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La resistencia de los yemeníes altera los equilibrios estratégicos en Oriente Medio

Por Victoria
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domingo 30 de junio de 2019, 22:00h

La guerra en Yemen ha cambiado los equilibrios estratégicos de modo que el país, anteriormente sujeto al dominio de las potencias occidentales y regionales, se ha convertido en un actor clave en la región de Oriente Medio.

Redacción

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La guerra en Yemen ha cambiado los equilibrios estratégicos de modo que el país, anteriormente sujeto al dominio de las potencias occidentales y regionales, se ha convertido en un actor clave en la región de Oriente Medio.

Un análisis detallado de la guerra en Yemen y los continuos enfrentamientos entre los combatientes de Ansarulá y la coalición saudí muestran que las ecuaciones habituales, la naturaleza y las características de los combates y las operaciones de apoyo han cambiado de manera crucial.

De este modo, a pesar de una falta significativa de recursos, el Ejército yemení y los Comités Populares (Ansarulá) han logrado imponer nuevos balances al adversario, señala el canal de televisión Al Ahed.

En términos geográficos, los enfrentamientos ocurren dentro de Yemen desde las provincias centrales y del sudeste y dentro del territorio del suroeste de Arabia Saudí. Y esta última se vio obligado a desplegar todas sus tropas fronterizas como parte de estas operaciones y comprometer a un gran número de mercenarios extranjeros.

Arabia Saudí, que había insinuado que la guerra de Yemen era una guerra civil, ahora le está mostrando al mundo que está completamente involucrada en los combates sobre el terreno con los combatientes yemeníes. Y sufre consecuencias desastrosas en los planos político, económico, militar, etc.

La guerra ha entrado en su quinto año y los enfrentamientos continúan entre las dos partes. Esta prolongación de la guerra ha permitido a los combatientes del Ejército yemení y Ansarulá fortalecer su resistencia, desarrollar nuevos armamentos y tácticas y adquirir una gran experiencia.

De este modo, al tratar de apoderarse de Yemen mediante la agresión e imponer un bloqueo severo, el régimen saudí fue finalmente derrotado. Sus aeropuertos, instalaciones petrolíferas, bases y centros de mando están ahora al alcance de los misiles y drones de los yemeníes.

Aunque las fuerzas de agresión habían planeado alcanzar sus objetivos en poco tiempo y evitar una guerra de desgaste, la guerra se ha prolongado y se ha extendido a un área más amplia que la planeada por los atacantes. Riad y sus aliados, que habían planeado sofocar el levantamiento en Yemen en pocas semanas, terminaron en un callejón sin salida que les ha causado daños masivos y amplias pérdidas financieras y humanas, y ha socavado su estatus regional e internacional. Por eso, Riad sigue pidiendo ayuda para protegerse contra los misiles y los drones yemeníes.

El perfeccionamiento de las armas de los yemeníes les ha permitido lograr varias victorias y ha colocado este país al mismo rango que las potencias regionales. Además de la firme voluntad de su pueblo de defender su país, Yemen dispone ahora también de los medios técnicos necesarios para la producción y desarrollo de armas avanzadas.

Para muchos analistas, la coalición de la agresión se encuentra ahora en un estancamiento total en Yemen que incluso habría empujado a Riad a “multiplicar las mediaciones” con Ansarulá y pedir el cese de los ataques con misiles y drones contra sus instalaciones. Según Al Yazira, está circulando información sobre una posible reanudación de las negociaciones entre saudíes y yemeníes, en el contexto de la salida, ampliamente publicitada, del presidente yemení fugitivo pro-saudí Adel Rabbo Mansur Hadi, que estaría dispuesto a renunciar a la presidencia y dirigirse, junto con su familia, a EEUU, donde tendrá que permanecer definitivamente.

Reuters: Pompeo mantiene a Arabia Saudita fuera de la lista de países que reclutan a niños, pese a un informe de sus expertos

La decisión despertó críticas de los activistas de los derechos humanos que acusan a la Administración Trump de priorizar los intereses económicos y estratégicos en las relaciones con Riad.

El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, ha hecho caso omiso a los hallazgos y recomendaciones de sus expertos al bloquear la inclusión de Arabia Saudita en la lista estadounidense de países que reclutan niños soldados, informa la agencia Reuters citando fuentes anónimas.

Los expertos del Departamento de Estado recomendaron incluir a Arabia Saudita en la lista, que formará parte del informe anual —que se hará público este jueves— sobre la trata de personas basándose en evaluaciones de grupos de derechos humanos. Estos apuntan a que la coalición liderada por Riad en Yemen contrató a combatientes de Sudán menores de edad. En lugar de agregar a Riad a la lista, el Departamento de Estado podría reincorporar a Sudán, retirado el año pasado.

Por su parte, el coronel Turki al-Malki, portavoz de la coalición liderada por Arabia Saudita, asegura que "las acusaciones de reclutar niños soldados son completamente incorrectas" y en cambio acusó a los rebeldes hutíes de usar a menores de edad en el conflicto en Yemen.

La Ley de Prevención de Niños Soldados (CSPA, por sus siglas en inglés), firmada en 2008, requiere que el Departamento de Estado informe anualmente sobre los países que usan a menores de edad en combate. Los ejércitos extranjeros que forman parte de esa lista no pueden recibir ayuda, entrenamiento y armas de EE.UU. a menos que el presidente emita exenciones basadas en el "interés nacional", una práctica a la que ya recurrieron Trump y sus antecesores en el pasado.

El senador estadounidense Bob Menendez indicó en un tuit que ello es "reprensible". "¿No hay un límite a lo que la Administración Trump está dispuesta a hacer para cubrir los abusos de los derechos humanos cometidos por Arabia Saudita y las violaciones de las normas internacionales?", escribió.

"Esta decisión muestra claramente que la Administración Trump está utilizando la manipulación política y desestimación de pruebas a costa de los niños para proteger a Arabia Saudita", aseveró, a su vez, Sarah Margon, directora de la oficina de Human Right Watch en Washington.