Opinión

Las causas de la crisis doctrinaria del Peronismo

Victoria | Martes 14 de agosto de 2018

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Nadie puede negar que la Argentina está viviendo una de las crisis más dramáticas de su historia. En el 2015 asumía democráticamente como Presidente, el ingeniero Mauricio Macri. No había dudas que había un cambio radical de la política argentina, porque emergía de las urnas una fuerza política de alineamiento irrestricta con los EEUU, anti-latinoamericana, con un discurso mezcla de terapias orientales, pero representante directo de las corporaciones transnacionales y con apoyo de sectores de un neoperonismo residual en la provincia de Buenos Aires y de rara conducta como en Córdoba.

Miguel Ángel Barrios



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Miguel Ángel Barrios

Nadie puede negar que la Argentina está viviendo una de las crisis más dramáticas de su historia. En el 2015 asumía democráticamente como Presidente, el ingeniero Mauricio Macri. No había dudas que había un cambio radical de la política argentina, porque emergía de las urnas una fuerza política de alineamiento irrestricta con los EEUU, anti-latinoamericana, con un discurso mezcla de terapias orientales, pero representante directo de las corporaciones transnacionales y con apoyo de sectores de un neoperonismo residual en la provincia de Buenos Aires y de rara conducta como en Córdoba.

Por supuesto, la improvisación en sus políticas públicas y su acercamiento a los centros financieros, llevaron al saqueo de la Argentina. Pero no solo eso, es impensable el golpe de estado en Brasil sin Macri en el poder. Fue un movimiento de pinzas y el resultado es que el Mercosur y la Unasur, no existen más.

Es decir, la República Imperial rápidamente cambió de estrategia luego de la derrota del ALCA en Mar del Plata y hoy, peligra nuestra independencia. La única verdad es la realidad. Hoy asistimos a una situación social angustiante, los CEOS como pasantes en el Estado realizaron sobresalientemente su tarea pero el Estado está devastado. Y la pobreza cero se convirtió en un slogan de mal gusto.

Esto no habilita a nadie en la Argentina a apostar en la interrupción del gobierno de Macri ni al fracaso de la Argentina para que un nuevo gobierno asuma. Sería una enorme irresponsabilidad, porque en una hipotética salida de Macri -como algunos pretenden-, la crisis no se lleva puesto a Cambiemos sino a la Argentina entera. Es hora de responsabilidades y no de rememoranzas ahistóricas -típica de nosotros-de ver sobrevolando un helicóptero como en el 2001.

Ahora bien. La pregunta que nos hacemos o nos debemos realizar es central: ¿Qué es el Peronismo hoy? Rápidamente podemos decir que existen diversos peronismos o mejor decir, neoperonismo.

El neoperonismo de los gobernadores que necesitan sobrevivir y tienen a Pichetto de enlace con el gobierno, la Renovación con Massa que es una especie de partido telemarketing de los EEUU y Unión Ciudadana con Cristina Kirchner  consistente en una especie de socialdemocracia latinoamericana (algo original) pero que todo se reduce en el fondo al ciclo biológico de su conductora. Y no nos olvidemos que la política es la continuación de una lucha lejana. Y con aires de epopeyas vacías de los nombres célebres del pensamiento nacional pero que tuvo a un hombre formado en el Mayo francés como Forster de Secretario de Pensamiento estratégico. O al oportunista Pacho O Donnell como Presidente de un Instituto de Historia llamado Manuel Dorrego-nada más ni nada menos que el del Coronel federal fusilado en Navarro por la logia masónica rivadaviana-.

Entonces, en la práctica el movimiento nacional popular peronista quedó reducido a una confederación de partidos sin un proyecto nacional continental de liberación nacional y social.

Por otro lado el sindicalismo se volvió sectorial en función de los intereses corporativos de cada gremio -producto del decreto de Onganía que le entregó la administración de las obras sociales- y lo novedoso es la fuerza y potencialidad que emergen los movimientos sociales producto de la profunda crisis social y como consecuencia de una nueva estructura socioeconómica de la Argentina, donde la economía popular es una realidad del día a día. Esto conlleva también nuevas potencialidades que no se pueden obviar.

La pregunta para responder que fue el Peronismo nos llevan directamente a Juan Domingo Perón. Perón es el estratega y político más importante de América Latina a mediados del siglo XX.

En síntesis, su concepción histórica era sanmartiniana y bolivariana, su metodología consistió en crear la democracia participativa, la industrialización, la justicia social, bajo el modelo político de la Comunidad Organizada y su objetivo o paradigma era materializar el Estado continental sudamericano ya que desde su perspectiva la evolución se hallaba en la etapa del continentalismo como fase previa a la universalidad. El continentalismo para Perón era una necesidad de sobrevivencia, por eso "Unidos o dominados" no era un slogan de campaña, al contrario, era la materialización "Ahora o Nunca" de la liberación.

El error que se comete es creer que Perón nació a la vida política el 17 de octubre de 1945.En verdad el 17 como lo dijo Scalabrini Ortiz fue "la sublevación de la patria subterránea." Entonces nos preguntamos ¿cuáles fueron las claves interpretativas de la política en Perón, en base a su formación?

Para nosotros resulta fundamental intentar responder este interrogante central, aclarando desde ya, que no poseemos el peronómetro, ya que el único heredero del Líder como lo dijo en su último discurso del 12 de junio de 1974 es el PUEBLO.

  • Para Perón la historia es una permanente evolución determinada por el factor científico tecnológico. No se puede detener a la historia desde la ideología. Sino que el conductor debe tener la inteligencia política-que no es la suma de libros de una biblioteca-sino la capacidad de anticipación para "cabalgar sobre la historia". Perón entendió que había llegado la era de la sociedad industrial, era un especialista de la primera guerra mundial, y con ella la época de lo social.
  • Para Perón era vital la construcción del Poder a partir de la Organización. El siglo XX es el siglo de las organizaciones. "El tiempo mata a todos, menos a las organizaciones".
  • Para Perón era vital la Defensa Nacional como capital movilizador, moral, patriótico y de desarrollo territorial y soberano. Y no hay Defensa Nacional en un sentido integral sin la Planificación. Por eso, la disertación del año 1944 sobre El significado de la Defensa Nacional es central en la partida de nacimiento de la doctrina justicialista.
  • Cumplido estos pasos se concreta una Argentina libre, justa y soberana, donde el Poder es un instrumento para la "felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria".
  • Todo lo que sean mecanismos electorales eran secundarios para el Líder, porque es el Movimiento Nacional con un proyecto vehiculizaba la liberación nacional y continental. Y si analizamos su acción de gobierno cumplió con creces, lo que ocurre es que sus políticas eclipsaron al pensador estratégico. Si nos trasladamos a la actualidad en forma y vemos en los diversos neoperonismo lo siguiente:

    Estamos en la cuarta revolución industrial que implica una mutación humana de la evolución histórica con la robótica, la impresora 3D, la inteligencia artificial, el big data, etc.

    Esto implica un nuevo modelo de organización de la sociedad con sectores y ocupaciones que serán descartables. Nadie habla de este tema. Esta al margen de lo que Perón denominaba "cabalgar la historia". Y con el agravante de una oligarquía Internacional que tiene más lealtad a los Bancos que a sus Estados:

    • La Organización hoy es la Desorganización.
    • La Planificación es una palabra marketinera, lo real es la improvisación.
    • El Poder es una búsqueda electoral. Volvamos al poder.

    La pregunta sería, ¿para qué? A los imperios no les interesan los nombres sino que le garanticen sus ganancias. Hoy Macri le garantiza:

    • Explotación de la minería a cielo abierto.
    • Narcotráfico y crimen organizado a través del lavado de activos.
    • Desregulación de la industria farmacéutica.
    • La patria contratista.
    • La desregulación del sistema financiero.
    • La ausencia total de una política de seguridad ciudadana.
    • El desmantelamiento de la Defensa Nacional.
    • El pago irrestricta de la deuda eterna.

    Hasta el día, excepto excepciones, o palabras aisladas o frases de ocasión, no hemos escuchado a ningún dirigente cupular de los neoperonismos hablar con seriedad de estos temas de la agenda estratégica en base a la metodología que utilizaba como aquí describimos, el HOMBRE DEL DESTINO.

    Si no retomamos las fuentes, pasará lo que dijo el gran pensador uruguayo Alberto Methol Ferré miles de veces con tristeza: "Nadie entendió bien al Pocho".