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Quemas del Corán: Busquen al instigador, no la herramienta

Elespiadigital | Sábado 22 de julio de 2023

Las naciones musulmanas han expresado su indignación desde que Salwan Momika profanó dos veces en un mes ejemplares del sagrado Corán.

La quema y profanación del sagrado Corán en Suecia son delitos en los que las autoridades de este país europeo no solo tienen una gran responsabilidad, sino que son consideradas cómplices directas de su comisión, ya que sin ellas estos delitos no se habrían producido. Las autoridades suecas dieron el permiso a la blasfemia contra el Corán, a través de las decisiones oficiales que emitieron e incluso brindaron protección a sus perpetradores, bajo el pretexto de la “libertad de expresión”.

Por lo tanto, los musulmanes, no deben ocuparse de estos actos viles, centrándose únicamente en los perpetradores, especialmente en Momika, porque estos no son más que herramientas del crimen, utilizadas por el verdadero criminal para llevar a cabo sus fechorías y este criminal no es otro que las autoridades suecas. El Gobierno iraquí hizo bien cuando retiró al encargado de Negocios de Irak de Estocolmo, expulsó a la embajadora sueca de Bagdad y cortó relaciones diplomáticas con este país, que está gobernado por la extrema derecha, vilipendiados por el sionismo global.

La parte detrás de estos crímenes intentó enfocar y exagerar la religión del imberbe Momika, un enfoque cuyo objetivo era causar conflictos religiosos, pero gracias a la consciencia de musulmanes y cristianos, estos conflictos se detuvieron, porque este lunático ni siquiera se representa a sí mismo, por lo que se puede descubrir fácilmente, escuchando sus palabras u observando su comportamiento, que no es más que una herramienta explotada para lograr un objetivo, que ni siquiera él sabe cuál es.

Es posible identificar algunos de los objetivos de las autoridades suecas, que incitan a Momika a cometer acciones anormales. En su primer crimen, estas autoridades le pidieron a Momika que quemara solo una copia del sagrado Corán. En su segundo acto de profanación, agregaron al sagrado Corán, la bandera iraquí, y es seguro que le pedirán que agregue otros símbolos a la lista de lo que profana, hasta que cause conflictos entre los musulmanes y cristianos. Pero, ellos deben saber que con este tipo de medidas nunca podrán lograr sus objetivos porque los musulmanes, cristianos, y el resto de las minorías étnicas y religiosas de la región, no se someterán a las pretensiones del régimen de Israel, Estados Unidos, y los países occidentales.

En este sentido, el periodista británico Robert Carter se dirige a las autoridades suecas y dice: “Ustedes afirman ser un maravilloso ejemplo de democracia y defensores de la libertad de expresión, pero queman el mejor libro y mensaje de este mundo, el sagrado Corán. Destruyen literatura y libros como lo hizo la Alemania nazi. Qué vergüenza”.

Por lo tanto, para frustrar el esquema sionista que las autoridades suecas están implementando con una estupidez escandalosa y para disuadir a estas autoridades de repetir su repugnante acto bajo el falso pretexto de la libertad de expresión, los pueblos islámicos y árabes deben presionar a sus países para que expulsen a los embajadores suecos de sus países y retiren a los embajadores de sus países de Suecia, como lo exige el secretario general del Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Hasan Nasralá.

El Gobierno de Bagdad ha suspendido la licencia para operar la empresa sueca Ericsson Telecom en territorio iraquí, lo cual es una medida muy importante, y si los gobiernos árabes e islámicos toman medidas similares, las autoridades suecas dejarán de involucrarse de esta manera ciega en implementar los planes israelíes, reclutando enfermos mentales e idiotas como Momika, para provocar a más de dos mil millones de personas, y sembrar odio y rencores entre pueblos y sociedades, para que la entidad israelí permanezca a salvo.