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El “mundo libre”: Los 'Archivos de Twitter' revelan cómo los demócratas y la prensa fabricaron el 'Rusiagate'

Elespiadigital | Jueves 05 de enero de 2023

El periodista y escritor Matt Taibbi publicó este martes el undécimo lote de los 'Archivos de Twitter', en el que revela cómo senadores de alto rango del Partido Demócrata e importantes medios de comunicación como Politico y BuzzFeed se confabularon para fabricar la historia de la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2016, al tiempo que pone al descubierto cómo las agencias estadounidenses de inteligencia 'se apoderaron' de Twitter.

Taibbi concluye que en seis semanas, desde agosto a octubre de 2017, la red de microblogueo pasó a formar parte clave del escándalo 'Rusiagate', aceptando órdenes de espías estadounidenses sobre a quién censurar.

"Primero llegaron las amenazas del Congreso, luego una avalancha de malos titulares (inspirados por filtraciones de los comités del Congreso) y, por último, una serie de exigencias de moderación procedentes del exterior", escribió el periodista, quien mostró en un hilo de 30 tuits los correos electrónicos y otros documentos internos de Twitter que obtuvo gracias al nuevo dueño de la red, Elon Musk.

Tras la victoria de Donald Trump en las presidenciales de 2016, los demócratas atacaron a la red social por su "inacción" en las investigaciones sobre la supuesta influencia rusa que —alegaban— perjudicó a Hillary Clinton. Los demócratas insinuaban que la publicación de los documentos internos del Comité Nacional Demócrata y los e-mails de la campaña electoral de Clinton por parte de la organización periodística WikiLeaks tenía algo que ver con Moscú. Mientras, los 'bots' rusos publicaban lo que los demócratas consideraban desinformación en las redes, lo que -según ellos- habría socavado de alguna manera las elecciones.

En agosto de 2017, Facebook* bloqueó cientos de cuentas con "sospecha de origen ruso", pero en Twitter "estaban tan seguros de que no había ningún problema con Rusia", que no prestaban atención a las acusaciones de los políticos.

En septiembre de ese año, los ejecutivos del servicio de microblogueo comunicaron al Senado acerca de la suspensión de 22 "supuestas cuentas rusas y otras 179 con posibles vínculos a esas cuentas". Las 'irrelevantes' cifras "enfurecieron" al senador Mark Warner, demócrata de alto rango en el Comité de Inteligencia del Senado, quien criticó el informe de Twitter, tachándolo de "inadecuado en todos los niveles".

"Incentivo político" demócrata

Posteriormente, la gerencia de la plataforma se reunió con Warner y otros legisladores demócratas, que dieron a conocer la existencia de un "incentivo político" para mantener el tema de la 'injerencia rusa' como una de las noticias principales, así como sus intenciones de continuar con la presión sobre las redes sociales para que sigan "produciendo material". Los congresistas seguían los pasos de Hillary Clinton, quien por entonces había acusado a Twitter de ser "una herramienta para la guerra cibernética" de Moscú contra EE.UU., señala Taibbi.

Ante la creciente presión, la plataforma formó un 'grupo de trabajo sobre Rusia' para "autoinvestigarse de manera proactiva". Sin embargo, "la búsqueda de la trama rusa fue un fracaso", puesto que no se encontraron evidencias de la supuesta injerencia de Rusia. Las exhaustivas investigaciones y miles de revisiones manuales, arrojaron únicamente 32 "cuentas sospechosas", y solo 17 de ellas tenían alguna relación con Moscú, incluyendo dos perfiles de Russia Today (RT).

El "fracaso" del 'grupo de trabajo sobre Rusia' para producir material empeoró la crisis de relaciones públicas de Twitter, lo que desembocó en un torrente de historias que "se vertieron" en la prensa, provenientes del Comité de Inteligencia del Senado, en las que se acusaba a la red social de eliminar "datos potencialmente cruciales para las investigaciones" de la supuesta injerencia rusa en las presidenciales de 2016.

En particular, un correo electrónico fechado el 22 de noviembre acusaba al Comité de Inteligencia del Senado de filtrar el informe interno de Twitter a los medios. Así, un artículo de Politico que culpaba a Twitter de eliminar archivos, fue seguido con un material de BuzzFeed en el que se alegaba la existencia de una red de 'bots' en alemán "con indicios de estar conectada con Rusia".

"Se puede ver cómo la ciberamenaza rusa fue esencialmente conjurada, con la presión política y mediática a modo de motor, inflando algo que Twitter creía insignificante y descoordinado hasta dimensiones masivas...", destaca Taibbi.

Amenazas y presión

Un grupo de congresistas demócratas amenazó después con un proyecto de ley que afectaba a la política de publicidad de los gigantes tecnológicos. Ante esta situación, en medio de la creciente presión de la prensa y de los políticos, Twitter finalmente "se comprometió a trabajar con ellos".

Pero incluso cuando la plataforma se preparaba para realizar algunos cambios en sus reglas y bloquear las cuentas de RT y de la agencia rusa Sputnik en un intento por "aplacar a Washington", los demócratas y su prensa afín no cejaba en su presión.

Finalmente, Twitter decidió "su futura postura" modificando sus políticas. Según muestran los archivos, públicamente asegura que una cuenta será bloqueada o suspendida "a nuestro exclusivo criterio", si bien su guía interna dice que bloqueará a "cualquier usuario identificado por la comunidad de inteligencia de EE.UU. como una entidad patrocinada por el Estado que lleva a cabo operaciones cibernéticas" contra un objetivo estadounidense.

Los documentos y evidencias de cómo la inteligencia estadounidense fabricó la madre de las fake news: El RussiaGate

l'Antidiplomatico

Que el llamado RussiaGate era un enorme castillo de naipes se ha establecido durante años. Solo quedan los medios con los "puntos verdes" para seguir dando a ciencia cierta la noticia según la cual la llamada 'desinformación rusa' llevó a la elección de Donald Trump en 2016 y que juega un papel central en la difusión de noticias falsas en Occidente incluso hoy.

Desde Estados Unidos llegan las evidencias, documentos y correos electrónicos de cómo los servicios de inteligencia estadounidenses y los medios de comunicación conspiradores han fabricado la mayor noticia falsa de los últimos cinco años. Incapaces de administrar su publicación sin deber décadas de disculpas públicas, los principales periódicos de Italia hacen lo que mejor saben hacer: censurar. De lo que sigue, actualmente no hay rastro en ninguno de ellos.

TWITTER FILES: EL PAPEL DE LA INTELIGENCIA ESTADOUNIDENSE

El periodista Matt Taibbi difundió ayer la undécima parte de los llamados "Twitter Files", en los que se desprende cómo las agencias de inteligencia estadounidenses -que han "tomado el control" de la red social según la escritor: senadores, funcionarios de alto rango del Partido Demócrata y los principales medios de comunicación estadounidenses (como Politico y BuzzFeed) intervinieron para fabricar la historia de la intromisión rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y obligar a las redes sociales a censurar miles de cuentas.

De agosto a octubre de 2017, continúa el reportero, la "red de microblogging" se convirtió en una parte clave del escándalo "Russiagate", recibiendo órdenes de "espías estadounidenses" sobre a quién censurar. “Primero vinieron las amenazas del Congreso, luego una avalancha de titulares desagradables (inspirados en filtraciones de comités del Congreso) y finalmente una serie de pedidos de moderación desde el exterior”, escribió el reportero, quien mostró en un hilo de 30 tuits, correos electrónicos y otros documentos internos de Twitter obtenidos gracias al nuevo dueño de la red social, Elon Musk. “¡La agencia del gobierno de EE. UU. ha solicitado la suspensión de 250.000 cuentas, incluidos periodistas y funcionarios canadienses!”, comentó Elon Musk en el hilo de Twitter.

Después de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016, los demócratas criticaron a Twitter por su "inercia", a diferencia de Facebook, al investigar la supuesta injerencia rusa que, según dicen, afectó a Hillary Clinton. Los demócratas argumentaron que la publicación en las redes sociales de los documentos internos del Comité Nacional Demócrata filtrados por WikiLeaks y los correos electrónicos de la campaña de Clinton tenían algo que ver con Moscú. La propaganda decía que los 'bots' rusos habían usado su 'desinformación' para socavar las elecciones.

En agosto de 2017, Facebook bloqueó cientos de cuentas de "ascendencia rusa sospechosa", pero Twitter "estaba tan seguro de que no había problema" que no prestó atención a las acusaciones de los políticos. En septiembre del mismo año, los ejecutivos del "servicio de microblogging" informaron al Senado de la suspensión de 22 "supuestas cuentas rusas y otras 179 con posibles vínculos con dichas cuentas". Los números "irrelevantes" "enfurecieron" al senador Mark Warner, un demócrata de alto rango en el Comité de Inteligencia del Senado, quien criticó el informe de Twitter, calificándolo de "inadecuado en todos los niveles".

 

Posteriormente, la dirección de la plataforma se reunió con Warner y otros legisladores demócratas, quienes revelaron la existencia de un "incentivo político" para mantener el tema de la 'injerencia rusa' como noticia principal, así como sus intenciones de continuar con la presión en las redes sociales para seguir "produciendo material". Los congresistas seguían los pasos de Hillary Clinton, quien en su momento acusó a Twitter de ser “una herramienta para la guerra cibernética de Moscú” contra Estados Unidos, argumenta Taibbi.

Ante la creciente presión, la plataforma formó un "grupo de trabajo antirruso" para "investigarse a sí mismo de manera proactiva". Sin embargo, "la búsqueda del complot ruso ha sido un fracaso", ya que no se han encontrado pruebas de supuesta injerencia rusa. Investigaciones exhaustivas y miles de revisiones manuales descubrieron solo 32 "cuentas sospechosas" y solo 17 de ellas tenían alguna conexión con Moscú, incluidos dos perfiles de Russia Today (RT).

 

El "fracaso" del "grupo de trabajo ruso" para producir material ha exacerbado la crisis de relaciones públicas de Twitter, lo que ha provocado una avalancha de historias "derramadas" en la prensa por parte del Comité de Inteligencia del Senado, acusando a la red social de eliminar "eventos potencialmente cruciales para la investigación de la supuesta intromisión rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Algunos miembros demócratas del Congreso amenazaron más tarde con un proyecto de ley que afectaría las políticas publicitarias de los gigantes tecnológicos. Ante esta situación, en medio de la creciente presión política y de la prensa, Twitter finalmente se ha "comprometido a trabajar con ellos".

Esto hizo que Twitter cambiara de opinión sobre la pequeñez de su problema con Rusia. Y así, el director de políticas de Twitter, Carlos Monje, compartió aspectos destacados de la legislación que estaban presentando los senadores Warner, Klobuchar y McCain.

 

Los archivos de Twitter exponen sin posibilidad de desmentido quién te mintió y quién fabricó la noticia falsa más grande de los últimos cinco años. Además, desde 2018, los ganglios del poder estadounidenses se han organizado para brindar una estructura de censura y han creado una agencia, NewsGuard, con el objetivo de filtrar toda la información en los motores de búsqueda, navegadores y redes sociales de Estados Unidos.  La lógica es clara: impedir que se filtre a los ciudadanos información distinta a la decidida por Washington. Se llama censura y es inconstitucional