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El polémico caso sexual que John Bolton busca mantener en silencio

Por Victoria
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viernes 30 de agosto de 2019, 21:00h

En marzo del año pasado, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció a través de su cuenta en Twitter que John Bolton sería su asesor de seguridad nacional.

Redacción

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En marzo del año pasado, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció a través de su cuenta en Twitter que John Bolton sería su asesor de seguridad nacional.

Bolton es catalogado como un halcón en política internacional, debido a su trayectoria con los ex presidentes estadounidenses Ronald Reagan y George W. Bush, siendo protagonista clave en los preparativos para la invasión a Irak en 2003. En 2001, Bolton era Subsecretario de Estado para Control de Armas y Seguridad Internacional, y bajo esta designación tuvo un rol preponderante en aquella expedición imperialista hacia Medio Oriente.

Una de sus maniobras era conducir la expulsión en abril de 2002 del Director General de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), José Bustani. En un artículo de The New York Times de 2013, Bustani manifiesta que para la administración de Bush era un obstáculo la inspección de armas químicas en Irak que propuso la OPAQ para lograr una resolución pacifica al conflicto en 2002.

Tras meses de presión y cabildeo por parte de Bolton, logró quitarse del caminoaBustani. Se llevó a cabo una sesión extraordinaria y sin precedentes para expulsar al Director General de esa agencia de vigilancia. Bolton logró que la votación resultara en 48 votos para la destitución en contraste con 7 votos y 43 abstenciones. Esto permitiría actuar a Bolton con mayores libertades sin el freno multilateral.

Un año después, Bush hijo declaró el inicio el uso de la fuerza militar contra Irak, argumentando que dicha nación tenía armas de destrucción masiva.

EL POLÉMICO CASO BOLTON

Ante la controvertida nominación de Bolton de representar a los Estados Unidos en la ONU en 2005, Bush hijo tuvo diferentes obstáculos por parte del Congreso estadounidense para ejecutar esa investidura, por lo que convino a realizar la designación directa al cargo, pasando por encima de la votación del Congreso.

En ese mismo año, aparecieron diferentes casos que advertían sobre el temperamento, carácter y personalidad de Bolton, poniendo en riesgo su designación ante la ONU. Sin embargo, el caso relevante fue el de divorcio con su primera esposa, Christina Bolton.

El sitio de noticias neozelandés Scoop publicó un artículo de Larry Flynt sobre el proceso de divorcio de Bolton con Christina en 1983, bajo acusaciones de participación en actividades sexuales en grupo, en un club de swingers o de intercambio de parejas en Nueva York en los años 70, llamado Plato'sRetreat.

Sobre esto, Flynt habría hecho ciertas afirmaciones en una carta al Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, con el soporte de algunos registros de la Corte. La primera esposa de Bolton se vio obligada a tener relaciones sexuales grupales, según lo afirmado por Flynt.

Para el momento, Flynt solicitaba al Senado hacer una investigación profunda sobre ese hecho, partiendo de los registros judiciales señalados. En ellos, se encuentra que Christina nunca compareció ante la corte, puesto que huyó mientras Bolton estaba de viaje a Viena.

De acuerdo a los registros, Flynt asumía que la señora Bolton huía por temor a su seguridad o por la incapacidad de Bolton de comunicarse o trabajar con respeto en la resolución de ese asunto íntimo.

Esto lo extrapola Flynt a la esfera política del momento, expresando a la prensa que si Bolton llegase a ser el representante ante la ONU, éste debe estar libre de cualquier potencial chantaje. Las acusaciones sobre su divorcio no fueron refutadas en 2005 por el Departamento de Estado, ni se conoce el paradero actual de la ex esposa.

Así como el caso reciente de Epstein, no se debe desestimar estas viejas acusaciones realizadas por Flynt. Esta investigación quedó inconclusa, tanto en manos del FBI como en los medios de comunicación. La élite política y económica estadounidense una vez más se protege ante estas tramas turbias, creando un filtro de lo que la sociedad puede ver y lo que no.