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El Japón como fuerza proxy occidental en Asia-Pacífico

Por Elespiadigital
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infoelespiadigitales/4/4/19
miércoles 22 de febrero de 2023, 20:00h

Javer Al Shalal. En mi habitual línea de pensamiento en donde asevero que los teatros europeo y asiático están cada día más entrelazados, vemos apariciones de imágenes que, como Ventanas de Overton, nos anticipan la globalización del conflicto que se viene.

Primero, se liberó una fotografía de 4 mercenarios, presuntamente japoneses (por eso tienen sus rostros censurados, quizás, incluso, sean de las mismísimas Fuerzas de Autodefensa tomando experiencia «combat proven») posando en el frente ucraniano con la bandera de la Armada, que si bien aún está vigente, es rápidamente asociada con las tropas expedicionarias niponas de la Segunda Guerra Mundial.

Nótese que uno de los infantes tiene parches ucranianos, conjuntamente con el Yatagarasu, el cuervo negro de tres patas, sobre un sol naciente. El cuervo significa la «voluntad divina de intervenir en los asuntos humanos».

He mencionado en muchas ocasiones la implicación cada vez más activa de Japón en el rediseño del orden mundial, por supuesto, como agente occidental.

 

Las recientes visitas de Jens Stoltemberg y los constantes contactos de las autoridades máximas estadounidenses con sus pares japoneses se dan simultáneamente con un ruido de sables en la isla, con la imposición de un discurso belicista y la materialidad del acelerado rearme.

El 8 de julio de 2022 fue asesinado en extrañísimas circunstancias al ex primer ministro Shinz? Abe, justamente, por un ex militar de la Armada japonesa, y en momentos en que volvía al ruedo político.

Si bien Abe fue un gran impulsor del rearme, el momento que se estaba generando en 2022, de un choque entre Occidente y Rusia-China implicaba «una dosis superior de arrojo». El actual primer ministro, el ultranacionalista Fumio Kishida, está aún más alineado con el compromiso anti-chino de Occidente, y con el creciente militarismo nipón. Por ese motivo en su momento destaqué que Abe había sido asesinado «no por ser imperialista, sino por no ser lo suficientemente imperialista».

Algunos podrán señalar que una simple fotografía no puede llevar a conclusiones tan aventuradas.

Por el contrario, yo señalo que la liberación de ciertas imágenes nunca es casual, sino anticipatoria de relaciones que se van dando y que deben forjarse - y naturalizarse - en las mentes de la opinión pública. La idea es demostrar que Japón lucha por los mismos ideales «occidentales» que Ucrania, que es parte de la «comunidad internacional» (los países Clase A) y que ya no está refugiada en su pacifismo constitucional (carta magna ahora «reinterpretada», en especial su Artículo 9).

La foto es apenas una pequeña dosis simbólica, pero efectiva, de los movimientos tectónicos políticos y militares que se están avizorando raudamente en el Extremo Oriente, especialmente en Japón, pero también en Corea del Sur, Australia y Taiwán. Estos tres países (más la isla rebelde) ya conforman la «OTAN asiática» y tienen en su objetivo la «contención y subversión» de China, además del «corte de toda colaboración de China con Rusia en el Pacífico Norte». Intentarán, además, tentar a India en su bloque (que ya forma parte del Quad, aunque también del BRICS).

Las medidas de Kishida pone los pelos de punta a los chinos: Japón duplicará para los próximos 5 años su presupuesto de Defensa (que venía ya en amplísima expansión desde 2016) y se dotará de sistemas para atacar bases militares enemigas (o sea, misiles, incluso, con la capacidad futura de montar ojivas nucleares), además de comprometerse a garantizar la seguridad de Taiwán, donde ya empezó a estacionar tropas en los cercanos islotes de Taketomi, Ishigaki, Tarama y Miyakojima.

Esta semana se liberó otra fotografía

Christian Cirilli

Se trata de un mercenario que lució campante una bandera del Estado Islámico en su hombro, como si ya toda la parafernalia nazi no fuera suficiente.

En el frente de Ucrania suceden «milagros increíbles»: fanáticos con simbología nazi y tatuajes luciferinos de Baphomet, se unen a mercenarios israelíes, miembros confesos del Estado Islámico e infantes nostálgicos del Imperio japonés. Aunque si nos ponemos a pensar... no es tan loca esa «unión temporal»...  porque todos, en definitiva, son gendarmes de la Anglósfera y son amalgamados por la OTAN.

Son aquellos que anteriormente se enlistaban en la Liga Anticomunista Mundial [World Anti-Communist League (WACL), relanzada por Ronald Reagan]: una internacional del crimen fundada en Taiwán por Chiang Kai-shek, el reverendo Moon y criminales de guerra nazis y nipones, al que luego se sumaron al-Qaeda, las dictaduras latinoamericanas alineadas en Cóndor y la derecha israelí.

¿Sorprende? Claro que no.

Los lazos de Estados Unidos con el Estado Islámico no son ningún secreto. Cuando fracasaron los grupos de la Hermandad Musulmana - con sus decenas de nombres de Brigadas y Asociaciones condensadas en el «Free Syrian Army» - inmediatamente se creo el Estado Islámico en Irak, que raudamente se «corrió» hacia el Levante para aniquilar Siria. Su ideología wahabita takfiri denotaba sus financistas: Arabia Saudita, país del que era oriundo el