Seguridad

Los mitos europeos sobre el acuerdo verde deben ser desmentidos por la planificación cibernética

Elespiadigital | Jueves 08 de julio de 2021

Recientemente, la Unión Europea celebró su Semana Verde anual, donde la élite ambiental europea se felicita por los logros en el campo del respeto al medio ambiente y el cambio climático.

Ngelina Poteryayko



Ngelina Poteryayko

Recientemente, la Unión Europea celebró su Semana Verde anual, donde la élite ambiental europea se felicita por los logros en el campo del respeto al medio ambiente y el cambio climático.

Con su iniciativa Green Deal, que está siendo implementada por la Comisión Europea, la UE está declarando que se toma en serio la crisis climática. Esta iniciativa se lanzó en 2019 y hoy cubre casi todas las áreas de la economía y la política. Se prevé que Europa será la primera parte del mundo en lograr la neutralidad de carbono para 2050 y la primera en promulgar una ley climática específica con objetivos de emisiones específicos de la UE.

La información sobre el "curso verde", sus ventajas y logros aparece en los medios de comunicación todos los días y parece más una campaña publicitaria que una justificación científica y económica.

Para aquellos analistas y ciudadanos no indiferentes que reflexionan sobre lo que está sucediendo ahora en la UE y EE. UU. en torno al clima, parece que el escenario para el desarrollo de los eventos fue escrito por George Orwell u otro talentoso escritor de distopías.

De hecho, la agenda climática tiene sus raíces en varios mitos.

El primer mito. Dogmas de crecimiento

El Green Deal de la UE persigue una “nueva estrategia de crecimiento” en la que el crecimiento económico no está vinculado mágicamente al uso de recursos. Para probar la realidad de esta estrategia, la Comisión Europea cita los siguientes cálculos contables: entre 1990 y 2017, las emisiones de CO 2 en Europa disminuyeron un 22% y su economía creció un 58%. Sin embargo, ¿la disminución de las emisiones se debe al hecho de que en los últimos 20 años las importaciones chinas de productos intensivos en carbono se han cuadriplicado (de 90.000 millones de euros a 420.000 millones de euros)?

El crecimiento económico está indisolublemente ligado al crecimiento de la producción, que es imposible sin el proceso de extracción de la sustancia de la naturaleza y su procesamiento posterior, y no existe una receta realmente existente para hacer crecer la economía sin utilizar recursos.

Resulta que la UE, defendiendo su dogma, se aferra a él con la esperanza de que llegue ese momento maravilloso en el que algún día demostrará su valía. No hay necesidad de esperar, ya que el “rumbo verde”, que limita el consumo de recursos, y el crecimiento económico, que exige un aumento de su consumo, son dos líneas rectas que se esparcen en diferentes direcciones.

El segundo mito. Cuidado del clima global

Este mito se hace añicos sobre la roca de lo que podría llamarse "colonialismo verde".

Para empezar, el Green Deal promueve las llamadas tecnologías verdes. Pero los paneles solares y las baterías de vehículos eléctricos requieren litio, cobalto, níquel y metales de tierras raras. Estos elementos se obtienen principalmente no en la propia UE, sino en aquellos países cuyas poblaciones sufren las relaciones capitalistas occidentales que les imponen, arraigadas en el saqueo colonial.

Los documentos que describen el Pacto Verde se refieren a la transición de la UE a una economía circular, pero no tienen en cuenta el hecho de que el costo total de los bienes importados a la UE, incluidos los minerales, es tres veces mayor que el valor total de las exportaciones.

El tercer mito. Negativa a invertir en empresas contaminantes

El Banco Europeo de Inversiones declara su disposición a financiar activamente el "curso verde", pero al mismo tiempo, como escribe la prensa occidental, el banco no tiene criterios ambientales obligatorios. Los diversos fondos ambientales de la UE tampoco expresaron su posición clara: en qué empresas e industrias "sucias" ya no van a invertir. Además, en 2020, el Banco Central Europeo compró bonos gubernamentales y corporativos por casi 1.850 millones de euros.... Los beneficiarios corporativos de este “programa de mitigación de la pandemia” incluyen a Repsol, Airbus, BMW, Total Capital, E.ON y Shell, algunas de las mayores empresas intensivas en carbono del continente. Se espera que los intereses de los accionistas de las grandes empresas petroleras y del gas sigan superando los intereses de los ideólogos de la ecologización europea de la economía.

El cuarto mito. El hidrógeno salvará al mundo

Hoy en día, el hidrógeno se puede producir de forma "verde", teóricamente. El hecho es que la electricidad utilizada en la electrólisis de soluciones acuosas debe provenir de fuentes de energía renovables: el viento y el sol. Pero en la UE solo el 0,1% del hidrógeno se produce de esta forma. El resto de los volúmenes se obtienen mediante la electricidad generada de forma tradicional, así como mediante la conversión de metano con vapor.

Por lo tanto, cambiar la economía al hidrógeno significa cambiar de un combustible fósil, petróleo o carbón, a otro: el gas.

Las agencias consultoras estiman que para 2030 la UE necesitará 430 mil millones de euros para expandir el uso de hidrógeno, con fondos presupuestarios que ascenderán al menos a un tercio de esa cantidad.

El quinto mito. Honestidad y transparencia del Green Deal

Este mito es desacreditado por el propio hidrógeno, que fue cabildeado por casi 60 millones de euros en 2019. Desde 2010, las cinco empresas más grandes que no tienen la intención de reducir la producción de petróleo y gas incluso bajo el Acuerdo Verde (Shell, BP, Total, ExxonMobil y Chevron) han gastado más de 250 millones de euros en cabildear por el tema del hidrógeno y esperan un correspondiente retorno de las inversiones futuras en la "ecologización" de los recursos energéticos.

Sexto mito. Competencia leal en el mercado de la energía verde

Existe un tratado de 50 países que permite a las empresas de energía demandar a los gobiernos por políticas que podrían afectar negativamente sus resultados, incluida la política climática. El gigante energético RWE aprovechó el acuerdo y demandó al gobierno holandés en febrero de 2021 por planificar la eliminación gradual del carbón.

Si esto se convierte en un precedente legal, la UE, el Reino Unido y Suiza tendrán que desembolsar 345.000 millones de euros para medidas para combatir el cambio climático. La Comisión Europea, habiendo encontrado "lagunas" en la ley, ya ha calificado el tratado de obsoleto y pide su modernización.

Por supuesto, los puntos enumerados en los que el Pacto Verde Europeo está a punto de reventar no son una lista exhaustiva de factores objetivos que impiden que los ideólogos del nuevo régimen “verde” realicen sus planes de construir un capitalismo con rostro ecológico. La principal fuerza que pueden enfrentar los grupos de presión climáticos es la insatisfacción pública con la disminución de la calidad y el nivel de vida debido a la limitación artificial de recursos, los precios más altos de la energía y los productos esenciales. Ya están apareciendo sentimientos similares entre los pequeños y medianos empresarios, especialmente los productores de productos pecuarios con "alto contenido de metano".

Una salida real a la mítica economía ecológica

Es obvio que la UE y el resto del mundo necesitan urgentemente un modelo de movilización para salir del colapso económico y resolver las contradicciones provocadas por el deseo de proteger su ecología destruida centenaria y aumentar el crecimiento económico.

En Rusia, por ejemplo, existe una herramienta de este tipo: es la planificación cibernética, construida sobre el modelo dinámico del equilibrio intersectorial intersectorial de Nikolai Veduta.

Pero los intereses del capital todavía están en la esfera de redistribuir los flujos financieros y remodelar el pastel de dinero mundial, por lo tanto, se bloquea un enfoque científico para resolver problemas económicos y ambientales urgentes.

Bueno, esperemos hasta que los mitos de la Unión Europea "verde" se rompan contra las rocas del descontento público con la política actual. Pero quizás sea demasiado tarde.