Los líderes de Rusia, Finlandia e Islandia y los primeros ministros de Noruega y Suecia participarán en el quinto Foro Internacional Ártico que se celebra esta semana en San Petersburgo.
La cooperación pacífica de Rusia con estos y muchos otros países no árticos en esta región está en la agenda de Moscú a medida que el país euroasiático trata de desarrollar el proyecto relacionado con la ruta marítima del Norte.
El transporte de cargas en la ruta marítima del Norte debería aumentar hasta las 80 millones de toneladas en el 2024. Actualmente se considera que el transporte marítimo es el más barato y beneficioso, razón por la cual su demanda siempre supera a la oferta.
Hoy en día al menos un 10% del transporte marítimo de cargas se realiza a través de la llamada 'garganta estrecha' del canal de Suez. Para poder pasar a través de esta zona las empresas logísticas se ve obligadas a hacer fila durante casi un mes, recuerda el periodista ruso DmitriLekuj en su artículo para la versión rusa de Sputnik.
"En este caso es difícil sobreestimar el surgimiento de una vía alternativa para el transporte de cargas en la ruta marítima del Norte. Además, en el Norte no hay riesgos relacionados con los conflictos políticos propios de la región de Oriente Medio y la piratería que existe en el golfo de Adén y otros sitios", recalca el autor del artículo.
Lekuj opina que la ruta marítima del Norte es en su esencia una ruta de cabotaje, lo cual significa que el transporte de mercancías aquí se realiza entre los diversos lugares del territorio de Rusia.
Lekuj destaca que los socios de Rusia al otro lado del océano tratan la ruta marítima del Norte de una manera muy negativa, ya que su plena apertura socavaría el principal factor de su poderío económico que el control sobre el comercio global que mantienen a través de la logística del transporte marítimo.
"La ruta marítima del Norte asesta un golpe contra lo más valioso que tiene Washington, es decir su propia cartera, y EEUU no puede ni perdonarlo, ni admitirlo. La ruta marítima del Norte no es el gasoducto Nord Stream 2 que es desagradable para solo una industria de la economía estadounidense, pero de ninguna manera es mortal", escribe el autor.
Hoy en día Rusia tropieza con una gran resistencia que se opone al desarrollo de este proyecto, incluso en la primera etapa de su realización. Esta es la razón por la que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha reiterado en el marco de los distintos foros dedicados al Ártico la necesidad de proveer seguridad a la región.
"El Ártico es un premio y no una amenaza existencial. Cualquier conflicto en esta región no beneficiará a Rusia. Aquí vale la pena citar la opinión del actual ministro de Naturaleza de Rusia, DmitriKobílkin, quien dijo: un rublo invertido en los proyectos árticos atrae 15. Es una buena proporción que ningún otro sector de la economía es capaz de lograr", concluye.
El diplomático ruso NikoláiKorchunov destacó en una entrevista con Sputnik que Rusia efectúa una política abierta y paulatina en el Ártico orientada a la cooperación internacional.
"La participación de los países de Europa y Asia en proyectos como Arctic SPG y la logística marítima es un claro ejemplo de esta suposición. Estamos abiertos al diálogo con todos los socios internacionales, incluida China, que aborda el tema del desarrollo de la ruta marítima del Norte. Consideramos a China como un socio clave debido al valor adicional que su participación agrega al proyecto y su disponibilidad a realizar una cooperación a largo plazo", agregó.
Korchunov destacó que Rusia da la bienvenida a otros países en el Ártico, cuya política no supone trazar líneas divisorias en la región. Desgraciadamente hoy en día existen ejemplos cuando los países no árticos como Reino Unido adoptan estrategias militaresrespecto a esta región. Según Vladímir Putin, el Ártico tiene que ser un "territorio de paz". Rusia está lista para cooperar con otros países porque es importante para Moscú, afirma el periodista.
Putin: Rusia amplía flota de buques rompehielos nucleares del Ártico
Rusia ampliará la flota de buques rompehielos nucleares para afianzar el control de este país sobre el Ártico y así neutralizar las sanciones occidentales.
En un discurso en el foro del Ártico en San Petersburgo, al que asistieron líderes de Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el martes que Rusia planea aumentar drásticamente los viajes marítimos de transporte por las vías del Ártico.
El proyecto, prometió Putin, incluye gestiones para construir y modernizar puertos y equipos de infraestructura a ambos extremos de la vía marítima del Ártico —Murmansk en la península de Kola y Petropavlovsk-Kamchatsky en la península de Kamchatka— y ampliar la flota de buques rompehielos nucleares, de los cuales Rusia tiene cuatro unidades.
El líder ruso sostuvo que otros tres barcos están en construcción. “Para el 2035, Rusia podría tener una flota de 13 rompehielos pesados, incluyendo nueve de energía nuclear”, señaló.
A su juicio, la ruta ártica es una vía “realista, bien calculada y concreta” y, para la cual, detalló que todos tienen que poner de su parte para que la mencionada “ruta del mar del norte sea segura y comercialmente viable”.
Dicho esto, Putin dejó claro que el futuro de Rusia no depende de las sanciones occidentales, pero se basa, ante todo, en el desarrollo interno, incluidos los proyectos nacionales.
“Sería mejor no tener restricciones que distorsionen el mercado, el comercio global, lleva a una desaceleración de la economía global. Sería mejor vivir sin él, pero las sanciones no obstaculizarán la implementación de los planes de Rusia para el desarrollo de recursos minerales y el desarrollo en general”, agregó.
El proyecto del desarrollo de Rusia en el Ártico va en par con Estados Unidos, Canadá, Dinamarca y Noruega, los cuales también reclaman jurisdicción sobre partes del Ártico en momentos en que las capas de hielo se están derritiendo y se están abriendo nuevas rutas de navegación y exploración.
Conforme un reporte publicado en el periódico canadiense National Post, el plan de Rusia junto a China es abrir una nueva ruta estratégica comercial denominada la Seda Polar a través del océano Ártico con visiones de que la vía transpolar abra una nueva frontera económica rica en petróleo y gas natural que permita contrarrestar la iniciada guerra comercial de EE.UU.
