Geoestrategia

¿La "inteligencia artificial" liquidará al capitalismo o a algo más?

Victoria | Viernes 26 de abril de 2019

Se llama numérica la información que se presenta bajo la forma de números conectados a la magnitud a la que se aplican, permitiendo los cálculos, las estadísticas, la verificación de los modelos matemáticos. El cálculo numérico se efectúa con números, por oposición al cálculo algebraico, que se hace con variables representadas con un símbolo.

Gastón Pardo



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Gastón Pardo

Se llama numérica la información que se presenta bajo la forma de números conectados a la magnitud a la que se aplican, permitiendo los cálculos, las estadísticas, la verificación de los modelos matemáticos. El cálculo numérico se efectúa con números, por oposición al cálculo algebraico, que se hace con variables representadas con un símbolo.

Dice el geopolítico doctor y criminólogo Xavier Raufer, que su disciplina la criminología es capaz de recorrer dos universos distintos que se observan mutuamente, se copian y con frecuencia se entre mezclan: el universo físico y el numérico. Y si la criminalidad que satura el mundo físico, el terrorismo incluido, está vagamente bajo control siguiendo el optimismo insensato de la alta burocracia, el caos numérico se ha desencadenado ya. Y no sólo los ciberataques empiezan a menudear: al no recibir respuesta se amplifican. Lo que ocurre es que no se ha activado un medio de defensa electrónica para afrontar con él las amenazas.

En sus relaciones en el exterior, el aparato oficial encargado de la lucha contra las ciberamenazas parece contento de sí mismo si bien se limita a sobrevolar el problema del eventual desencadenamiento de las amenazas cibernéticas en su texto el centro del problema,, como ocurre con la edición reciente de la revista francesa citada por Raufer “Revue Stratégique de cyber-défense” (168 páginas, febrero de 2018), que no se ocupa para nada del enemigo causante de la amenaza o del ataque (pirata, Estado hostil, mafioso). Por un sentido falso de la prudencia ignora al enemigo, a los medios de construcción de la paz “ y establecer la seguridad del ciberespacio internacional” ¿Cómo “anticipar”, “prevenir”, “detectar” los ataques, si se ignora quien observa y vigila, y si por ignorancia se encubre la naturaleza de la ciberamenaza?

Los demonios de Silicon Valley

La burocracia policial o la encargada de la seguridad interior han aprendido a sustraerse del dominio de las responsabilidades, de lo que la fenomenología designa “esfera de las evidencias circulantes”. Todo se detiene con un boletín de prensa en el que se promete al público que en adelante la autoridad procederá hasta sus ultimas consecuencias. El crimen organizado lanza una carcajada. Lo aconsejable es que meditemos en el el intruso criminal que se ha sumado a la esfera del poder y el gobierno. El fenómeno criminal es hoy, en la era de la cibernética, un acontecimiento fundamental que desafía y a la vez calcula el alcance de las ciencias de la naturaleza y el comportamiento humano. Que las ciencias de la naturaleza y las que explican nuestra vida estén ahora dominadas de manera creciente por la cibernética no es fortuito. Está predeterminado en la historia a partir del nacimiento de la ciencia y la técnica modernas. Así surgió la ingeniería social de Amitai Enzioni.

Lo anterior explica que Facebook sea el verdadero “redactor en jefe del planeta”: 45% de los estadounidenses se informan con frecuencia cotidiana en esta plataforma; un total de 70%, sumando a Facebook y Google, dos empresas privadas que controlan el panorama informativo de miles de millones de seres humanos. Una prueba de más de la razón que asiste y Karl Marx y Friedrich Engels (La ideología alemana, Ed. sociales, México, 1942): “Los pensamientos de la clase dominante son asimismo los pensamientos dominantes de cada época. dicho de otra manera, la clase que sea el poder material dominante de la sociedad, es asimismo el poder dominante espiritual. Las novedades salen y salen de los laboratorios de la conducta de Silicon Valley.

Dice Alfredo Jalife:

Si la inteligencia artificial (IA) definiera el dominio geoestratégico en la próxima generación, su ideología emergente marcaría el destino de la humanidad. Ya Vladimir Putin había alertado de que quien domine la IA controlará al mundo. Detrás de las amenazas de "guerra comercial" de Estados Unidos y China se encuentra el “posicionamiento tecnológico que marcará el siglo XXI sobre la primacía de la IA cuando Beijín ha proclamado que será el líder indiscutible en 2030”.

Feng Xiang (FX) –profesor de leyes en la Universidad Tsinghua– argumenta que la “IA marcará el fin del capitalismo”. Considera que "si la IA permanece bajo control de las fuerzas del mercado desembocará en forma inexorable en un mega-rico oligopolio de datos de multimillonarios que cosecharán la riqueza creada por los robots que desplazan la mano de obra, dejando un masivo desempleo a su alrededor". Juzga que la "economía de mercado socialista" de China "puede proveer una solución", si la IA “asigna en forma racional recursos mediante los análisis de macrodatos ( big data) y si las robustas áreas de retroalimentación ( feedback loops) pueden suplir las imperfecciones de la "mano invisible", mientras se "comparte en forma equitativa la inmensa riqueza que crea" en medio de una "funcional economía planificada".

El peligro de la IA, que "avanza en una tecnología de propósito general", es que permanezca en "manos privadas que sirven los intereses de unos cuantos". Argumenta que la "inevitabilidad del desempleo masivo y la demanda por el bienestar universal conducirán la idea de socializar o nacionalizar la IA". El "capitalismo digital" fantaseó el bienestar social, como sucede con los multimillonarios de Google y Apple que esconden sus inmensas ganancias en los paraísos fiscales para evadir impuestos, lo cual choca con su lema hipócrita de "responsabilidad social". El escándalo de la empresa británica Cambridge Analytica, obligada a cerrar, con Facebook y su "modelo de negocios" –que coloca a las ganancias por encima de una "ciudadanía responsable"– es la forma en que funciona el "capitalismo digital" en perjuicio de la sociedad.Alega que en China las empresas privadas de Internet como Alibaba y Tencent son "monitoreadas por el Estado".

Así pues, Jalife es concluyente cuando dice que el capitalismo laissez faire desembocará en la "dictadura de los oligarcas de la IA que colectan rentas debido a que tienen reglas de propiedad intelectual sobre los medios de producción". Así como las armas nucleares y bioquímicas, "la exclusiva tecnología de punta o el núcleo de las plataformas de IA deben pertenecer a un Estado fuerte y estable que garantice sin vacilación la seguridad de la sociedad".

FX concluye con la frase: "!Robots del mundo uníos!"

El sociólogo Anthony Giddens (AG) –antiguo director de la London School of Economics y exponente de la fracasada "Tercera Vía" que fue un engaño del "ofertismo fiscal" dentro de la depredación neoliberal– propone en forma antigravitatoria y desfasada una carta magna para la "era digital", en similitud a la que adoptó Inglaterra en 1215 para "frenar a los reyes de abusar de su poder". AG considera que la "revolución digital es la mayor fuerza dinámica en el mundo" y "afecta todo desde la intimidad de la vida cotidiana hasta las luchas geopolíticas" cuando "al mismo tiempo fractura y divide".

La "evolución de la IA" comporta tres fases distintas, nos dice Alfredo Jalife:

  • Los trabajos pioneros de Alan Turing durante la Segunda Guerra Mundial hasta finales de los 80, dominados por los "gobiernos y la Academia".
  • La emergencia de Silicon Valley.
  • "Retorno del Estado y un dominio público mayor".
  • AG participó en un grupo de trabajo del "Comité Selecto de la Cámara de los Lores sobre IA" que publicó un informe en el que propone "reformas para encontrar un nuevo equilibrio entre la innovación y la responsabilidad de las trasnacionales. "Quien controle la IA impondrá su modelo". Pero Alfredo Jalife no propone el indispensable desenlace ético, que es fundamental cuando se trata de la sobrevivencia y la dignidad humanas.

    Petróleo, terrorismo y el numérico que desintegra todos los secretos y todo lo falsifica

    El mercado de los hidrocarburos es el más importante del mundo, mucho más que los mercados de la alimentación, las armas, los medicamentos y las drogas. La pugna por ese mercado ha llevado al desencadenamiento a la concurrencia por la inteligencia artificial, culminación del numérico.

    El mercado energético abre la puerta al numérico y la inteligencia artificial, que eran mecanismos de control cuando las fuentes de energía estaban en manos de las empresas privadas, pero en los años sesentas se convirtió en terreno exclusivo de ciertos Estados. Con el desarrollo económico fueron apareciendo nuevos actores y ese mercado se hizo imprevisible. Además, durante el periodo transcurrido entre el fin de la URSS y el regreso de Rusia, se convirtió en un mercado altamente especulativo, con fluctuaciones de los precios de venta que iban de 1 a 4.

    Por otra parte, es sabido que numerosos yacimientos se agotan al cabo de mucho tiempo de explotación. A finales de los años 1960, el clan Rockefeller y el Club de Roma popularizaron la idea de que los hidrocarburos, por ser energías fósiles, eran fuentes limitadas. Pero aún se desconoce el origen de los hidrocarburos. Su origen fósil es sólo una hipótesis no demostrada. En todo caso, aunque los hidrocarburos fuesen renovables, la sobrexplotación de los yacimientos podría agotarlos.

    Los costos muy variables de la explotación de los yacimientos (van de 1 en Arabia Saudí a 15 en Estados Unidos), los progresos técnicos, las constantes fluctuaciones de los precios y el debate ideológico han puesto en peligro varias veces la recuperación de las sumas invertidas. Y, teniendo en cuenta los plazos operacionales, toda interrupción de la inversión en la investigación, la explotación y el transporte, provoca una escasez de los productos disponibles durante los 5 años siguientes. El mercado del petróleo es, por consiguiente, caótico.

    La política mundial en materia de energía

    La fundación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por el venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo, en 1960, provocó un desplazamiento progresivo del poder de fijar los precios. Ese poder pasó de las compañías petroleras a los Estados exportadores. El cambio se manifestó claramente en el momento de la guerra egipto-siria contra Israel, en octubre de 1973, y la crisis petrolera mundial provocada por aquel conflicto, conocido en Occidente como la «guerra de Yom Kipur».

    Como primera potencia mundial, Estados Unidos ha aplicado diferentes políticas en materia de hidrocarburos:

    • El presidente James Carter consideró que, dado el hecho que Estados Unidos necesitaba esa fuente de energía, el acceso estadounidense al petróleo del Medio Oriente era una cuestión de «seguridad nacional». Los árabes y los persas no tenían derecho a negarse a venderle petróleo ni a elevar sus precios.
    • El presidente Barack Obama por su parte aprovechó la oportunidad que le ofrecían el gas y petróleo de esquistos en suelo estadounidense y decidió favorecer su extracción, esperando sacar así su país de la maldición maltusiana.
    • El presidente Donald Trump llega al poder en momentos en que Estados Unidos se ha convertido en primer productor mundial de hidrocarburos y decide modificar la estrategia estadounidense.