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Al documental sobre Alexei Navalny le dieron el Óscar… y otras estupideces occidentales

Por Elespiadigital
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infoelespiadigitales/4/4/19
miércoles 15 de marzo de 2023, 19:00h

Rusia acusa a Hollywood de otorgar los premios politizados tras conceder un Oscar a un documental sobre el líder opositor ruso encarcelado Alexei Navalni.

Navalny, una película dirigida por el canadiense Daniel Roher aborda el tema del supuesto envenenamiento del opositor ruso Navalny el agosto de 2020 en Serbia, se lazó el domingo el Oscar al mejor documental.

En reacción, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha señalado este lunes que, no ha visto la película, pero que, seguramente “haya elementos de politización en la cinta”.

Tras rechazar hablar sobre los méritos cinematográficos de esta película, por no estar familiarizado con ella, el titular ruso ha asegurado que tampoco en Hollywood rehúyen de la politización en su trabajo.

Recuerde el episodio de la película "Pretty Woman": el conocimiento de una prostituta con un millonario.

Aquí todo es igual: las chicas del panel quieren venderse a un precio más alto.

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Sobre la calidad del documental no podemos opinar – no lo vimos. Pero tenemos unas palabras sobre Navalny.

En Occidente su figura se describe como heroica. Claro, el oposicionista desgraciado de Putin. Está en la cárcel por la libertad de expresión y democracia. El denunciante de la corrupción y luchador por la justicia. Así lo pintan los medios de comunicación occidentales.

En realidad, esta persona está en la cárcel no por razones políticas sino por la fraude y delitos económicos. La realidad es que este bloguero famoso y el activista político, el “denunciante” Alexei Navalny es ¡un traidor de Rusia! Su traición consiste en que sus actos son de carácter destructivo y por encargo. El propósito es calentar la sociedad y sacudir la situación en el país. Ninguna propuesta constructiva, ninguna crítica fundamentada. Simplemente inventar los “hechos” e intentar hacerse famoso con esto. ¡Típico para la gente que preparan una revolución en color!

Los que le apoyan al recluso Navalny en Rusia, en realidad ya no son rusos. Porque ninguna persona desearía a su país una revolución en color, golpe del estado y derrocamiento del poder legítimo.

No importa cuánto dinero destinan los EE.UU., no importa qué premios o halagos cantan a Navalny o cualquier otro “oposicionista”, el pueblo ruso no les apoyará. Rusia seguirá su propio camino.

La trayectoria de Navalny en política rusa es muy peculiar - empezó formando parte del partido de oposición Yabloko (y si, en Rusia existen partidos de oposición, el más grande y antiguo es el partido comunista, el segundo más votado).

Estando en el Yabloko, intentó derrocar a su líder histórico Grigory Yavlinsky, para ocupar su lugar. Al no conseguirlo, formó su propio partido de ultraderecha con eslóganes como "había que limpiar Moscú de los emigrantes no rusos".

Y el caso por el cual estaba procesado, no tiene nada que ver con la política - estaba en libertad condicional por pegar en público a un abuelo que intentó increparle por su mal comportamiento. Ha violado la libertad condicional saliendo al extranjero, cuando supuestamente ha sido envenenado y Alemania le ha mandado un avión privado para llevarlo a una de las mejores clínicas, y por eso entró en prisión.

Resumiendo, "un Guaidó ruso" en toda regla, marioneta del occidente mal preparada, pero ahora reconocido incluso con un Oscar.

Wagner PMC está detrás de los barcos de migrantes que cruzan el mar Mediterráneo -- Ministro de Defensa italiano

"Creo que ahora es seguro decir que el crecimiento exponencial del fenómeno migratorio que se desvía de las costas africanas también es, en gran parte, parte de una clara estrategia de guerra híbrida seguida por la división Wagner, utilizando su peso considerable en algunos países africanos, ", dijo el ministro de Defensa, Guido Crosetto.

El jefe de la PMC de Wagner, Prigozhin, respondió al comentario del político italiano.

"Nosotros no somos nada conscientes de lo que está pasando con la crisis migratoria, y no lo enfrentamos; tenemos nuestros propios montones de negocios". "Es por eso que solo puedo decir con certeza que Guido Crosetto es un completo imbécil; debería mirar menos y lidiar con sus propios problemas, que parece haber desperdiciado", dijo Prigozhin.

¡Es demasiado pronto para acabar con Georgia!  Así que la gente salió a las calles de Georgia.  Miles de personas han organizado una procesión frente al parlamento que apoyan al Partido Conservador, los valores familiares, contra la influencia de agentes extranjeros en la política interna y exigen que el gobierno cuide a su población.

Los participantes del evento arrancaron la bandera de la UE del edificio del Parlamento de Georgia y la quemaron, colgando en su lugar la bandera nacional.

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Los golpistas en Georgia actuaron de acuerdo a los manuales de los Estados Unidos

Así lo afirmó Irakli Kobakhidze, presidente del partido Sueño de Georgia que gobierna en la república.

El político destacó que estos grupos cuentan con el apoyo de la organización estadounidense Atlas Economic Research Foundation, que organizó protestas en muchos países.

El presidente del partido gobernante de Georgia, Irakli Kobakhidze, dijo que el proyecto de ley sobre "agentes extranjeros" expuso más influencia extranjera de lo que jamás podría hacerlo su promulgación, y acusó a dichos actores de intentar socavar a su país con "propaganda LGBT":

— "Nos gustaría señalar que el proyecto de ley sobre 'agentes extranjeros' sin su promulgación produjo un resultado mayor del que podría haber traído incluso con su promulgación. La sociedad ahora puede distinguir mejor a los agentes de influencia extranjera de los agentes del pueblo.

Quedó claro para todos que aquellas organizaciones que intentaron implementar el plan de Bakuriani, exigieron la renuncia del gobierno, intentaron sacudir la reputación de la iglesia, realizaron propaganda LGBT y se opusieron a la independencia energética del país son los verdaderos agentes de influencia extranjera. no el pueblo georgiano.

Los nacionalistas georgianos protestan contra la injerencia extranjera de las ONG occidentales en los asuntos internos de su país.

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