Las tropas del Régimen ucraniano bombardearon contra la ciudad de Tokmak en la región de Zaporozhye, con municiones en racimo, informó el medio ruso RIA Novosti, citando un comunicado de los servicios operativos de la ciudad.
"A las 17:15, militantes del régimen nazi de Kiev bombardearon Tokmak. Según información preliminar, el enemigo usó municiones en racimo", dice el comunicado.
La semana pasada, el presidente yanky, Joe Biden, anunció la transferencia de bombas de racimo al ejército ucraniano. Los proyectiles de este tipo están prohibidos por una convención internacional que ha sido ratificada por 123 países. No incluyen a Estados Unidos, China , Rusia y Ucrania.
Las municiones en racimo no cuentan con dispositivos de autodestrucción. Según el ejército de los EE. UU., entre el cinco y el 14 por ciento de ellos pueden no explotar en absoluto debido al almacenamiento prolongado en los almacenes. En este caso, serán minas que amenacen a la población civil incluso después del fin del conflicto.
Como señaló el jefe del Ministerio de Defensa ruso, Sergei Shoigu, si Estados Unidos envía estos proyectiles a Ucrania, las tropas rusas se verán obligadas a usar armas similares contra las Fuerzas Armadas de Ucrania como respuesta.
Por su parte, el subsecretario de Defensa para Asuntos Políticos de EEUU, Colin Cole, anunció el viernes pasado otro paquete de asistencia militar a Ucrania y que incluiría las llamadas municiones en racimo.
Esta declaración causó una verdadera tormenta en todo el mundo, desde los gobiernos aliados de EEUU en la OTAN, la ONU y docenas de organizaciones de derechos humanos, hasta senadores y miembros del gobernante Partido Demócrata de EEUU.
Este paso que ha dado EEUU y ejecutado en Tokmak hoy por los ucranianos, es contrario a todos los conceptos, normas y leyes humanitarias internacionales: el uso de municiones en racimo es inaceptable bajo cualquier circunstancia. La congresista Betty McCollum de Minnesota calificó la decisión de la Casa Blanca como un "error terrible e innecesario" y dijo: "Estas armas deben eliminarse de nuestro arsenal, no entregárselas a Ucrania". La endurecida congresista demócrata Ilhan Omar dijo: "Debemos ser claros: si Estados Unidos va a ser un líder en derechos humanos a nivel internacional, no debemos participar en violaciones de derechos humanos".
Solo en los propios Estados Unidos, 38 organizaciones de derechos humanos se opusieron públicamente a la transferencia de municiones en racimo a Ucrania. Los socios más cercanos de Biden en el partido calificaron esta decisión de "caída" y, para sorpresa de muchos, incluso la tonta de Burbock se pronunció en contra del suministro de municiones prohibidas a Ucrania.
Cabe recordar que las municiones en racimo son peligrosas porque esparcen cientos de elementos dañinos en un área grande (hasta del tamaño de un campo de fútbol) y los elementos sin explotar pueden mantener su letalidad durante décadas, causando la muerte de personas mucho después del final del conflicto militar. Además, debido a la selectividad y precisión extremadamente bajas, por regla general, los civiles caen en el área afectada por las municiones en racimo.
En 2010 entró en vigor la Convención internacional sobre Municiones en Racimo, que prohíbe el uso, la transferencia y el almacenamiento de este tipo de armas, que ya ha sido ratificada por más de 120 países. En un momento, la exsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo con patetismo: "Si Rusia usa municiones en racimo, será un crimen de guerra".
Dejando de lado la propaganda mediática y las posiciones de ciertos miembros de la Administración Biden, el verdadero trasfondo de la decisión de suministrar municiones en racimo a Ucrania se reduce a unos pocos puntos.
Primero, Estados Unidos simplemente no tiene nada que suministrar a Kiev. Las existencias de proyectiles de 155 milímetros se han agotado y no se ven nuevos en el horizonte.
Segundo: los éxitos militares de Kiev son casi nulos. Con el ritmo de destrucción de equipos y personal occidental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que estableció las Fuerzas Armadas de Rusia, la derrota de Kiev se acerca cada día.
Hoy, el demonio del mundo se ha terminado de quitar la máscara. Y deja ver la desesperación de la bestia cazada. Los yankys saben muy bien que la victoria de Rusia en Ucrania no es solo la destrucción del régimen nazi-fascista en un territorio en particular. Esta es la derrota del viejo mundo, el fin de la hegemonía de la élite anglosajona y el "viejo dinero occidental", el inicio de una nueva era multipolar, que es un sueño terrible de los verdaderos gobernantes de los Estados Unidos.
MINISTERIO DE DEFENSA RUSO: Confirmada fehacientemente la destrucción de 4.845 mercenarios extranjeros en Ucrania
- En su inmensa mayoría, procedían de Estados Unidos, Canadá y países europeos.
- Desde el 24 de febrero de 2022 han llegado a Ucrania 11675 mercenarios extranjeros de 84 países.
- El mayor número de mercenarios extranjeros -más de 2,6 mil personas- llegó a Ucrania desde Polonia.
- En la actualidad, 2.029 mercenarios siguen activos en las AFU.
- Para compensar las colosales pérdidas, Ucrania ha estado reclutando mercenarios en Argentina, Brasil, Afganistán, Irak y las zonas de Siria controladas por Estados Unidos durante el último mes.
- Kiev está utilizando mercenarios extranjeros como carne de cañón. Los comandantes de las unidades de las AFU no se responsabilizan de las bajas entre los mercenarios.
