Defensa

Cómo preparaba EEUU bombas atómicas portátiles

Victoria | Viernes 01 de febrero de 2019

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Los militares estadounidenses disponían de decenas de estas armas nucleares 'portátiles' durante la Guerra Fría. Un grupo de soldados de élite fue entrenado para infiltrarse en las líneas enemigas y usarlas contra objetivos enemigos importantes, probablemente haciéndolas explotar en el proceso, escribe Popular Mechanics.

Redacción



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Los militares estadounidenses disponían de decenas de estas armas nucleares 'portátiles' durante la Guerra Fría. Un grupo de soldados de élite fue entrenado para infiltrarse en las líneas enemigas y usarlas contra objetivos enemigos importantes, probablemente haciéndolas explotar en el proceso, escribe Popular Mechanics.

A este tipo de armas se las denominaba 'municiones especiales de demolición atómica' (SADM, por sus siglas en inglés) y eran armas nucleares que cabían en una mochila.

Green Bay Press-Gazette acaba de entrevistar a un veterano de las tropas que se ocupaban de estas municiones para averiguar cómo era vivir con la ojiva nuclear táctica W54 al lado.

"Todos sabíamos que era una misión sin retorno, una misión suicida", afirmó Mark Bentley, de la ciudad de De Pere, en el estado de Wisconsin (EEUU).

"Puede que no te hayas dado cuenta de que alguna vez hicieron bombas de la clase A lo suficientemente pequeñas para que un hombre las llevara, pero las hicieron. Tenían una, llamada W54, que cabía en una bolsa de lona. Tenía una décima parte de la capacidad destructiva de la bomba que lanzaron sobre Hiroshima un cuarto de siglo antes, pero sin el beneficio de que pudieras marcharte en un avión antes de que estallara. También había una más grande que cabía en un tambor de unos 200 litros, dos o tres veces más potente que la que se podía llevar en la espalda", recuerda Bentley.

La estrategia aparente con las armas nucleares portátiles, de acuerdo con Bentley, consistía en no bombardear directamente la URSS, sino hacer grandes agujeros en los Alpes, de modo que toda la ceniza resultante llenara los valles e impidiera que los tanques y camiones soviéticos pudieran pasar.

"El problema era que el alcance de la explosión era mayor que su trayectoria", comenta el exmilitar. En otras palabras, era imposible salir fuera de su alcance antes de la explosión.

En teoría, se podría programar el temporizador del explosivo para que te diera tiempo suficiente para huir de una manera segura, pero en ese caso alguien tendría que quedarse atrás, explica Bentley.

"El Ejército no va a poner una bomba como esa y huir dejándola, porque no saben quién más se apoderaría de ella", dice. "Tienen que dejar tropas allí para asegurarse de que no sea robada o comprometida, y eso solo sería un daño colateral".

Aun así, el explosivo nunca fue usado en combate real. Todo se limitó a prácticas, tanto en EEUU como en Europa. Tal vez el Ejército podría decidir que sería mejor que las armas nucleares fueran lanzadas desde los aviones, o tal vez la amenaza de ataque disminuyera a medida que la Guerra Fría comenzaba a apagarse, ahora no queda claro. En cualquier caso, Bentley no se sorprendió.

"Apostaba a que ellos nunca lo harían", concluye.