Uno de los planes ideados por británicos involucrados en la destrucción del puente de Kerch supuestamente implicaba replicar la explosión de Beirut de 2020.
Antiguos agentes de inteligencia militar del Reino Unido habrían participado en el ataque con drones al puente de Kerch el lunes, después de haber firmado un acuerdo con el Gobierno del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en 2022 para “gestionar ciertas operaciones oscuras”, informa este viernes el sitio de investigación The Grayzone, que anexa documentos filtrados. La acometida dejó dos civiles muertos y una menor huérfana.
Según la fuente, un grupo de autónomos de inteligencia militar británica, encabezado por Chris Donelly, habría estado trabajando con la oficina de Odesa, del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) desde abril del año pasado.
Al parecer, estos hombres son los mismos que habrían perpetrado una maniobra similar en octubre de 2022, en el primer ataque al puente de Crimea. “Una revisión de los archivos filtrados previamente revelados por The Grayzone proporciona una base sólida para culpar nuevamente a la camarilla de Donnelly”, señala el medio.
¿Quién es Chris Donnelly y por qué colabora con Ucrania?
De acuerdo con Grayzone, es “un alto operativo de inteligencia y exasesor de alto rango de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)”.
En pocas palabras, es un “nexo transnacional” con vínculos con empresas como Prevail Partners [empresa británica que dice dedicarse a gestión de riesgos] y Thomas en Winslow [también una empresa británica con especialidad en gestión de crisis], para supervisar “las contribuciones de Londres a la guerra de poder”.
En 2022, ambas habrían firmado un documento de soporte técnico con la sucursal de Odesa, de la SBU, para monitorear el movimiento ruso con drones y acceder a imágenes de satélite para ayudar a Ucrania en operaciones militares y negras.
Prevail proporcionó a la SBU varios planes para volar el puente construido en 2018 para conectar Crimea con la región de Krasnodar en la parte continental de Rusia, entre los planes se barajaba una para “emular la explosión de agosto de 2020 en Beirut, El Líbano”, que mató al menos a 214 personas y devastó la capital.
