Arabia Saudí y el régimen sionista y sus secuaces de monarquías se encuentran en un retroceso sin antecedentes y a punto de morder el polvo en la región.
Aleksander Nagi
Aleksander Nagi
Arabia Saudí y el régimen sionista y sus secuaces de monarquías se encuentran en un retroceso sin antecedentes y a punto de morder el polvo en la región.
Nunca en el Oriente Medio hubo tanto acelere en los sucesos y acontecimientos como sucede en la actualidad. Los movimientos de fichas en el tablero parecen ser frenéticos, en donde, todos los actores, los autores y los observadores bailan y se mueven al borde del abismo. La tensión está llegando a sus máximos “aguantes’’; todos están sentados encima de un polvorín -y son conscientes de ello-, donde los pirómanos tradicionales, entre invasores históricos, monarquías “retrogrado-medievales’’ y el ente invasor sionista no se atreven, por primera vez en su historia, a pensar en prender un fosforo: el tema hoy en día es existencial y el terreno es tan volátil que al estallarse, ni rastro de ellos se quedará en el mapamundi.
Parece mentira lo dicho y una mera fantasía apasionada o un escenario bastante “optimista’’. No niego que es de mucho riesgo adelantar los acontecimientos, como lo es también, hablar de “potencias tradicionales’’ a todos los niveles, desde lo militar hasta lo de inventar todas las mentiras por mas pequeñas que sean, para embaucar, saquear riquezas, someter naciones, extorsionar la humanidad y destrozar todo en su camino. Soy consciente de eso, pero, acepto el riesgo.
Desde 1997, los “pirómanos’’ vienen desarrollando planes macabros; los “atentados’’ en Nueva York fueron la “justificación’’, el ‘’Pearl Harbor’’ para entrar en acción. Trillones de dólares fueron gastados en la muerte y la destrucción, más nunca, en la “libertad y democracia’’ prometidas. Millones de seres humanos resultaron entre muertos, heridos, traumatizados, desplazados, pobres, desaparecidos y torturados, con más violencia y atraso, que prosperidad, educación, proyectos de desarrollo, libertades de expresión, oportunidades y progreso social-económico-político. El dinero invertido en la muerte y la destrucción fue tan gigante, que hubiera sido suficiente para cambiar la vida de las poblaciones de toda la zona y convertirlos en países casi desarrollados.
En el 2010 empieza la supuesta “Primavera Árabe’’ como etapa penúltima del plan llamado “Nuevo Oriente Medio’’, el cual de “primavera’’ no trajo nada, y solo fue un “infierno andante’’ desde Libia hasta Irak, y desde Siria hasta el Yemen -donde fue sepultado hasta el momento- gracias a la “Divina Providencia’’.
Gústele o no a muchísima gente con lo que voy a decir, duélale a quien le duela: La República Islámica de Irán es el principal y el fundamental actor en cambiar la historia en la zona. Si no fuera por el valor humano que “reprodujo’’ la Revolución Iraní en la fe colectiva en su causa y su filosofía, el mundo árabe conocido actualmente, estaría repartido entre la entidad sionista, Arabia Saudita y Turquía, con leyes sionistas, wahabitas y de la hermandad musulmana, entre los cuales, ninguno tiene relación alguna con lo “humanístico’’ o “democrático’’ o “progresista’’.
Afortunadamente para toda la humanidad, gracias a la perspicacia en la visión, gracias a la sabiduría y la capacidad histórica filosófica teológica heredada, vemos que las dos principales piedras angulares que fueron la plataforma principal para la agresión histórica y la destrucción de la zona, que son: Arabia Saudita y el régimen sionista -y sus secuaces de monarquías- se encuentran en un retroceso sin antecedentes y a punto de morder el polvo en la región.
Arabia Saudita en su forma actual fue creada por los británicos usando a vándalos wahabitas que merodeaban en los desiertos de la zona. Más adelante entregaron a Palestina al sionismo con la Promesa de Balfour, y dividieron con Francia la zona, a base del Acuerdo de Sykes-Picot. Estos dos engendros artificiales los une el fanatismo, el extremismo religioso, el sectarismo, el racismo, la crueldad y la avaricia. Los primeros manejan el concepto medieval en su brutalidad y visión retrograda en sus leyes internos, y los segundos camuflan sus atrocidades con “la ciencia y la democracia’’.
Actualmente estamos en la etapa más difícil y la más peligrosa en la región. Todo indica que la “bárbara coalición’’ se encuentra en muchos problemas:
Además, estos dos hijos de pirómanos, con todos los problemas que tienen, iban a cometer un garrafal error que hubiera podido costarles mucho: iban a realizar un atentado contra el famoso y venerado general Qasem Suleimani, comandante de las Fuerzas de Quds, ni más ni menos. Las inteligencias iraníes descubrieron el plan, capturaron a los terroristas y salvaron la vida no solo del General, sino también, de centenares de personas que iban a asistir a una mezquita el día de la conmemoración de los cuarenta días del martirio del Imam Al-Husein conocido como “Al-Arbain’’ en árabe. A raíz de este caso y a raíz de las manifestaciones en Irak, como también, el intento de hacer lo mismo en el Líbano en sacar manifestaciones populares a la calle para exigir “derechos y acabar con la corrupción’’ -al estilo de las manifestaciones de marzo de 2011 en Siria-, el Eje de la resistencia, según el profesor Naser Kandil, analista estratégico cercano a la dirigencia donde se toman decisiones, envió un mensaje claro y conciso a los “auspiciadores’’ de estas sospechosas movilizaciones, advirtiéndoles que no alteren el orden interno, algo, que puede repercutir en guerras civiles, invitándolos a frenan este “escalamiento’’, o, la respuesta será contra la presencia de las tropas extranjeras de la Coalición en Irak, Siria o en cualquier parte de la región.
Las convulsiones delicadas que vemos hoy en la región son un reflejo de los resultados del fracaso de los planes principales y grandes. EE.UU., Gran Bretaña, Francia con algunos países europeos enfrentan desafíos serios: sus dos principales aliados se encuentran en una situación que no cumple con la tarea y la misión para las cuales fueron creados. Ninguno de los países mencionados arriba esta dispuesto a entrar en una guerra y hacer morir sus soldados para seguir protegiendo a un príncipe que descuartiza periodistas y a un estado artificial -creado por ellos con mitos y mentiras- que se dedica a causarles problemas y desprestigio, violando todas las normas, las leyes y los acuerdos internacionales que maneja las “Naciones Unidas’’ y viola también todo lo relacionado con Derechos Humanos y desafiando Cortes Penales y sus leyes.
Los hijos de las potencias se envejecieron, se corrompieron; sus “bisagras’’ que antes permitían abrirles las puertas para que llegaran triunfantes a la zona con tapetes rojos llenos de sangre de inocentes, se oxidaron. Es más, ellos los que fueron los artífices del Balfour y de Sykes-Picot, están viendo la muerte de este “trio de promesas y acuerdos’’. Si señores como lo oyeron: es el fin de más de cien años de este macabro invento y el nacimiento de un “Nuevo Orden’’ en la región.
No va a ser tan fácil ni menos violento el camino. Todos están en el baile del Vals mortífero. Todos saben que es el último y al borde del abismo. Es algo parecido al manejo de los explosivos: “un solo error y será el último’’. Unos saben que triunfaran al final, con golpes, moretones y heridas, mientras que a otros, les toca escoger entre dos opciones: “o cambian, o cambian’’, no hay una tercera, la cual significaría una Tercera Guerra Mundial inevitable.
Amanecerá y veremos