geoestrategia.es

Los países nórdicos y del Este cada vez más sumidos a los intereses de EEUU. Suecia veta el uso de equipos de Huawei y ZTE en las redes 5G

Por Elespiadigital
x
infoelespiadigitales/4/4/19
martes 20 de octubre de 2020, 22:00h

MOSCÚ (Sputnik) — La Autoridad Sueca de Correos y Telecomunicaciones prohibió usar los equipos de las empresas chinas Huawei y ZTE en el desarrollo de las nuevas redes 5G.

"Las nuevas instalaciones e implementación de funciones clave para el uso en el espectro radioelectrónico no deben realizarse con productos de los suministradores como Huawei o ZTE", según los requisitos para los participantes de licitaciones anunciadas por el regulador este 20 de octubre.

Además, los equipos de Huawei y ZTE deben eliminarse de las infraestructuras actuales con funciones clave antes del 1 de enero de 2025 a más tardar.

Asimismo, el regulador obliga a desvincular las funciones clave de las empresas situadas en países extranjeros y sustituirlas con las operadas por las compañías ubicadas en Suecia, también antes de 2025.

La Autoridad Sueca de Correos y Telecomunicaciones admitió a las empresas Hi3G Access, Net4Mobility, Telia Sverige y Teracom para las licitaciones de los espectros de banda de 3,5 y 2,3 gigahercios, la primera de ellas programada para el 10 de noviembre.

En mayo de 2019, el Gobierno de EEUU puso en la lista negra al gigante tecnológico chino Huawei por sus presuntas conexiones con la inteligencia china y estuvo presionando a otros países para que se abstengan de usar el equipamiento de esa firma al adoptar la tecnología 5G.

La Casa Blanca acusa a la empresa de supuesta colaboración con la inteligencia china y espionaje a sus clientes.

El gigante tecnológico chino rechaza esas acusaciones, las que tacha de infundadas y políticamente motivadas, además de amenazar la libre competencia en los mercados.

El Reino Unido ya anunció a mediados de julio que dejará de comprar los equipos de 5G de Huawei desde finales de año. El sector tendrá un plazo hasta 2027 para retirar todos los productos de la compañía china de la infraestructura de la revolucionaria red de nueva generación.

A finales de septiembre en los medios trascendió que Alemania también está cediendo a las presiones de EEUU y está preparando una normativa que establece unos criterios de seguridad informática muy difíciles de cumplir para Huawei.

¿Vuelven los submarinos nucleares de EEUU a Noruega?

La Marina de EEUU pronto podría volver a utilizar la base naval ártica situada en las afueras de Tromso (Noruega) para posicionar allí sus submarinos nucleares.

Las Fuerzas de Defensa de Noruega cerraron la base Olavsvern en 2009 porque consideraron que ya no cumplía su propósito. Las relaciones con Rusia habían mejorado y las tensiones en el Círculo Polar Ártico eran mucho menores que durante la Guerra Fría.

No obstante, la Marina estadounidense ha presionado para que la base regrese a las Fuerzas Armadas. Los oficiales de EEUU ya han sido invitados a Olavsvern varias veces y el 9 de octubre el Ministerio de Defensa de Noruega aprobó un acuerdo que le permite a sus tropas, y por lo tanto también a las de los aliados, incluidos EEUU, utilizar la base.

Según la Corporación de radiodifusión estatal noruega (NRK)a finales de octubre podría estar listo un acuerdo para el regreso de Olavsvern a las Fuerzas Armadas a través de un contrato de arrendamiento.

Operadores de la base

Olavsvern fue comprada por partes interesadas en Tromso en 2013, con el actual alcalde Gunnar Wilhelmsen a la cabeza, y actualmente está gestionado por Olavsvern Group AS.

Hay otra empresa, WilNor, que tiene un acuerdo de opción para hacerse cargo de dos tercios de Olavsvern Group a partir del 2021. La compañía tiene varios acuerdos con las Fuerzas Armadas de Noruega, incluso uno relacionado con el almacenamiento de equipo militar.

El ministro noruego de Defensa, Frank Bakke-Jensen, por su parte, contó a NRK que existe un acuerdo para que los buques propulsados ??por reactores puedan utilizar el puerto de Grotsund, situado un poco al norte de Tromso. Explicó que esta decisión se tomó "después de consultar con las autoridades estadounidenses".

Municipio en contra

La mayoría en el consejo municipal de Tromso se ha manifestado en contra de que los estadounidenses utilicen el muelle de Grotsundet para sus submarinos nucleares.

Sin embargo, Bakke-Jensen ha asegurado que el Gobierno tiene derecho a invalidar el municipio en un caso como este, alegando que los submarinos estadounidenses en los puertos noruegos no empeorarán las relaciones con Rusia.

La Marina de EEUU quiere ambos

La Marina de EEUU, por su parte, quiere acceder tanto a Olavsvern como al muelle de Grotsundet, sobre todo porque este último hace posible que un submarino de ataque se haga a la mar rápidamente si surge una situación de emergencia, reporta NRK.

Olavsvern es importante porque las grandes instalaciones montañosas permitirán almacenar equipos, según los estadounidenses, quienes afirman que necesitan la base debido a la creciente tensión en el Círculo Polar Ártico.

Cómo Polonia llegó a ser tan rusofóbica: los principales engaños de Varsovia

Polonia está experimentando un complejo de inferioridad respecto a Occidente y lo compensa por un complejo de superioridad con relación a Oriente, afirma el historiador polaco Andrzej Walicki. De acuerdo con Walicki, los polacos que consideran que su país es parte del mundo occidental se equivocan.

Andrzej Walicki murió el 20 de agosto de 2020. Era el último de los historiadores que participaron en la formación de la escuela histórica de Varsovia en las décadas de 1950 y de 1960.

Su escuela científica se encontró con varios obstáculos en Polonia porque se interesaba por la filosofía y el pensamiento político ruso. Se vio obligado a realizar sus estudios principalmente fuera de Polonia, incluso en universidades de Australia y Estados Unidos. Se especializó en entender las raíces de la tergiversada visión sobre Rusia que existe en Polonia, basada en estereotipos e intereses políticos.

Sputnik te ofrece algunas de las ideas más interesantes que resaltó en su última entrevista antes de fallecer realizada por el diario polaco Polityka.

La principal pregunta: ¿es Polonia de Occidente o de Oriente?

Walicki consideraba que Polonia no es un país occidental y nunca lo ha sido, por una razón muy simple: por su ubicación geográfica.

"Somos del este y oeste (…) Compartimos una nostalgia imperial. Presumimos que tuvimos un país de muchas culturas. Pero era solo un país de culturas que existían por separado", destacó.

A este respecto, el historiador recordó que en el pasado Polonia buscaba ser un país sármata. El sarmatismo era una ideología de la nobleza que dominó las tierras de la Mancomunidad de Polonia-Lituania entre los siglos XVI-XIX.

Ahora, la élite polaca cree que Polonia debería ser un socio estratégico de Estados Unidos. Su papel es seguir protegiendo al mundo del comunismo y de las ideas de la izquierda, encarnadas en Rusia.

"De esta manera, hemos sustituido el mito de la libertad por el de la unión rusófoba", agregó.

Según el historiador, Polonia se siente muy ofendida porque no consiguió arrastrar a Rusia hacia Asia, ahí donde deben estar los herederos del conquistador mongol Gengis Khan.

"Pero tampoco queremos permanecer en los márgenes de Occidente. Buscamos estar en el centro. Por eso nos tratamos de separar del Este a cuenta de otros Estados que deberían marcar la llamada línea fronteriza. Por lo tanto, después de Lituania, Letonia y Estonia, buscamos hacer que Bielorrusia y Ucrania se unan a Occidente. Esta es nuestra doctrina oficial de Estado", remarcó Walicki en dicha entrevista, aunque agregó que es "una idea rusófoba" que no tiene ninguna posibilidad de ser realizada en el futuro.

¿Cuál es el núcleo de los problemas con Rusia?

Según Walicki, Polonia no puede llegar a un acuerdo ni con los rusos ni con los ucranianos, bielorrusos o lituanos. Y ha quedado ciega por su rencor hacia Rusia y hacia los rusos.

"Seguimos tratándoles desde el punto de vista de consumo, de supremacía, de una manera paternalista. Lo sienten, lo ven y lo oyen", señaló.

Si bien Rusia no es el único problema de Varsovia, sí es el principal, de acuerdo con la élite política y la opinión pública polacas. En vez de pensar racionalmente en por qué falla tanto a lo interno, lo único que hace es culpar a Rusia.

"De esta manera, nos estamos quitando de encima la responsabilidad de todos nuestros errores, irregularidades y derrotas. Por ello, en vez de aprender de nuestros errores, nos atascamos en este atolladero".

Polonia ha adoptado una visión de mundo completamente falsa. Está convencida de que este no cambia, la acosa y la traiciona constantemente, explica.

"Si no queremos ver que la Rusia de Pedro el Grande, la de Stalin y la de Putin no son el mismo país, si no vemos la diferencia entre la Alemania de Bismarck, la de Hitler y la de Merkel, así como si no distinguimos los Estados Unidos de Roosevelt, los de Carter y los de Trump, entonces ¿cómo podemos orientarnos en la realidad?", se preguntó.

Los polacos, según el historiador, se engañan como pocas personas en el mundo.

"Nos mentimos sobre nosotros mismos y sobre los demás. Por ello, no somos capaces de conversar o pensar seriamente. ¿Es posible que uno lo haga mientras vive en una abstracción absoluta creyendo que los demás son el propio mal?", estas ideas, según el historiador, reflejan cómo Varsovia trata a Moscú.

Polonia discute tanto con Rusia porque no está satisfecha con el hecho de que no consiguió plasmar su imperialismo. Por ello, en Varsovia todavía siguen buscando a los culpables incluso entre sus propios ciudadanos.

"Sueño con que Polonia combine un poco de nobleza, un poco de generosidad, un poco de esfuerzo por entender a los demás, en una Polonia en la que no haya lugar para la crítica y las condenas", señaló.

Polonia y su versión de la democracia 

Walicki considera que la democracia se ha convertido en una simple formalidad  para Varsovia. Anteriormente, los partidos políticos se formaban desde abajo. La gente quería algo y se unía para conseguirlo. Pero, ahora, los partidos eligen al electorado a su libre albedrío y lo compran con promesas. Y gana el que compra más votos. Este no es un problema propio de Polonia, sino también de muchos otros Estados, advierte.

"Pero aquí hay un terreno fértil porque tenemos un serio problema en la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos", agregó.

Actualmente, muchos politólogos polacos aseguran que la Polonia postsoviética es la Tercera República Polaca y que representa una encarnación de la santísima Primera República Polaca, cuyo territorio se extendía del mar Báltico al Negro. Sin embargo, es un engaño populista, enfatiza Walicki, porque la Primera Republica Polaca nunca buscó ampliar su territorio hasta el mar Negro.

De acuerdo con el historiador, la clase política de Polonia, altamente ideologizada, creía sinceramente haber derrotado al comunismo sin un solo disparo, y por ello, el mundo debería estar agradecido con ella por siempre.

No obstante, realmente el comunismo empezó a decaer por sí solo a mediados de la década de 1950. El comunismo se degradó y finalmente se derrumbó.

"Todo este proceso tendría que ser acallado para que la Tercera República Polaca pudiera jactarse de haber derrocado el sistema. Se necesitó una mentira para enaltecerla. Cuanto más tiempo pase, más grande se hace esta mentira y más lejos nos lleva a una realidad distinta".

Walicki opina que Polonia adoptó una versión primitiva del liberalismo porque solo su modelo marginal pudo haber sido compaginado con el elitismo, el tradicionalismo, el conservatismo y el catolicismo clerical que dominaban en el país. De todas las virtudes liberales Varsovia adoptó solo el mercado libre y lo hizo pasar por una democracia liberal.

Este "pseudo liberalismo", según el experto, se arraigó solo en Polonia porque su inteligencia política consiguió prevenir el nacimiento de una clase capitalista nacional tal y como había sucedido en los países vecinos.

Este modelo del liberalismo corresponde a los países del este. El neoliberalismo que en Occidente sirvió para limitar al Estado social en Polonia se utilizó para "explicar la nueva injusticia", concluyó.