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Sobre las elecciones en Irán

Administrator | Domingo 30 de junio de 2024
El exministro de Salud Masud Pezeshkián, perteneciente al ala reformista, tomó la delantera y superó al conservador Saíd Yalilí tras el recuento de 12 millones de votos de un total de 61 millones de votantes en las elecciones presidenciales extraordinarias de Irán, anunció el portavoz de la Sede Electoral de la república islámica, Mohsen Eslami.
El vocero indicó al canal de televisión IRIB que, tras procesar las papeletas en 32.200 de los 58.000 colegios electorales, Pezeshkián tiene 5 millones de votos, mientras que el representante del líder espiritual de Irán en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de la república, Yalilí, tiene 4,875 millones.
Un candidato necesita obtener más del 50% de los votos para ganar. En caso contrario, se celebrará una segunda vuelta el 5 de julio, en la que participarán los dos candidatos más votados en la primera vuelta.
Una mirada a los detalles de los candidatos presidenciales de Irán
Xavier Villar
Se anticipa que las elecciones presidenciales de este viernes serán reñidas entre tres candidatos que, según todos los expertos, lideran todas las encuestas hasta ahora: Mohamad Baqer Qalibaf, Said Yalili y Masud Pezeshkian.
Políticamente, Qalibaf se autodefine como neoconservador y es considerado por muchos analistas como un tecnócrata con una visión ideológica pragmática. En los últimos días de campaña, ha prometido buscar el levantamiento de las sanciones económicas si es elegido presidente. También ha advertido sobre la posibilidad de un retorno a un “período de recesión” en caso de victoria reformista, y ha subrayado su compromiso de establecer una segunda capital económica en las costas del mar de Omán y el océano Índico para el próximo año.
Said Yalili es un candidato considerado “principalista”, término que en Irán denota un compromiso ideológico con el islamismo militante y los principios fundacionales de la República Islámica, como la autonomía e independencia. Durante su visita a Kerman en los últimos días de campaña, abordó la cuestión de la desigualdad económica y la necesidad de salarios más justos para los trabajadores. Además, criticó el programa económico del candidato reformista, Pezeshkian, acusándolo de contribuir a la “parálisis del crecimiento económico del país”.
Masud Pezeshkian es el candidato “reformista”. Este término político se utiliza generalmente para describir proyectos políticos que, respetando los principios fundacionales de la República Islámica, buscan una integración más amplia en la comunidad internacional y adoptan una postura más conciliadora hacia Occidente.
Pezeshkian viajó a Kerman y Yazd en los últimos días de su campaña, donde prometió a los asistentes en sus mítines que “no traicionaría su confianza”. Durante un encuentro con vecinos de Kerman, el candidato reformista se comprometió a eliminar la privación social y a trabajar por el bienestar del país.
En las últimas horas se han producido dos abandonos en el campo conservador. El actual alcalde de Teherán, Alireza Zakani, decidió retirarse de la campaña electoral. En un comunicado publicado en la red social X, pidió a Yalili y Qalibaf que llegaran a un acuerdo para “evitar un tercer mandato de Rohani”, refiriéndose a Pezeshkian y al movimiento reformista.
Horas antes, Qazizade Hashemi también se retiró de la contienda electoral, justificando su decisión de apoyar al “frente revolucionario” contra el candidato reformista.
A pesar de las dos retiradas, varios analistas cercanos al campo principalista consideran muy posible una victoria de Pezeshkian si Qalibaf o Yalili continúan su campaña. Recientemente, hubo una reunión entre representantes de ambas campañas en la ciudad de Mashad, pero no se logró ningún resultado satisfactorio. Desde ambas partes se ha asegurado que los dos candidatos seguirán en la contienda hasta el día de las elecciones, lo que descarta la posibilidad de un candidato único del “frente revolucionario”.
En este sentido, cabe destacar las palabras del asesor de Yalili, Ali Yafari, quien explicó que “conociendo a Yalili, es impensable que se retire de las elecciones o que deje de apoyar a Qalibaf”. Este mismo asesor también señaló que, según las últimas encuestas publicadas, lo más probable sería que Qalibaf retirase su candidatura y apoyase a Yalili para “evitar una segunda vuelta y la posibilidad de una victoria reformista”.
Una de las principales preocupaciones para los votantes es la economía, por lo que entender las diferencias programáticas entre los tres principales candidatos es fundamental para comprender cómo pueden votar los electores iraníes.
Para Qalibaf, la economía debe basarse en principios fundamentales como la transparencia y políticas populares. Específicamente, Qalibaf y su equipo económico proponen contener la inflación mediante la producción e implementación de presupuestos equilibrados y mejorar las disparidades en el sector financiero al dar mayor autonomía al banco central. Además, se busca desbloquear el potencial de la inversión nacional reduciendo las complejidades burocráticas.
Respecto al tema de las sanciones, Qalibaf ha expresado su deseo de implementar una diplomacia “paso a paso”, buscando aliviar o eliminar las sanciones de manera gradual y no de forma abrupta.
Por su parte, Saeed Yalili es considerado por muchos economistas como el candidato que, de ser elegido, es más probable que continúe la línea del gobierno saliente.
En términos específicos, Yalili y su equipo económico han enfatizado la necesidad de fortalecer el valor de la moneda nacional, introducir un impuesto sobre la riqueza y reformar las políticas fiscales para alcanzar la justicia social. Además, se comprometen a abordar los problemas de vivienda mediante la regulación de la propiedad exclusiva de tierras.
Por último, el candidato reformista y su equipo han centrado su agenda económica en varias cuestiones clave: la implementación de un plan significativo para contener la inflación y mejorar el poder adquisitivo, la atención prioritaria a la justicia social, la eliminación de las “políticas intervencionistas del estado”, y la atracción de inversión extranjera mediante la reducción de tensiones en las relaciones internacionales.
También es crucial destacar la importancia de la participación en las elecciones. En este sentido, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, hizo un llamamiento a una “alta participación” en las elecciones presidenciales del viernes para suceder a Ebrahim Raisi, quien falleció el mes pasado en un accidente de helicóptero.
“Subrayamos la importancia de una alta participación en las elecciones, ya que es un orgullo para la república islámica”, declaró Jamenei en un discurso televisado tres días antes de la votación. “En cada elección donde la participación ha sido baja, los enemigos de la república islámica nos han criticado”, añadió.
En ese mismo discurso, el Líder Supremo criticó a “ciertos políticos iraníes” por creer que “todos los caminos hacia el progreso pasan por Estados Unidos”. Aunque el discurso no mencionaba nombres específicos, varios periodistas han interpretado las palabras de Jamenei como una crítica hacia aquellos que abogan por un acercamiento político que podría implicar renunciar a los principios ideológicos fundamentales de la República Islámica. Varios analistas políticos iraníes sugieren que las declaraciones del Líder Supremo estaban dirigidas hacia Mohamad Yavad Zarif, exministro de Asuntos Exteriores del gobierno reformista de Hasan Rohani y que actualmente desempeña un papel destacado en la campaña de Pezeshkian.

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