Seguridad

Lo que no nos cuentan de la “agenda verde”: La autonomía de un coche eléctrico colapsa a 120 km/h

Administrator | Miércoles 19 de junio de 2024
Los coches eléctricos son estupendos para ciudad si tienes donde enchufarlos. La idea de que son carritos de golf en esteroides con ventanillas es correcta. Y los eléctricos chinos serán más asequibles si la UE no hace algo para proteger nuestra industria automovilística de ser diezmada. Pero si tienes pensado llevarlos de viaje, piénsatelo dos veces.
Neil Winton, antiguo corresponsal de Reuters para la industria automovilística europea, nos cuenta que las marcas de coches eléctricos ocultan que la autonomía se calcula para un coche con la batería al 100% hasta el 0% a 90 km/h.
El problema es doble. Por una parte se recomienda fuertemente no cargar la batería más del 80% y no descargarla más del 20% para que dure más. Por otra parte, al pasar de 90 km/h a 120 km/h, velocidad máxima legal en las autovías y autopistas españolas, el consumo se dispara de forma tremenda, acortando la autonomía dramáticamente.
Es una simple ley física. Para un coche eléctrico, la energía extra necesaria para pasar de 90 a 120 km/h es asombrosa y prácticamente duplica el consumo de energía para mover todo ese aire fuera del camino. El resultado es que la autonomía cae entre un 30 y un 60%.
Para un típico viaje a la playa de 500 km, teóricamente dentro del rango de autonomía de un coche eléctrico caro, con buena batería, primero tenemos que reducir el rango para que la batería vaya del 80 al 20%, lo que nos deja 300 km. Pero si conducimos a 120 km/h y eso nos reduce la autonomía en un 40%, solo podríamos circular 180 km antes de tener que recargar. El viaje requeriría dos paradas de recarga y el coche llegaría con la batería a menos de un tercio de carga.
Y no hablemos de que el viaje se haga con frío que requiera calefacción, calor que requiera aire acondicionado, o en zonas de montaña con muchas cuestas, todo lo cual reduce aún mucho más la autonomía. Tampoco mencionemos ahora el desgaste tan rápido de neumáticos que produce su gran peso.
Los coches eléctricos son una buena solución para algunos en ciudad, pero en vías rápidas alargan los viajes de forma desmesurada, un problema que no tiene solución aunque se desarrolle la paupérrima red de recarga. A pesar de ello, la UE está empeñada en que todos los que tengamos suficiente dinero conduzcamos solo un coche eléctrico o no conduzcamos. Teniendo en cuenta que si se salen con la suya todos vamos a ser más pobres, igual hay que ir pensando en la vuelta a las mulas para no ir a pie.
HASTA LA BBC SE HA DADO CUENTA DE QUE LA TRANSICIÓN AL COCHE ELÉCTRICO NO VA A FUNCIONAR
La BBC, canal gubernamental británico, admite el problema de venderle coches eléctricos a gente que no los quiere. Para colmo de males los coches eléctricos europeos son bastante más caros que los chinos. El resultado: coches eléctricos que se fabrican y no se venden y un sector automovilístico europeo cada vez en peor situación.
Los países europeos se enfrentan a la decisión entre descarbonizar el mercado del automóvil, mediante regulaciones cada vez más restrictivas, y la protección de nuestra economía dado el peso del sector. Si se continúa por el camino diseñado toda la economía de la Eurozona se resentirá gravemente.
  • Durante 2023 se vendieron en España 113.776 coches eléctricos (51.614 puros y 62.162 híbridos), cuyas baterías necesitan para su producción la extracción de litio mediante estanques de evaporación, que utiliza unos 21 millones de litros de agua al día, y cuya minería contamina agua, aire y suelo y desvía los recursos hídricos locales, porque es barata y ecosostenible.
LA DESCARBONIZACIÓN NOS EMPOBRECE

Rémy Prud'homme muestra la relación entre las políticas climáticas y la productividad económica para 19 países de la OCDE. España es el 7º país en reducción de emisiones en 2015-2021, y el peor en cuanto a productividad económica, perdiendo un 1,2% de productividad anual durante el periodo.
El autor halla una relación negativa entre descarbonización y productividad, tal que reducir las emisiones un 30% para 2030 hará que la economía española se encoja un 1,5% anual hasta 2030, lo que tendría un coste de 145.000 millones de €.
Hay una gran incertidumbre en los cálculos, que no tienen en cuenta el impacto de la pandemia. Pero hay una relación inquietante entre los países que más reducen sus emisiones y los países en que va peor la economía. El coste de reducir las emisiones va a ser muy alto y no nos lo están diciendo. Lo peor es que lo apoyan los dos partidos con posibilidades de gobernar.
Las renovables encarecen la electricidad

Nos venden las renovables como la energía del futuro, pero ese futuro pinta de un color muy negro. España es uno de los países con mayor porcentaje de electricidad procedente de renovables, un 10% más que la media de la UE. Ello no ha abaratado los precios en España con respecto a la media de la UE. El último estudio de la UE muestra que aunque las renovables en Europa han aumentado mucho desde 2008, los precios de la electricidad con respecto al resto del mundo han aumentado. No es solo que nuestros precios estén entre los más altos del mundo, es que nuestro diferencial con EEUU y China ha aumentado, haciéndonos menos competitivos.
Las ventajas de las energías renovables aún están por descubrirse. Las energías renovables destruyen el paisaje, matan aves e insectos, su vida útil es corta, no se pueden reciclar, requieren de minerales raros, requieren de mucha energía no renovable para fabricarse e instalarse, y no abaratan la energía, sino que la encarecen.
6 MIL MILLONES DE PERSONAS MORIRÍAN SI SE DETUVIERAN LOS COMBUSTIBLES FÓSILES
El prestigioso economista y presidente del Institute of Economic Affairs, Neil Record, hace un análisis de lo que ocurriría si se detuviera de forma abrupta el uso de combustibles fósiles, tal y como reclaman los activistas de Just Stop Oil o Extinction Rebellion, famosos por atacar obras de arte.
Primero caería la distribución de gas doméstico para cocina y calefacción, acto seguido la red eléctrica colapsaría al faltarle una de sus principales fuentes. Cuando se acabara el diesel dejarían de funcionar los hospitales y los camiones dejarían de traer suministros. En tan solo 25 días comenzaría el hambre a escala masiva.
En tan solo tres meses la mitad de la población mundial habría muerto, y dos mil millones más se les unirían en el primer año.
Así de dependiente de los combustibles fósiles es nuestra civilización, y lo que demandan los activistas climáticos es que nos cortemos la yugular o seguirán lanzando pintura a las obras maestras de los museos.

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