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Julián García Vargas

Por Elespiadigital
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domingo 16 de diciembre de 2012, 14:32h

Un ministro de Defensa eficaz y respetuoso con la Institución Militar

(...) El ministro García Vargas vinculó los momentos más amargos de aquella etapa personal a la actividad terrorista de ETA y los más enojosos a los recortes impuestos en los presupuestos de Defensa de forma sucesiva por los ministros de Economía y Hacienda Carlos Solchaga y Pedro Solbes. En cualquier caso, él ha sido sin la menor duda el ministro de Defensa más respetuoso con la Institución Militar y también el más respetado por el estamento castrense...

 

Un ministro de Defensa eficaz y respetuoso con la Institución Militar

JULIÁN GARCÍA VARGAS nación en Madrid en 1945. Cursó la licenciatura en Ciencias Económicas en la Universidad Complutense, concluyéndola en 1968.

Tras ejercer dos años como analista de inversiones en AGECO, en 1970 ingresó por oposición en el Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado y más tarde en el de Inspectores de Finanzas del Estado.

En su carrera funcionarial, García Vargas ejerció como subdirector en la Dirección de Política Financiera del Ministerio de Economía y Hacienda y como subdelegado de Hacienda en Madrid. Amplió su formación en el Fondo Monetario Internacional y fue miembro de diversas comisiones de la OCDE.

Ingresó en el PSOE en 1976, siendo aceptado por todas sus familias políticas al no participar en ninguno de sus enfrentamientos internos. También ha mantenido relaciones y vínculos cordiales con una amplia representación de miembros de otras formaciones políticas, desde el PP a IU.

Tras la victoria del PSOE en las elecciones generales celebradas en octubre de 1982, García Vargas fue nombrado de inmediato presidente del Instituto de Crédito Oficial, cargo que desempeñó hasta 1986, siendo al mismo tiempo administrador en representación de España del Banco Europeo de Inversiones (BEI), organismo creado en 1958 por el Tratado de Roma como banco de préstamo a largo plazo de la Unión Europea al servicio de proyectos y necesidades de interés comunitario.

El 25 de julio de 1986 García Vargas fue nombrado Ministro de Sanidad y Consumo, sustituyendo en el cargo a Ernest Lluch, con quien mantenía una especial relación de amistad. Permaneció en esa responsabilidad hasta marzo de 1991, tiempo en el que, entre otras realizaciones, se produjo la universalización de la asistencia sanitaria, la aprobación de la Ley del Medicamento y la puesta en marcha del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, del Plan Nacional sobre SIDA y de la Organización Nacional de Trasplantes.

En el momento de cesar como ministro de Sanidad y Consumo, el 13 de marzo de 1991 fue puesto al frente del Ministerio de Defensa, ocupando la vacante dejada por Narcís Serra en momentos especialmente problemáticos para el Departamento. De hecho, los escándalos que había protagonizado el CESID, cuya génesis le fue totalmente ajena, terminarían llevándole a dimitir en julio de 1995, junto a su antecesor en el cargo, entonces vicepresidente del Gobierno, y al propi director del CESID, el general Alonso Manglano.

No obstante, su mandato específico al frente del Ministerio de Defensa puede considerarse de los más positivos. Durante ese periodo, las Fuerzas Armadas españolas intensificaron sus misiones internacionales, aumentando su presencia en los organismos internacionales de Defensa y Seguridad. En él también se redujo a nueve meses la prestación del servicio militar obligatorio, que entonces se complementaba con la incorporación de los voluntarios profesionales (modelo mixto), y el reordenamiento territorial de las Fuerzas Armadas, imprescindible para su modernización y encaje dentro de los organismos militares europeos. Su prudente reforma del servicio militar, también aparejó la reducción de los 260.000 efectivos de los tres ejércitos a menos de 200.000.

García Vargas llegó a definir a los opositores de la “mili” como “restos del naufragio” de la extrema izquierda. Durante una visita realizada el 27 de enero de 1992 a la Base Militar “Álvarez de Sotomayor” de Viator (Almería), sede entonces de la Brigada de Infantería Motorizada XXIII, afirmó que las cifras de muertes violentas durante la prestación del servicio militar que manejaban sus críticos, no se correspondían con la realidad y que la tasa de suicidios no era mayor que en otros países, “incluso entre personas equilibradas”, asegurando que su obligación con la Defensa Nacional no traumatizaba a los españoles. Concluyó solicitando que las organizaciones en cuestión “aclarasen sus posiciones ideológicas y políticas, porque nos llevaríamos alguna sorpresa: nos podríamos encontrar con los restos del naufragio de la extrema izquierda".

El ministro García Vargas vinculó los momentos más amargos de aquella etapa personal a la actividad terrorista de ETA y los más enojosos a los recortes impuestos en los presupuestos de Defensa de forma sucesiva por los ministros de Economía y Hacienda Carlos Solchaga y Pedro Solbes. En cualquier caso, él ha sido sin la menor duda el ministro de Defensa más respetuoso con la Institución Militar y también el más respetado por el estamento castrense.

Ya cesado como ministro de Defensa, entre noviembre de 1995 y abril de 1996 fue Enviado Especial de la Unión Europea en la ciudad de Mostar (Bosnia), con la responsabilidad de supervisar los Acuerdos de Paz suscritos en la Conferencia de Dayton (1 al 21 de noviembre de 1995).

El morbo informativo sobre la figura de Julián García Vargas se desató por sus contactos con el mundo financiero y, muy en concreto, por su relación con Mario Conde, personaje que mantuvo un durísimo contencioso con el CESID y con el Ministerio de Defensa, iniciado con el “caso Crillon” y culminado con el “caso Perote”.

La realidad es que el nombramiento de su mujer como directora de la Fundación Banesto, realizado directamente por Mario Conde en noviembre de 1991, no dejó de dar pábulo a una relación de causa-efecto en alguno de los principales acontecimientos políticos más escandalosos del momento. Fuentes próximas al PSOE difundieron, por ejemplo, que García Vargas podría estar actuando como “topo” del entonces presidente de Banesto, alertándole de forma puntual sobre las estrategias gubernamentales que le afectaban. Está claro, sin embargo, que nadie pudo impedir la intervención de dicha entidad bancaria al Banco a finales de 1993 ni la posterior querella e ingreso en prisión de Mario Conde un año más tarde.

Esa misma especial sintonía con el mundo financiero y empresarial, le ha llevado, apartado ya de la vida política activa, a participar con notable éxito en el Consejo de Administración de varias empresas (TYPSA, EXCEM, Fastibex…) y a formar parte del Consejo Asesor de algunas otras (INDRA, COPISA, Sofware AG…), así como del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad. También es patrono de la Fundación Pfizer, de la Fundación Yehudi Menuhin y de la Fundación 1000 (dedicada a la prevención de defectos congénitos), miembro de INCIPE y de la Junta Directiva de la Asociación Atlántica Española. Ello con independencia de los intereses y cargos directivos que ostenta en algunas empresas familiares de naturaleza patrimonial (CUINVEST, LIAN INVERSIONES…).

Su destacada posición en el entorno de negocios israelí (el Grupo EXCEM del que es consejero está presidido por el empresario Mauricio Hatchwell) y su simpatía por el Estado de Israel, aparecen reforzadas con su presencia en el Consejo Asesor de INFOMEDIO, un portal de Internet dedicado a realizar análisis sobre Oriente Medio y promover artículos de opinión y reportajes difusores de su política oficial.

Especialmente dedicado a actividades de lobby en la industria de defensa, y tras haber presidido también AESMIDE (Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas), en febrero de 2009 García Vargas se convirtió en el primer presidente de TEDAE (Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio). Esta nueva plataforma empresarial del sector de la defensa, se creaba con el impulso inicial de EADS-CASA, INDRA y GDSBS (General Dynamics - Santa Bárbara Sistemas) y con la intención de incorporar al conjunto de empresas vinculadas a AFARMADE (Asociación Española de Fabricantes de Armamento y Material de Defensa y Seguridad) y a ATECMA (Asociación Española de Constructores de Material Aeroespacial), organizaciones condenadas a la disolución.

Casado con Araceli Pereda Alonso, y padre de dos hijos (Roldán y Ulises), Julián García Vargas está en posesión de varias condecoraciones nacionales y extranjeras, entre ellas la Gran Cruz del Mérito Militar, la Cruz de la Guardia Civil, a Gran Cruz del Mérito Aeronáutico, la Gran Cruz del Mérito de la República Federal de Alemania…

FJM (Actualizado 02/02/2009)

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