Seguridad

La NSA podría resolver el misterio de la muerte de un secretario general de la ONU

Victoria | Jueves 18 de diciembre de 2014

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La ONU está a punto de volver a abrir la investigación de la catástrofe aérea de 1961 en Zambia en la que murió el entonces secretario general de la organización, el sueco Dag Hammarskjold. Los periodistas están a la expectativa de los reveladores datos que pueda proporcionar la NSA.

Redacción



 

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La ONU está a punto de volver a abrir la investigación de la catástrofe aérea de 1961 en Zambia en la que murió el entonces secretario general de la organización, el sueco Dag Hammarskjold. Los periodistas están a la expectativa de los reveladores datos que pueda proporcionar la NSA.

Hammarskjold murió el 18 de septiembre de 1961 cuando se dirigía a negociar un alto el fuego en la república de Katanga, que en aquel entonces quería independizarse del Congo. Solo uno de los ocupantes del avión sobrevivió a la catástrofe aérea. El superviviente, el sargento Harold Julien, dijo al personal médico que había visto "chispas en el cielo" poco antes del accidente.

Varias personas que acudieron a la escena de la catástrofe (en la entonces Federación de Rodesia y Nyasalandia) afirmaron que el avión Albertina DC6 había sido acribillado a balazos. El retraso de más de nueve horas en encontrar el avión disparó las especulaciones de que el lugar del accidente no estaba desierto. Varios testigos dijeron que vieron a entre seis y ocho hombres blancos, armados y en uniforme de combate, en el lugar donde cayó el avión, informa 'The Guardian'.

Se cree que la ONU podría pedir a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) que le proporcionara datos clave para resolver el caso, puesto que la agencia está en posesión de interceptaciones de radio captadas por su estación de escucha en Chipre que podrán demostrar o refutar si un segundo avión estaba en el aire cerca del Albertina poco antes del accidente. De ser así se corroborarían las afirmaciones de un supuesto piloto belga llamado Beukels, que aseguró haber derribado el Albertina accidentalmente en un intento de desviarlo a otro aeropuerto.

El problema es que la personalidad del tal 'Beukels' nunca ha sido establecida.