdenes, con el Vaticano, la vieja aristocracia europea, logia Propaganda Due (P2), etc. (Legión de Honor napoleónico). Bajo la tutela conceptual del Vaticano. Elemento Oculto: Internacional Negro, el color de la tierra (Teutones). Elemento abierto: Jesuitas, Opus Dei. Herederos del Imperio Romano de las naciones germánicas. Imagen de Victoria: Teocracia mundial Judío-cristiana.
  4. Gran Eurasia: con centro en Moscú.
  5. Nuevo Califato Rojo: sufí de Turquía.
  6. Datung: China: en alianza con la Casa Rothschild y los Windsor[[18]].

Si vemos Estulin no registra a América Latina en ningún proyecto. Esto permite deducir que la región no tiene un camino próspero y que será balcanizada. Al mismo tiempo puede verse que la región estará bajo tutela del proyecto número uno —El de Nueva Babilonia— que es, en otras palabras, Estados Unidos. Es por ello que Venezuela y toda la región de América Latina debe estar bajo el mandato del proyecto Nueva Babilonia, así como los proyectos: Nueva Jerusalén y Gran Europa. Esto permitiría que se reduzca la influencia política y económica de China y Rusia que forman otros proyectos globales.

En cuanto Juan Guaidó y todo el equipo que está detrás de él no tiene conciencia de lo que se busca para Venezuela—que es simplemente una guerra civil. Las presiones internacionales y la búsqueda para que las fuerzas armadas se dobleguen frente al dominio de Maduro y su equipo, será complicado, puesto que la estructura del poder en el gobierno se ha instaurado muy bien, por lo que si existe alguna rebelión por parte de las fuerzas armadas podrían ser reducidas rápidamente. Eso no descarta que las fuerzas armadas puedan dar un golpe de Estado y sacar a Maduro del poder. Por otro lado, la oposición junto con representantes de agencias de inteligencia extranjera busca la caída de Maduro. Y para ello realizarán marchas “dizque pacíficas” en las calles—que en realidad serán con ánimos de violencia—, lo cual haría que el gobierno los reprima, y toda la prensa mundial acusará que el gobierno viola los derechos humanos, así ir al Consejo de Seguridad para autorizar una resolución que disponga una intervención humanitaria. Sin embargo, sería bloqueada por el veto de Rusia y China así que ese escenario sería en vano. Aunque puede que se pase por encima el derecho internacional y se dirijan a una guerra sin autorización.

No obstante, hay otro escenario que se basa en que las personas/oposición marchen en las calles y que de pronto empiecen a morir por disparos, que en realidad, serían francotiradores-mercenarios de agencias de inteligencia extranjera, pero los medios solo reportarían que es obra del gobierno venezolano. Esta táctica ya se utilizó en las falsas primaveras árabes del 2011 y en el golpe de Estado en Ucrania del 2014, ambos eventos buscaban generar conmoción en la comunidad internacional para incentivar una intervención militar —alegando que los gobiernos estaban reprimiendo a su población, cuando en realidad, eran agentes externos. Además, puede que exista una falsa bandera en las fronteras de Colombia o Brasil para que luego se culpe del incidente militar al gobierno venezolano y luego se sustente que es necesario ir a la guerra por el derecho a la legítima defensa. Una variable de este escenario es que se traiga mercenarios extranjeros para que participen en atentados en contra de Venezuela.

Tanto el escenario de guerra y guerra civil son opciones que se manejan y que se desenvuelven en la llamada guerra híbrida. Cabe mencionar que si hubiera la guerra civil y guerra convencional deben ser sostenibles en el tiempo para que se destruyan entre venezolanos —y eso es lo que realmente buscan las fuerzas políticas y financieras que están detrás de Guaidó—. Otro escenario es que no pueda darse por completo la guerra hibrida y sea neutralizada por el gobierno. Pero sí ocasionaría grandes problemas en el sistema político-social de Venezuela. Finalmente, solo queda esperar para ver cuáles de los escenarios se cumpliría y cuáles serían sus variaciones en el tiempo.

Observación: El autor que realizó el artículo no comparte ninguna filiación política o ideológica con el gobierno chavista/madurista o cualquier denominación que se le quiera dar. El autor se ha limitado a narrar y analizar en base a documentos las operaciones desestabilizadoras que se realizaron y se siguen realizando en Venezuela. Como cualquier investigador serio no busca defender ninguna causa del gobierno venezolano.

Referencias bibliográficas

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[[3]] CIA. (Saturday-6/April/2002). Senior Executive Intelligence Brief. CIA. Obtenido de https://www.archives.gov/files/declassification/iscap/pdf/2007-044-doc1.pdf

Otras fuentes que confirman la información que se detalla en :
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[[8]] Meyssan, T. (18/Mayo/2002). Implicación de las redes secretas de la CIA para derribar a Chávez. Red Voltaire. Obtenido de https://www.voltairenet.org/article120006.html

[[9]] Brownfield, W. (9/November/2006). USAID/OTI PROGRAMMATIC SUPPORT FOR COUNTRY TEAM 5 POINT STRATEGY. Wikileaks. Obtenido de https://wikileaks.org/plusd/cables/06CARACAS3356_a.html

[[10]] Kelly. (18/June/2007). A SOUTHERN CONE PERSPECTIVE ON COUNTERING CHAVEZ AND REASSERTING U.S. LEADERSHIP. Wikileaks. Obtenido de https://wikileaks.org/plusd/cables/07SANTIAGO983_a.html

[[11]] Meyssan, T. (24/February/2015). Obama failed his coup in Venezuela. Network Voltaire. Obtenido de https://www.voltairenet.org/article186879.html

[[12]] Asi Somos. (26/Diciembre/2018). TSJ confirma condena a militares implicados en Operación Jericó. Asi Somos. Obtenido de http://vtv.gob.ve/tsj-condena-implicados-operacion-jerico/

[[13]] Red Voltaire. (25/Febrero/016). Operación Venezuela Freedom-2. Red Voltaire. Obtenido de https://www.voltairenet.org/article191879.html

[[14]] Bronner, E., Rosati, A., & Zerpa, F. (27/Junio/2018). Inside the Failed Plot to Overthrow Venezuelan President Nicolás Maduro. Bloomberg. Obtenido de https://www.bloomberg.com/news/articles/2018-06-27/inside-the-failed-plot-to-overthrow-venezuelan-president-nicolas-maduro

[[15]] Tidd, K. (23/February/2018). Plan to overthrow the Venezuelan Dictatorship – “Masterstroke”. Voltaire Network. Obtenido de https://www.voltairenet.org/article201100.html

[[16]] Así somos. (31/Enero/2019). Capturado grupo de sicarios contratados por la ultraderecha. Así somos. Obtenido de http://vtv.gob.ve/develan-plan-conspirativo-contra-ejecutivo-nacional/

[[17]] Valdez , M. (07/Febrero/2019). García Palomo confesó participación de oficiales norteamericanos en operación militar contra Venezuela. radiomundial. Obtenido de http://radiomundial.com.ve/article/garc%C3%ADa-palomo-confes%C3%B3-participaci%C3%B3n-de-oficiales-norteamericanos-en-operaci%C3%B3n-militar-contra

[[18]] Estulin, D. (29/Junio/2018). Daniel Estulin:Política del cielo y los seis proyectos globales que controlan el mundo. Mente alternativa. Obtenido de https://www.mentealternativa.com/daniel-estulin-politica-del-cielo-seis-proyectos-globales-controlan-el-mundo/