Los datos tras el cierre de las urnas en el estado federado de Hesse (Alemania), donde este 28 de octubre se celebraron elecciones al Parlamento regional ('Landtag', en alemán), demostraron que la Unión Demócrata Cristiana (CDU), formación de Angela Merkel que lidera la coalición a nivel federal, ha sufrido una pérdida significativa de votos. Al mismo tiempo, según la ZDF, el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) por primera vez obtendrá representación en los parlamentos regionales de todos 16 estados federados del país.
Tom Luongo
Los datos tras el cierre de las urnas en el estado federado de Hesse (Alemania), donde este 28 de octubre se celebraron elecciones al Parlamento regional ('Landtag', en alemán), demostraron que la Unión Demócrata Cristiana (CDU), formación de Angela Merkel que lidera la coalición a nivel federal, ha sufrido una pérdida significativa de votos. Al mismo tiempo, según la ZDF, el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) por primera vez obtendrá representación en los parlamentos regionales de todos 16 estados federados del país.
De acuerdo con los datos, la CDU recibió el 27% de todos los votos, lo que equivale a una pérdida del 11,3%, en comparación con las elecciones del año 2013. A pesar de mostrar un resultado obviamente menor, el partido de la canciller logró la mayoría de los votos.
Mientras tanto, AfD, que obtuvo el 13,1%, ha recibido en estas elecciones un 9,1% más de votos que en el 2013. Con ese resultado el partido euroescéptico supera la barrera del 5% de votos, necesarios para entrar en el Parlamento regional, y por primera vez obtendrá representación en todos los 'Landtage' del país. "Somos el partido del pueblo", comentó los resultados la líder del partido, Alice Weidel, en su cuenta de Twitter.
El Partido Social Demócrata (SPD) ocupa el segundo puesto con el 19,8%, seguido por la coalición electoral de Los Verdes con la Alianza 90 (el 19,8%). Por su parte, el Partido Democrático Libre ha obtenido el 7,5% y La Izquierda el 6,3%.
Merkel dejará el liderazgo del partido Unión Demócrata Cristiana
La canciller alemanaAngela Merkel no se presentará a la reelección como líder del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán), reporta la agencia Bloomberg citando gentes familiarizadas con el caso.
Hasta que trascendiera la noticia, se esperaba que la veterana política –que ha estado al frente de la formación durante 18 años- presentara su candidatura en una conferencia del partido que se celebrará en Hamburgo el próximo diciembre.
Al mismo tiempo que se hacía pública la posible renuncia de Merkel como líder del partido, los medios alemanes informan de que desea seguir siendo canciller alemana.
Según sugiere el medio alemán Der Spiegel, las posibles candidaturas para reemplazar a Merkel como líder de la CDU podrían ser la secretaria general del partido, AnnegretKramp-Karrenbauer, el ministro de Salud, JensSpahn, o el ministro presidente del estado de Renania del Norte-Westfalia, ArminLaschet.
La noticia de la posible renuncia de Merkel ha tenido un efecto negativo sobre euro, al causar una caída de un 0,3 % frente al dólar, informa TheFinancial Times.
Una izquierda por las fronteras
El voto del descontento en Alemania ha adquirido en los últimos años un inequívoco aroma antiinmigración, que el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha sabido captar. Ese aroma se percibe, aunque atenuado, en el nuevo movimiento de izquierdas Aufstehen (traducible por En Pie o por Levantarse), que presentó ayer en Berlín la colíder parlamentaria del partido izquierdista Die Linke (La Izquierda), SahraWagenknecht.
“Asistimos a una crisis tangible de la democracia en Alemania”, afirmó Wagenknecht, aludiendo a que hay mucha gente que “ya no se siente representada” por los partidos establecidos. Un ejemplo claro, según la líder izquierdista, son las marchas xenófobas de la semana pasada en la ciudad de Chemnitz, en las que además de ultraderechistas y neonazis, participaron “ciudadanos indignados que se sienten dejados de lado” por la política oficial.
“Estoy cansada de dejar la calle en manos de Pegida y de la extrema derecha”, dijo esta economista de 49 años en referencia al movimiento islamófoboPegida y a la AfD. Aufstehen pretende incidir en la justicia social, y entrar en el debate migratorio en términos que pueden acabar resultando espinosos. Con todo, Wagenknecht trató de atajar la polémica asegurando que la migración no será un asunto central.
El rostro más visible del partido Die Linke, SahraWagenknecht, impulsa la iniciativa
Aufstehen aspira a atraer a ciudadanos decepcionados con los partidos del espectro izquierdista (Die Linke, los Verdes y el socialdemócrata SPD), y recuperar a aquellos que, angustiados por la cuestión migratoria, se han pasado a la AfD. Lo secundan unos 80 políticos, intelectuales y artistas, y según Wagenknecht, desde que a primeros de agosto se creó la página web del movimiento, se han inscrito más de cien mil simpatizantes. Pero por lo pronto no ha logrado el apoyo ni de la mayoría de dirigentes de su partido ni de nombres prominentes de las otras dos formaciones. Aufstehen “no me quita el sueño”, dijo la presidenta del SPD, Andrea Nahles.
Wagenknecht es también persona de opiniones heterodoxas en el seno de su propio partido. En febrero del 2017 criticó la “apertura incontrolada de fronteras” a migrantes decretada por la canciller Angela Merkel –casualmente, ayer se cumplían tres años exactos de su decisión de abrir las fronteras–, y la austeridad presupuestaria, que habría mermado los recursos de la policía. También ha reivindicado la memoria de la antigua RDA comunista, y en ocasiones ha defendido la Rusia de Vladímir Putin. Ella nació en Jena (land de Turingia), y se crió y estudió en el este.
Die Linke se fundó en el 2007, pero parte de sus orígenes se hallan en el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED, por sus siglas en alemán), el partido único comunista de la Alemania germanooriental. Tras la reunificación de 1990, los herederos del viejo SED fundaron el Partido del Socialismo Democrático (PDS), que en el 2007 se fusionó con un grupo de disidentes socialdemócratas encabezados por OskarLafontaine, y así nació Die Linke.
Si bien los impulsores de Aufstehen insisten en que no hay planes de convertirlo en un partido político, la iniciativa parece apuntar sobre todo a los länder del este del país, donde Die Linke ha obtenido históricamente sus mejores resultados, pero donde en las elecciones del 2017 perdió fuelle. En el 2019 están previstos comicios en tres de esos länder: Sajonia, Turingia y Brandemburgo, y es probable un nuevo impulso para la ultraderecha.
Parte del escepticismo de Die Linke hacia Aufstehen radica en que la iniciativa es percibida como una operación de ampliación de poder de Wagenknecht y Lafontaine, con quien la líder se casó en el 2014. Lafontaine cumplirá este mes 75 años. También hay temor a que el nuevo movimiento contribuya a fragmentar más a la izquierda. “En una época en la que una multitud parda puede volver a practicar una cacería del hombre, la izquierda social debe evitar cualquier cosa que se parezca a una división o una retirada”, alertó BerndRiexinger, rival de Wagenknecht en Die Linke.
En la rueda de prensa de ayer participaron, en busca de transmitir transversalidad: LudgerVolmer, de Alianza 90/Los Verdes (ese es el nombre completo del partido ecologista) que años atrás presidió el partido; la socialdemócrata Simone Lange, alcaldesa de Flensburg, ciudad de 85.000 habitantes del land de Schleswig-Holstein; y el dramaturgo BerndStegemann. “Queremos poner en marcha un gran debate social con miles de participantes; la izquierda ha fracasado como interlocutora, mucha gente no se siente escuchada”, afirmó Volmer.
En las elecciones generales del 2017, los tres partidos de izquierda y socialdemocracia sumaron el 38,6% de los votos (Die Linke tuvo el 9,2%), mientras que la familia conservadora (la CDU de Merkel y la CSU bávara) resistió con un ajustado 33%, y la AfD logró entrar en el Bundestag con el 12,6%.
Fuente: La Vanguardia
Análisis: Alemania admite que necesita más que Rusia el gasoducto Nord Stream 2
Tom Luongo
A medida que sus plantas de carbón y de energía nuclear se vayan eliminando, la demanda alemana de gas seguirá aumentando y la producción europea siga cayendo. Pronto, Alemania puede necesitar más gas del que puede entregar Nordstream 1 y 2. La nueva terminal de GNL anunciada se considera una concesión a Washington, pero los proveedores rusos de GNL pueden utilizarla fácilmente.
Durante los años en que los EE. UU. y sus sátrapas en Polonia y los Países Bálticos lucharon contra el gasoducto Nordstream 2, siempre fue evidente que Alemania estaba en el asiento del conductor. También fue evidente que este sería el problema que finalmente obligaría a Alemania a seguir una política independiente de los EE. UU.
Nordstream 2 es y siempre fue una reacción a la intromisión de los Estados Unidos en la política energética de Europa, que este ciclo comenzó con el hundimiento del oleoducto South Stream en 2013.
Desde la perspectiva de la UE, cambiar las reglas según las cuales South Stream operaría después de que se firmaran los contratos era una forma de ganar influencia sobre Rusia y Gazprom. Lo mismo ocurrió con la ayuda que recibieron los manifestantes en Kiev para derrocar al gobierno de Yanukovich por los EE. UU. y la UE.
Esa operación estaba destinada a poner los ductos ucranianos bajo el control de la UE, donde podrían dictar los términos a Gazprom y ahogar las ganancias de sus entregas de gas. También haría avanzar a la OTAN y a la UE hacia la frontera occidental de Rusia y no habría nada que Putin pudiera hacer para evitar que Estados Unidos pusiera armas nucleares allí.
Lástima para ellos que no funcionó de esa manera.
Esta es una de las razones por las que los Estados Unidos están tan indignados con Rusia y Putin con Ucrania. Es por eso que las gallinas en su gabinete y John McCain presionaron tanto por las sanciones y el apoyo armado a Ucrania antes de que un tumor cerebral lo matara.
Obviamente, todo estaba siendo obstaculizado al tomar Crimea y perder para siempre la oportunidad ocupar el puerto en Sebastopol.
Entonces, ¿qué nos enseña esta historia?
La canciller alemana, Angela Merkel, acaba de anunciar que Alemania construirá una terminal de GNL con asistencia estatal. El GNL o el gas natural licuado no es realmente rentable para los clientes europeos, de lo contrario, este terminal de importación habría encontrado suficientes patrocinadores en el sector privado. Pero no es así.
Con esto, Merkel anunció una pequeña concesión a Trump arrojando algo de dinero en algunos terminales de importación de GNL que cualquier proveedor podrá usar.
Este anuncio se convirtió inmediatamente en una victoria para el presidente Trump por estas razones:
Ahora, parece que la reciente diatriba de Trump contra los aliados europeos de Estados Unidos por su dependencia geopolítica preocupante del suministro de gas ruso también puede estar dando frutos. El martes, The Wall Street Journal informó que a principios de este mes, la canciller alemana, Angela Merkel, ofreció apoyo gubernamental a los esfuerzos para abrir Alemania al gas de EE. UU., en lo que el informe calificó como «una concesión clave para el presidente Trump, mientras trata de aflojar el control de Rusia sobre Europa».
El resto del artículo es una majadería contra Rusia y mala economía, pero eso es de esperar de los escritores estadounidenses. Es similar a los escritores rusos que exageran las ventajas de Rusia.
Dicho esto, siempre hay pepitas de verdad enterradas en el estiércol.
A pesar del sesgo de WSJ, lo que no menciona en su entusiasmo es que Alemania hace con este anuncio algo mucho más importante que lo que Washington percibe de Merkel.
Políticamente, esto no le costó nada a Merkel.
Lo que esto confirma es lo que el vicepresidente de Gazprom, Alexander Medvedev, dijo en mayo. Todos deberían olvidarse de luchar contra Nordstream 2 porque Alemania necesitará Nordstream 3:
La producción también está cayendo en Noruega y Escocia. Según un informe reciente del Instituto de Estudios de Energía de Oxford, sin el descubrimiento de nuevos campos, la producción de gas de Europa disminuirá de 256 mil millones de metros cúbicos por año hoy a 212 mil millones de metros cúbicos por año para 2020, y 146 mil millones de metros cúbicos por año hasta el 2030.
En medio de la caída de la producción, la demanda de gas aumentará, ya que los países europeos cerrarán las antiguas centrales térmicas de carbón, y Alemania se preparará para cerrar sus centrales nucleares para 2022. Las centrales nucleares alemanas, vale la pena señalar, una vez representaron casi una cuarta parte del consumo de energía del gigante económico.
«Y no, ningún suministro de LNG estadounidense, qatarí o incluso ruso podrá reemplazar estos volúmenes», subrayó Lekuh. “Dichos suministros son simplemente una trivialidad en comparación con el precio del gasoducto, y actualmente no hay soluciones técnicas para esta disparidad. Y aunque puede ser posible aumentar los precios del gas para el público, para la industria de Europa, el predominio del gas natural licuado simplemente significa la muerte. «El aumento en el precio de la producción de alto consumo de energía resultaría en una falta de competitividad en los mercados globales», señaló el observador.
Sí, la construcción de terminales de importación de GNL en Alemania es una oportunidad para que las empresas estadounidenses vendan gas a los alemanes. Pero, también significa que Novatek puede vender GNL a Alemania a partir de su proyecto masivo de Yamal en el Mar Báltico y aún reducir las entregas de EE. UU.
Al mismo tiempo, los saudíes están listos para comprar una participación de $ 5 mil millones en el próximo proyecto de Novatek llamado Arctic 2 en Siberia.
¿Por qué?
Bueno, podría ser un soborno para mantener a los rusos tranquilos en l’affair Khashoggi pero es más probable que se trate de una política de diversificación.
Los costos de transporte son importantes en el mercado de GNL. El costo de mover el gas de un lugar a otro es un gran impulsor del precio final y la rentabilidad.
Lo mismo ocurre con la moneda de pago. Y la propia beligerancia de Trump hacia Rusia para debilitar el rublo mientras aumenta los precios del petróleo y el gas solo está empeorando la discrepancia de precios entre el gas ruso y el estadounidense.
Además, si EE. UU. va ganado esta guerra de sanciones y aranceles y obligar a los alemanes a detenerse, ¿por qué Trump quiere sacar a Irán del sistema SWIFT de transferencias electrónicas internacionales de dinero?
¿Podría ser que la amenaza de SWIFT como el arma nuclear financiera que una vez fue ahora derrotada fácilmente como Tomahawks acercándose a una batería de misiles Pantsir-S2?
El anuncio de la versión propia de SWIFT de Moscú, son elementos disuasorios creíbles del tipo de acoso financiero que la Casa Blanca ha estado acostumbrado a utilizar durante décadas.
Estados Unidos convirtió en nuclear en Irán en 2012 con las sanciones de Obama, eliminando a Irán de SWIFT. Y luego hubo amenazas contra Rusia en 2014, ¿por qué? Por Crimea.
Eso impulsó a Putin a actuar para construir una versión doméstica de SWIFT, un sistema que el Kremlin está promocionando como soporte internacional. Las transacciones que atraviesan el sistema de Rusia no pueden ni serán supervisadas por las autoridades financieras de los Estados Unidos. Todo lo que los EE. UU. oueden hacer es amenazar con imponer sanciones bajo las «reglas de Magnitsky» a los bancos y compañías por hacer negocios con personas que los EE. UU. acusan de ser «malas personas».
Y ahora incluso eso no funcionará por mucho tiempo. Un mundo conectado es aquel que resiste el control. Esto es lo que pasa por la política exterior en estos días. Moralización barata para proteger modelos de negocio insostenibles y ambiciones imperiales.
Entonces, esta es la razón por la que abrí con la lección de historia. Todo está conectado como una gran red de causa y efecto, acción y reacción.
Y es por eso que al final del día los incentivos son importantes. Y como los saudíes están descubriendo ahora, los sobornos solo funcionan durante un tiempo. Finalmente, los costos aumentan hasta el punto en que ninguna cantidad de dinero en el corto plazo puede superarlos.
Trump consiguió una pequeña victoria aquí. Los Estados Unidos venderán un poco de gas a Alemania una vez que se construyan estas terminales. Merkel tiene que pagarle su «parte justa» a la OTAN pagando de más por un poco de gasolina mientras mantiene su gasto en defensa aceptable.
Pero, en última instancia, el gran ganador en última instancia es el eje ruso / iraní contra las sanciones, aranceles y proteccionismo de Trump.