Seguridad

Desmontando la narrativa occidental. Otro ejercicio de contranarrativa (II)

Administrator | Martes 09 de abril de 2024
Desinformador ruso
No es la primera vez que luchamos por la verdad,
No es la primera vez que vamos hasta el final (…)
¡Trabajad hermanos!
(Sandra Mantika - Viento del oeste)
El día 3 de abril de 2024, el panfleto atlantista ABC publicó un estrambótico artículo de “opinión” de Félix Arteaga, investigador principal de “Seguridad” y “Defensa” del think tank, probablemente infiltrado por la inteligencia yanqui y británica, Real Instituto Elcano.
El artículo básicamente, es un conjunto de mentiras y mantras occidentales sobre la supuesta “libertad” que el Occidente Colectivo extiende por el mundo a base de neocolonialismo, invasiones y bombardeos. Y, también, una divertida muestra de las lágrimas atlantistas por su incapacidad de poder engañar a la sociedad española de por qué el continente africano prefiere elegir su propio destino aliándose con un socio político y comercial fiable como es la Federación de Rusia, al igual que lo fue en el pasado la Unión Soviética.
El pasado marzo analicé en varios posts por qué África está girando diplomáticamente hacia la Federación de Rusia, hacia el formato BRICS/Mundo Multipolar, hacia la desdolarización y hacia la Organización de Cooperación de Shanghái. Hoy vamos a rescatar esos posts para este artículo. Pero antes de centrarnos en la materia, me gustaría señalar las declaraciones que Arteaga llegó a realizar en 2016, en relación a la oleada de atentados terroristas del Daesh en territorio europeo, cuando afirmó que “Occidente está en situación de riesgo de atentado, pero hay que convivir con ello". Las palabras de Arteaga tienen una resonancia extraña y similar a las pronunciadas por el también atlantista y sionista Rafael Bardají (*), y asesor del partido político Vox, cuando dijo en 2015 que "el Estado Islámico no es un grupo terrorista como decimos aquí, sino un aparato generador de seguridad y orden en Siria".
También destaca el artículo del "periodista" de El País Javier G. Cuesta, del mismo día 3 de abril de 2024, titulado “La familia de un checheno detenido tras el atentado de Moscú denuncia su muerte”; en el que el propagandista español no solo muestra lástima por el asesino y cero empatía por las víctimas, sino que basa su artículo en un canal de Telegram yihadista y vinculado al Daesh y a la oposición chechena, cuyo nombre no vamos a publicar en este artículo por cuestiones morales. Desconociendo esa extraña filia de los atlantistas por el yihadismo (ironía), prefiero tranquilizarme recordando la viral anécdota de nuestro presidente Vladímir Putin, cuando se dice que una vez afirmó que “perdonar a los terroristas es el papel de Dios. Mandarlos cerca de él es asunto mío”. Y con esto, entramos directamente en materia de contranarrativa occidental respecto al continente africano.

Arteaga, el culpable de semejante delito intelectual.
Primero, vamos a señalar brevemente algunas de las barbaridades vertidas por Félix Arteaga en la tirada del ABC del 3 de abril:
"La influencia rusa en África ha crecido exponencialmente en las últimas dos décadas mientras que la influencia occidental ha decaído sustancialmente".
Mira, ahí tienes razón, títere angloamericano. África ya no os quiere.
"Mientras la cooperación occidental se atiene a unos principios éticos (…) el modelo occidental de influencia se ha sustentado en instrumentos diplomáticos, económicos y culturales propios de la cooperación internacional, buscando la estabilidad y el desarrollo de gobiernos y sociedades a cambio de cumplir con requisitos y valores propios de los estándares democráticos".
Es curiosa esta afirmación si tenemos en cuenta el colonialismo, la esclavitud y el genocidio europeo sobre los pueblos africanos. O la amputación masiva de manos que llevó a cabo Leopoldo II de Bélgica, a quien le gustaba coleccionarlas. Tampoco hace falta que nos vayamos tan lejos, Felix; si miramos a la OAS y los pieds-noirs. O, ya en plena actualidad, a todos aquellos gobiernos autoritarios en la región resultado de una falsa descolonización de África; los cuales todavía existen en el continente africano, y que siguen siendo títeres de actores estatales occidentales.
"Por el contrario, Rusia [no ha] invertido los cuantiosos recursos económicos, diplomáticos y humanitarios que destinan los países occidentales a sus políticas africanas".
Sabedora toda la humanidad de que Occidente ha saqueado completamente a África y que todavía sigue haciéndolo a través de golpes de Estado, a través de la financiación del terrorismo y a través de la presencia de multinacionales depredadoras, no vamos a centrarnos en este punto que vamos a desarrollar después. Pero sí señalar brevemente que España está absorbiendo el 73% del trigo ucraniano y el 36% del maíz importado por la Unión Europea en pleno conflicto. Y que solo desde septiembre de 2023, Bruselas ya ha importado más de 10,4 millones de toneladas de cereal ucraniano; convirtiéndose España en el principal receptor de dichas producciones, al abrir Bruselas la puerta de la importación masiva a productos ucranianos sin aranceles. De este modo, las importaciones españolas de cereal ucraniano han pasado de 2,5 millones de toneladas en 2021 a 8,3 millones en 2023, multiplicándose por cinco.‍ Sin embargo, esta importación masiva no ha servido para ganaderos, panaderos ni consumidores españoles, ya que los precios de los cereales han seguido subiendo. Un ejemplo de ello lo encontramos en el popular postre de la Semana Santa española, las torrijas; cuyo precio se ha hecho notar un 34% más caro que en 2023 y un 72% más caro que en 2021.
¿Adónde quiero llegar con todo esto? Que es curioso que sea precisamente un occidental, y más aún un español, el que hable de cómo destinar recursos al continente africano: cuando, con todo el expolio europeo al grano ucraniano, y en plena crisis alimentaria, a África solo le llega un 3% del grano ucraniano importado por la Unión Europea y por el Estado español. Un expolio del grano, además, del que solo se benefician las grandes multinacionales y los políticos europeos, mientras éstos destruyen a sus agriculturas nacionales en defensa de una Agenda 2030 que ningún ciudadano europeo ha votado. Sin embargo, mientras todo esto sucede, y mientras los Países Bálticos bloquearon este mismo marzo el suministro humanitario de fertilizantes rusos a África, la Federación de Rusia sigue enviando masivamente cereales a todos aquellos países del continente africano que lo necesitan.
“Rusia fomenta y aprovecha las crisis internas (…) en países fallidos o en retroceso democrático (...) Garantiza la supervivencia de los regímenes autoritarios frente a la tradición occidental de cambios de gobierno”.
Lo primero de todo, señor Arteaga, es que, no ha citado ninguna fuente para soltar semejante barbaridad. Eso, o la ignorancia peca más por atrevida que por ignorancia. En lo único que le doy la razón es en lo de “la tradición occidental de cambios de gobierno”; en eso los atlantistas sois expertos, propagando la sangre y el dolor por las calles de medio mundo. Por otro lado, me gustaría saber cuál es su concepto de “democracia” (ironía) cuando los manifestantes de todo Níger y Malí clamaron masivamente las consignas de “¡Abajo Francia!” y “¡Viva Putin!”. Si en África no les quieren, no hay nada de autoritario en que las sociedades de dichos países hayan elegido seguir su propio destino. Sin ustedes los atlantistas, claro.
Por otro lado, la Federación de Rusia es aclamada en gran parte de África por luchar contra el yihadismo y el crimen organizado, por propagar la paz social y el desarrollo, y por fomentar la cooperación política y económica. Algo, que no decimos solo nosotros, sino que también reconoció el jefe de la Oficina de las Naciones Unidas para África Occidental y el Sahel (UNOWAS), cuando afirmó que los esfuerzos de la Federación Rusa en la lucha contra el terrorismo en África están dando resultados.
“La Rusia de Putin”.
Este es un clásico occidental, el de acusar infundadamente a la Federación de Rusia de no ser un sistema democrático. La actitud de los atlantistas aquí se refleja, una vez más, en el famoso proverbio de “piensa el ladrón que todos son de su misma condición”; cuando el Occidente Colectivo es una dictadura y un basurero globalista. Sería largo de explicar todas las variables por las que Vladímir Putin ganó legítimamente un 87% de los votos, pero podemos resumirlo en los siguientes hechos y variables.
- Las colas masivas de votación desde Washington pasando por Londres, París, Transnistria o Vladivostok, con ciudadanos rusos diciendo abierta y masivamente que votarán a Putin.
- Putin no se presentó solo por Rusia Unida (la conocida coalición de partidos) sino por Frente Popular Panruso, uniendo aún a más fuerzas políticas del país.
- La sociedad rusa ha preferido estar más unida que nunca en estas elecciones, debido a la agresión de más de treinta naciones de la OTAN contra Rusia a través del proxy atlantista ucraniano. El pueblo ruso prefirió elegir a quien está gobernando por el bien del país, un clásico de todas las guerras, y algo más que analizado en los ámbitos politológico y polemológico.
- El aspecto cultural de la sociedad rusa, que prefiere líderes nacionales, soberanos y fuertes. No es ningún asunto baladí, pues la cultura condiciona los aspectos políticos, y en este caso, no es una excepción.
Las única anomalías que salieron a la luz durante las jornadas electorales fueron las de la organización terrorista, neonazi y pro Navalni RDK, cuando quisieron realizar una oleada de atentados terroristas contra la población civil en plena jornada electoral; comenzando por la detención de cuatro terroristas que pretendían envenenar alimentos de supermercados con el fin de asesinar a soldados y civiles; fundamentalmente ancianos y niños. También hubo intentos de sabotaje de urnas con pintura por parte de alborotadores patrocinados por Occidente.
Desde luego, como conclusión personal, ya le gustaría a un Joe Biden, a un Josep Borrell o a un Pedro Sánchez, tener toda la popularidad mundial que tiene Vladímir Putin, comenzando por los memes de internet a su favor. Por algo será.
“El modelo occidental de influencia tiene dificultades de prevalecer en entornos autoritarios”.
Dile eso a los familiares de los asesinados por Pinochet, Videla o Mohammed VI, todos ellos, títeres de los Estados Unidos y de la OTAN.
“[Respecto a Occidente] Sus intervenciones militares no han proporcionado la seguridad que se anunciaba a sus poblaciones”.
Ahora me entero que se supone que la “seguridad” era el “objetivo” "inicial" de todas las invasiones y golpes de Estado occidentales, y no depredar sus economías… Ironía.
“[Los países africanos] prefieren un gobierno fuerte que adentrarse en cualquier transición democrática”.
¿Desde cuándo es un problema tener un Estado fuerte frente a la mal denominada gobernanza global (globalismo) que busca debilitar y fragmentar a los Estados-nación tradicionales con el fin de erosionarlos y dominarlos a través de organismos supranacionales? Un Estado soberano es un Estado libre de elegir su propio destino. Se os ve el plumero, globalistas.
“Todo lo que gana Rusia lo pierden los países occidentales”.
Ahí tienes razón, y seguiremos trabajando en haceros la vida imposible.

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