Política

Un circo para mamarrachos: Un G7 más beligerante y ridículo que nunca vuelve a atacar a Rusia y a China

Elespiadigital | Martes 23 de mayo de 2023

Hiroshima, atacado con bombas atómicas por EEUU en 1945, recibió con entusiasmo a los líderes del G7 –que celebraron allí una cumbre–, sobre todo al de EEUU precisamente. El cónclave fue utilizado como plataforma para volver a atacar a Rusia y a China, incluyendo amenazas.

Javier Benítez

 



Javier Benítez

Hiroshima, atacado con bombas atómicas por EEUU en 1945, recibió con entusiasmo a los líderes del G7 –que celebraron allí una cumbre–, sobre todo al de EEUU precisamente. El cónclave fue utilizado como plataforma para volver a atacar a Rusia y a China, incluyendo amenazas.

El titiritero y sus títeres

EEUU y sus sucedáneos que integran el G7, que se autodenomina el grupo de las siete principales potencias económicas del mundo –aunque todos sabemos que no es así– se reunieron durante tres días en la japonesa Hiroshima para hacer una suerte de retiro espiritual, mezclado con coaching y autoayuda [nótese la ironía], donde parece que se repitieron a sí mismos, sin parar, frases del estilo 'sí se puede', 'si queremos, podemos', y demás eslóganes de empresa piramidal que se dedica a las ventas.

Si no fue así, no se entiende que hayan salido muy animados, con el típico subidón, a hacer una serie de declaraciones en las que repiten consignas, en un vano intento de convencerse a sí mismos sobre una serie de cuestiones. Como si ellos tuvieran la sartén por el mango y pudieran decidir algo de lo que dicen que harán, o cumplir con amenazas que hacen a terceros países, como son los casos de Rusia y China. Aun el G7 no se ha enterado de que no tiene los brazos tan largos.

Entre las consignas, el más evidente copipega, fue el que hizo el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak. Recordemos que el pasado 30 de marzo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pronunció un discurso previo a su visita a China, donde, en un pasaje, dijo:

"Tenemos que reconocer que el mundo y China han cambiado en los últimos tres años, y necesitamos reevaluar el Acuerdo Integral de Inversión [entre la UE y Pekín]". Los motivos que impulsan la revisión del acuerdo, según Von der Leyen, son la situación en torno a Taiwán, las supuestas violaciones a los derechos humanos en la provincia china de Xinjiang contra la minoría uigur, o las represiones económicas contra Lituania.

En este punto, llegó esa frase de von der Leyen. Dijo textualmente: "Estas acciones escaladas apuntan a una China que se está volviendo más represiva en casa y más asertiva en el exterior". Entonces, llega el 21 de mayo, menos de dos meses más tarde, y el premier británico dijo a los periodistas después de la cumbre del G7: "China plantea el mayor desafío de nuestra época para la seguridad y la prosperidad mundiales. Son cada vez más autoritarios en casa y asertivos en el extranjero". Cualquier parecido no es una coincidencia.

Hubo reacciones de parte del gigante asiático. La Cancillería de China rechazó las "graves injerencias" del G7 en los asuntos internos del gigante asiático y expuso su doble rasero en torno a la cuestión de Taiwán.

También en la cumbre del G7, como era de esperar, manifestaron su apoyo a Ucrania hasta las últimas consecuencias, y hasta el último ucraniano, con todo tipo de armamentos, incluso aviones caza, y dinero. Mucho dinero, que, dicho sea de paso, ya se está acabando. Esto provocó la reacción de Moscú.

Al comentar el cónclave del G7, la Cancillería rusa destacó que su resultado principal es una serie de declaraciones llenas de frases "de carácter antirruso y antichino". "Una vez más, el resultado del evento del G7 son decisiones politizadas, destinadas a trazar líneas de división en las relaciones internacionales". Según el Ministerio, el G7 "se degradó irreversiblemente" y "se convirtió en 'una incubadora' donde, bajo el liderazgo de los anglosajones, maduran iniciativas destructivas que socavan la seguridad global".

El analista internacional Enrique Refoyo dice al respecto que "se ha visto en este nuevo G7 la trayectoria que se venía viendo en todo 2022, y es que el G7 al final es el club del Occidente globalista. Y cuando se reúna el G20 se volverá a ver, una vez más, que el G7 seguirá haciendo su 'corro de la patata', sus declaraciones de 'aquí hemos venido a hablar de nuestro libro'. Mientras tanto, el resto de miembros del G20 dirá, 'vale, quedaos ahí en su corro de la patata a un lado, y aquí nosotros vamos a hablar de las cosas serias e importantes que nos afectan a todos, y vamos a llegar a acuerdos entre todos'. Y la mayor muestra de esta diferenciación, son los resultados prácticos de las cumbres internacionales, tanto Rusia, China, Irán o India, realizando cumbres entre ellos, o por ejemplo la de marzo pasado entre países africanos y Rusia celebrada en Moscú".

El efecto de la cumbre del G7 es "casi nulo y sin sensacionalismo"

Durante la cumbre del G7, los líderes aprobaron nuevas sanciones contra Rusia, condenaron a China y decidieron seguir suministrando armas a Ucrania. Sin embargo, los expertos consultados por Sputnik apuntan que el comunicado final de la cumbre no es más que una declaración al aire y no una hoja de ruta para la solución de los problemas globales.

La cumbre de G7 fue celebrada en Hiroshima, Japón, del 19 al 21 de mayo. El grupo está integrado por los que en su momento eran los países más industrializados del mundo: Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido. Además, acudieron como invitados Australia, Brasil, Comores, las Islas Cook, la India, Indonesia, Corea del Sur y Vietnam.

"La presión sobre Rusia aumentará, pero no habrá una prohibición total de las exportaciones"

"Estamos imponiendo más sanciones y medidas para aumentar los costos para Rusia y aquellos que apoyan su esfuerzo bélico", advierten los líderes del G7.

En primer término, las naciones del G7 planean restringir aún más el acceso de Rusia a las máquinas, herramientas, tecnologías e insumos que son clave para la industria militar y enfocarse más en sectores cruciales como fabricación, construcción, transporte y servicios comerciales, protegiendo al mismo tiempo de esas medidas restrictivas los productos agrícolas, médicos y humanitarios y haciendo lo necesario para evitar posibles repercusiones en terceros países.

El G7 procurará prevenir la evasión de las sanciones vigentes contra Rusia y tomará medidas contra actores de terceros países que apoyen materialmente su operación militar en Ucrania.

En lo financiero, el bloque intentará impedir que las sucursales de bancos rusos en terceros países sean utilizados para evadir las sanciones, si bien preservará los canales financieros para transacciones esenciales.

Para minimizar los ingresos de Rusia, el G7 tratará de reducir su propia dependencia de la energía y demás productos básicos que aquella exporta, particularmente los metales, seguirá limitando los precios del crudo y derivados del petróleo de origen ruso y restringirá el comercio de diamantes procedentes de Rusia.

Las decisiones de la cumbre del G7 sobre Rusia muestran que Occidente aumentará la presión sobre Moscú, pero no espere una prohibición total de las exportaciones, aseguró a Sputnik Stanislav Tkachenko, profesor de la Universidad Estatal de San Petersburgo.

"Una situación en la que alguien en particular, Washington, prohíba todo el comercio exterior con Rusia es, en principio, imposible. Pero intentarán presionar, y las últimas sanciones adoptadas no son tan simples, EEUU intenta aumentar la presión sobre Rusia en los ámbitos más sensibles: la tecnología, los beneficios de las exportaciones energéticas", subrayó.

En sus palabras, Moscú está en un estado de guerra económica de facto con Washington y "no hay que relajarse, pero ya hemos pasado el límite".

El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que la política de contención y debilitamiento de Rusia es una estrategia a largo plazo de Occidente y que las restricciones han supuesto un duro golpe para toda la economía mundial. En sus palabras, las sanciones contra Rusia perjudican más a aquellos que las imponen.

China es para el G7 "el principal obstáculo a su dominio absoluto en el mundo"

Los líderes de los países del G7 en su comunicado conjunto expresaron la disposición a construir relaciones estables con China.

"Estamos preparados para construir relaciones constructivas y estables con China, reconociendo la importancia de comprometernos con franqueza y expresar nuestras preocupaciones directamente a China", señala el texto.

Por otro lado, los líderes condenan "las políticas y prácticas ajenas al mercado de China que distorsionan la economía mundial".

"Contrarrestaremos las prácticas maliciosas como la transferencia ilegal de tecnología o la divulgación de datos" subraya la nota.

En cuanto al conflicto ucraniano, instaron a China a apoyar "una paz justa y duradera basada en la integridad territorial y los principios y propósitos de la Carta de la ONU, incluido a través del diálogo directo con Ucrania".

El efecto de la cumbre del G7 es "casi nulo y sin sensacionalismo", y sus declaraciones sobre las relaciones con Pekín son "un juego político", aseguró a Sputnik Dmitri Mosiakov, profesor del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias.

"China es para el G7 el principal obstáculo a su dominio absoluto en el mundo. Precisamente a causa de China, de su crecimiento económico y de su creciente influencia política, ha surgido de forma bastante objetiva la cuestión de desafiar el liderazgo de EEUU", declaró.

Además, subrayó que los países del grupo rechazaron categóricamente el plan de paz de China para resolver la crisis ucraniana. Aunque ellos mismos no podían ofrecer más que un ultimátum a Rusia y sanciones.

"El plan chino no agrada a Estados Unidos y a sus aliados del G7, ya que es totalmente incoherente con sus objetivos. Al fin y al cabo, solo cuentan con derrotar a Rusia en su conflicto con Ucrania para explotar en el futuro los ricos recursos rusos", destacó el experto.

Agregó que por esta razón se están invirtiendo enormes cantidades de dinero en el conflicto ucraniano. En sus palabras, si el plan de los políticos occidentales no sale según lo previsto, todo su dinero se irá a la basura, por eso siguen suministrando armamento a Ucrania.

Asistencia a Ucrania hasta que "sea necesario"

De acuerdo con la nueva declaración de este grupo político, los miembros del G7 seguirán proporcionando asistencia a Ucrania hasta que sea necesario.

"Reafirmamos nuestro compromiso de brindar el apoyo financiero, humanitario, militar y diplomático que Ucrania necesita durante el tiempo que sea necesario", recalca el texto.

Se hizo especial hincapié en que el G7 continuará prestando a Kiev asistencia en materia de seguridad, "adoptando el apoyo a las necesidades de Ucrania". Subraya también la contribución del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania a coordinar la asistencia de los aliados.

Rusia, por su parte, envió notas de protesta a todos los países que suministran armas al país vecino. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió que los países occidentales que apoyan a Ucrania se están convirtiendo en parte del conflicto y cualquier cargamento con armas para Kiev pasara a ser un blanco legítimo para las Fuerzas Armadas rusas.

Análisis: Un G7 sin China es solo un grupo de consulta "con buenas intenciones"

Mariano Yberry

El G7 debe incluir entre sus filas a China por su relevancia en el comercio internacional. De lo contrario, el Grupo de las siete economías más industrializadas del mundo podría convertirse en una entidad de consulta con buenas intenciones, afirmó una experta consultada por Sputnik.

Pekín y Moscú fueron temas centrales de la cumbre realizada entre el 19 y 21 de mayo en Hiroshima. Ambos países fueron criticados por los líderes del G7: Rusia por el conflicto en Ucrania y China por las tensiones en torno a Taiwán y sus supuestas intenciones de militarizar la región del Pacífico.

De este modo, el G7 —conformado por Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Alemania, Japón, Francia, Italia, así como por una representación de la Unión Europea (UE)— expresó una postura abierta contra dos de las naciones que pugnan por un orden multipolar de la geopolítica internacional. Como invitados también estuvieron los líderes de Australia, Brasil, la India, Corea del Sur, Vietnam e Indonesia. Rusia fue expulsada en 2014 por la adhesión democrática de Crimea.

Entre las resoluciones alcanzadas en la cumbre destacan el pronunciamiento del G7 en contra de lo que llamaron un "ascenso inquietante" de la economía china, que tiene participación de casi el 20% en la economía mundial.

Incluso los países occidentales acusaron al país asiático de hacer "militarización de vulnerabilidades económicas" para "socavar las políticas exteriores e internas y posicionamientos de los miembros del G7, así como de sus aliados alrededor del mundo".

Un Grupo que no entiende el presente

La analista internacional de la Universidad Finis Terrae (Chile), Vanessa Cárdenas, declaró en una entrevista para Sputnik que el G7 se mantiene como un grupo de relevancia para la economía mundial, pero advierte que, al ser también "un órgano de liderazgos y seguridad occidentales", deja fuera a otros grandes actores como China por una cuestión enteramente política e ideológica.

El riesgo, sostiene la doctorante en Relaciones Internacionales y Seguridad Nacional, es que la relevancia del grupo quede rezagada ante los cambios que se registran en la actualidad.

"Se va a convertir en un grupo de consulta con buenas intenciones, como muchos foros internacionales que hay, y que difícilmente va a gozar de la confianza y la cercanía de la negociación de estas nuevas potencias emergentes, que lo van a ir aislando cada vez más", advierte Cárdenas Zanatta.

Para la especialista esto es solo uno de los síntomas de que este Grupo formado en 1975. Según ella, el G7 insiste en planteamientos de la Guerra Fría, los cuales les impiden adaptarse a las nuevas realidades económicas de un orden multipolar, donde la región asiática cobra mayor relevancia.

"Creo que en el corto plazo podríamos ya hablar de un orden bipolar con China. Ya está muy cerca de Estados Unidos y, además, ya no es un enemigo como lo fue en el siglo pasado", señala Cárdenas.

"Y eso lo tienen que entender la Unión Europea y el G7. No se han dado cuenta de que hoy no comparten el mismo enemigo, y que, necesariamente para lograr un equilibrio, requieren incluir a China, porque al afectar la economía de este país se afecta la economía internacional. Es un gigante económico y creo que las prácticas de la Guerra Fría, pues, ya están démodé", sostiene la experta.

Medios como The Independent han advertido que el G7 se ha convertido más en "una reliquia de la posguerra" que en un organismo de liderazgo que promueva la estabilidad económica.

Por su parte, el diario The New York Times calificó la reciente cumbre del G7 como la reunión del "club de los corazones solitarios", pues los líderes de los países que integran al Grupo pretenden mostrar una imagen de liderazgo mundial, cuando apenas pueden con sus problemas internos.

El G7 impide avances

Ante los planteamientos hechos en la reunión del G7, China acusó al grupo de obstaculizar la paz internacional, socavar la estabilidad regional y frenar el desarrollo de otros países y, en general, de la economía internacional.

"China nunca aceptará las llamadas reglas impuestas por unos pocos. La comunidad internacional no acepta ni aceptará las reglas occidentales dominadas por el G7 que pretenden dividir el mundo basándose en ideologías y valores, y mucho menos sucumbirá a las reglas de pequeños bloques exclusivos diseñados para servir a 'América primero' y a los intereses creados de unos pocos. El G7 debe reflexionar sobre su comportamiento y cambiar de rumbo", subrayó un portavoz del Ministerio de Exteriores de China, en un posicionamiento difundido el 20 de mayo.

Una muestra de que el G7 prioriza el tema político antes que el económico, para Vanessa Cárdenas, es que, a pesar de ser uno de los temas fundacionales del grupo y de mayor prioridad, el tema energético quedó opacado por los llamados a frenar a Pekín y por las nuevas sanciones económicas contra Rusia por el conflicto ucraniano.

Sobre este punto, la maestra Vanessa Cárdenas señala que la presión por llegar a un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia tiene que ver, precisamente, con el hecho de que las sanciones económicas se revirtieron en contra de Occidente, principalmente en el hecho de que Europa se enfrentó a niveles históricos de inflación y una fuerte crisis energética.

"Si quieren dejar de ser un organismo únicamente político y seguir teniendo el control económico de ciertos mercados, indiscutiblemente, ya sea que se sienten con China o que negocien como bloque con Pekín", asegura Cárdenas.

Durante la reunión del G7, personajes como el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, se pronunciaron en favor de cambiar el sistema económico financiero actual y apostar por un orden multipolar.

Según Vanessa Cárdenas, parte de los cambios manifiestos en el orden político actual tienen que ver con el hecho de que "los conflictos internos se internacionalizan", cuando antes se trataba de conflictos directos entre Estados antagónicamente ideológicos.

"Al poner tanta atención al contexto internacional como fue a finales del siglo pasado, [el G7] descuidó mucho los asuntos de estabilidad interna que se fueron incrementando con las crisis económicas y hoy les está pasando la factura", opina la especialista.

A esto se suma que, pese al evidente ascenso de potencias como China y la India, organismos como el G7 mantienen una visión que privilegia a Occidente, lo que lo deja fuera de la posibilidad de incidir en mercados donde domina Pekín, como el de Asia-Pacífico, y que los mantiene rezagados en otros temas como el avance tecnológico, el control del ciberespacio y hasta la carrera aeroespacial.