Opinión

Robert Steuckers: "Vivir en el territorio de un Imperio significa cumplir una tarea espiritual"

Victoria | Martes 12 de diciembre de 2017

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Por su indudable interés, ofrecemos un revelador fragmento de la entrevista concedida a la web "Euro-Synergies" por el pensador identitario belga Robert Steuckers, destacado defensor de la unidad euroasiática y uno de los miembros fundadores del movimiento filosófico conocido como “Nueva Derecha”. En español Steuckers ha publicado su libro “Sinergias identitarias” (Editorial Eas, 2016). En exclusiva para La Tribuna del País Vasco, publicamos este fragmento traducido, en el que se destacan sus ideas sobre el emperador Carlos I de España y V de Alemania y la figura del “katehon”, resistencia o contención del caos y la decadencia.

Redacción



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Por su indudable interés, ofrecemos un revelador fragmento de la entrevista concedida a la web "Euro-Synergies" por el pensador identitario belga Robert Steuckers, destacado defensor de la unidad euroasiática y uno de los miembros fundadores del movimiento filosófico conocido como “Nueva Derecha”. En español Steuckers ha publicado su libro “Sinergias identitarias” (Editorial Eas, 2016). En exclusiva para La Tribuna del País Vasco, publicamos este fragmento traducido, en el que se destacan sus ideas sobre el emperador Carlos I de España y V de Alemania y la figura del “katehon”, resistencia o contención del caos y la decadencia.

- En 2016, publicó el libro "The European Enterprise: Geopolitical Essays". Explora los fundamentos históricos, culturales y espirituales de los principales imperios europeos, es decir, el principio del Reich, el cual no es equivalente a "nación" (si lo entiendo bien), y  considera que el desarrollo natural de Europa se ha visto obstaculizado o evitado por la "civilización occidental". Usted presta especial atención al "tema ruso": el espacio ruso y el concepto de Eurasia. ¿Por qué es necesario en la era de la globalización o ante los intentos de los Estados Unidos por imponerse como una hegemonía mundial o "globalizar" su propio modelo político y económico?

- De hecho, he explorado y seguiré explorando el pasado europeo, ya que la amnesia es la peor enfermedad que puede sufrir un cuerpo político. No se puede pensar en Europa sin pensar simultáneamente la noción de Imperio y la así llamada "forma romana". Carl Schmitt era muy consciente de ser el heredero de la "forma romana", ya sea pagana / imperial o católica, formas heredadas por la "nación alemana". Actualmente, nadie niega la importancia de Schmitt en el ámbito de la teoría política. Algunos círculos de la Nueva Izquierda estadounidense, como  “Telos", incluso han promovido sus obras en el Nuevo Mundo más allá de cuanto habían soñado los pocos estudiantes alemanes de las obras de Schmitt. El Imperio Romano se basaba geográfica e hidrográficamente en el Mar Mediterráneo y el Danubio: el "Mar Medio" aseguraba la comunicación entre el Valle del Ródano y Egipto, entre Grecia e Hispania, etc. y el enlace del Danubio entre el sur de Alemania y el Mar Negro y más allá de esta área póntica, las legendarias Cólcide y Persia, que más tarde serán mitificadas por la orden de caballería del vellocino de oro, creada por Felipe, duque de Borgoña en 1430.

Después de la caída del Imperio Romano, existió la conocida "translatio imperii ad Francos" y más tarde, después de la Batalla de Lechfeld en 955, una "translatio imperii ad Germanos". La parte central de Europa se convirtió así en el núcleo del Imperio, estando ahora centrada en el Rin, el Ródano y el Po. El eje del Danubio se cortó al nivel de las "Puertas de hierro", más allá del cual el área bizantina se extendía hacia el este. El Imperio Bizantino fue el heredero directo del Imperio Romano: allí la legitimidad nunca fue disputada. La comunidad del Monte Athos es un centro espiritual que en fecha reciente ha sido plenamente reconocido por el presidente ruso Putin. El Imperio Romano-Germánico (más tarde Austriaco-Húngaro), el Imperio Ruso como heredero de Bizancio y la comunidad religiosa del Monte Athos comparten los mismos símbolos de una bandera dorada con un águila bicéfala negra, remanente de un antiguo culto tradicional persa donde las aves aseguraban el vínculo entre la Tierra y los Cielos, entre los hombres y los dioses. El águila es el ave más majestuosa que vuela en las alturas más elevadas en el cielo, y se convirtió obviamente en el símbolo de la dimensión sagrada del Imperio.

Vivir dentro de los marcos territoriales de un Imperio significa cumplir una tarea espiritual: establecer en la Tierra una armonía similar a la que muestra el orden celestial. La paloma que simboliza el Espíritu Santo en la tradición cristiana tiene de hecho la misma tarea simbólica que el águila en la tradición imperial: asegurar el vínculo entre el reino uránico (Urano Griego / Varuna Védico) y la Tierra (Gaia). Como miembro de un Imperio, me veo obligado a dedicar toda mi vida a tratar de alcanzar la perfección del orden aparentemente perfecto de los cuerpos celestes. Es un deber ascético y militar presentado por el arcángel Miguel, también una figura derivada de los seres hombre / pájaro de la mitología persa que los hebreos trajeron de su cautividad babilónica. El emperador Carlos V intentó encarnar el ideal de esta caballería a pesar de los pequeños pecados humanos que conscientemente cometió durante su vida. Él permaneció verdaderamente humano, un pecador, y dedicó todos sus esfuerzos a mantener vivo el Imperio, a hacer de él una muralla contra la descomposición, que es la tarea del "katechon" según Carl Schmitt. Nadie mejor que el francés Denis Crouzet ha descrito esta tensión perpetua que el Emperador vivió en su maravilloso libro, "Charles Quint, Empereur d'une fin des temps" (Odile Jacob, París, 2016). Estoy leyendo este libro muy grueso una y otra vez, lo que me ayudará a precisar mi visión del mundo imperial y entender mejor lo que Schmitt quiso decir cuando consideró a la Iglesia y al Imperio como fuerzas "katechon". Este capítulo está lejos de ser cerrado.

 

Crouzet explica en su libro que la Reforma alemana y europea quería "precipitar" las cosas, aspirando al mismo tiempo a experimentar animadamente el "eschaton", el fin del mundo. Esta teología de la precipitación es el primer signo exterior del modernismo. Lutero, de una manera bastante moderada, y los otros actores de la Reforma, de una manera extrema, querían el fin de un mundo (el fin de una continuidad histórica) que consideraban profundamente infectado por el mal.
Carlos V, explica Crouzet, tiene una actitud imperial y de "katechon" (resistencia, contención). Como emperador y siervo de Dios en la Tierra, tiene que frenar el proceso de "escatón" para preservar a sus súbditos de las aflicciones de la decadencia.

 

Después de Lutero, los elementos puritanos extremistas de la Reforma en el norte de Francia, Holanda, Münster y Gran Bretaña harán que esta "teología de la precipitación" sea aún más impaciente, incluso la Inglaterra anglicana y el reino anglicano en las Trece Colonias de América del Norte, tal y como los acontecimientos trágicos lo atestiguan: la decapitación del rey Carlos I debido a la revolución puritana de Cromwell. Esta forma de ver la historia como una maldición profunda ha sido heredada por los Padres Fundadores en los futuros Estados Unidos. Con la tradición deísta en Inglaterra y en la tradición política Whig tanto en Gran Bretaña como en América del Norte, esta "teología de la precipitación" se racionalizará hábilmente y a ella se le dará un barniz iluminado que culminará en el plan del presidente Wilson para purgar el mundo del mal. La "filosofía de la precipitación" (y no la "teología") de los filósofos franceses conducirá a una escatología política secular bajo la sombra de la guillotina, bajo la cual todos los que supuestamente frenaron el proceso tuvieron que perecer preventivamente. Después de Wilson, varios diplomáticos estadounidenses acuñarán principios que impiden que la propia soberanía de los Estados se exprese mediante el lanzamiento de todo tipo de proyectos proactivos con o sin guerras. Desde el colapso del sistema soviético, la "teología de la precipitación", disfrazada de manera racional, se volverá una vez más disparatada. Ya conoce los resultados: una catástrofe en los Balcanes, un punto muerto en Iraq, una guerra interminable en Siria y Afganistán. La "teología de la precipitación" como característica del mundo occidental, del mundo liderado por el hemisferio occidental o por los reinos al oeste de Europa occidental o de Europa central, no ofrece una solución valiosa a los problemas que inevitablemente ocurren en el mundo imperfecto bajo el Uranos perfecto o los Cielos. Los puntos de vista de Carlos V consistieron en desacelerar el proceso y dirigir operaciones militares moderadas contra los rebeldes. Era una mejor postura de todos modos.

En los años noventa, descubrí que China y muchos otros países asiáticos desarrollaron una forma alternativa de armonizar las relaciones internacionales, excluyendo, entre otras cosas, el principio post-wilsoniano de intervenir violentamente en los asuntos de otros países. Este es el principio adoptado no solo por la China de Xi Ping hoy sino también por Putin y Lavrov. La alternativa china excluye, por ejemplo, la política de "cambio de régimen" que ha arrojado a Irak y Siria en estas atroces guerras civiles que los regímenes baasistas anteriores pudieron sabiamente evitar, aunque sin piedad. Pero, ¿no es mejor tener un implacable régimen "katechon" aunque imperfecto que ver a cientos de miles de personas inocentes son asesinadas en ataques sin sentido, bombardeos, o masacres talibanes / salafistas? La "teología de la precipitación" de los Estados Unidos post-puritanos / neo-Wilsonianos y de los musulmanes salafistas ha creado caos en países que , de otro modo, estarían tranquilos. ¿Acaso el propio Lutero no advirtió a sus contemporáneos  que el diablo podía usar el lenguaje teológico (o "neolengua") para engañar al pueblo?

Europa está, como dice, en un callejón sin salida. La Unión Europea ha sido golpeada por una crisis política, económica, migratoria... Luego vino una ola de terrorismo. Los cuerpos políticos e instituciones europeas parecen paralizados. Hasta ahora, la integración europea estaba amenazada por los llamados movimientos euroescépticos. Parece que hoy estamos en el comienzo de una ola de secesionismo, como la de Cataluña, que sacude a muchos países europeos. ¿Cuál es su relación con eso?

Algunos servicios secretos más allá del Atlántico tienen como política debilitar a Europa mediante ataques regulares no militares, típicos de la llamada "Guerra de Cuarta Generación". Las estratagemas económicas, las manipulaciones bursátiles, son los trucos habituales utilizados por aquellos cuyo principal objetivo es evitar que Europa se desarrolle plenamente, encontrar una mejor autonomía en todos los asuntos políticos y militares, alcanzar un bienestar bastante alto que permita un I + D óptimo, desarrollar un fuerte relación comercial con Rusia y China. Por lo tanto, Europa ha de verse constantemente afectada por todo tipo de problemas. La Francia de Chirac fue el mejor ejemplo, más allá de las conocidas operaciones psicológicas que son las "revoluciones de color". Francia sigue siendo una potencia nuclear, pero no puede desarrollar esta capacidad más allá de cierto nivel: en 1995, cuando los experimentos se realizaron en el Océano Pacífico, Greenpeace, como un movimiento pseudo-ecologista trató de torpedearlos. Pero en territorio francés, las huelgas paralizaron el país, orquestadas por un sindicato socialista que había sido anticomunista en los años cincuenta y había recibido apoyo del OSS. Los socialdemócratas y los sindicalistas socialistas tenían en secreto un apoyo atlantista que a menudo se olvida en la actualidad.

Para deshacerse de Chirac, que había apoyado una alianza fantasmal entre París, Berlín y Moscú en el momento de la invasión de Bush en 2003 por parte de Bush, los activistas de las comunidades de inmigrantes africanos, allí en los tristes suburbios cerca de París, lanzaron una serie de violentos disturbios en Noviembre de 2005. Todo después de un primer incidente menor que causó accidentalmente dos bajas mortales. Finalmente, los disturbios se extendieron a otras ciudades como Lyon y Lille.

Como el escritor de la Nueva Derecha Guillaume Faye había dicho anteriormente: Francia, en la situación actual, se muestra totalmente incapaz de restablecer la ley y el orden una vez que los disturbios se extendieron en más de tres o cuatro grandes áreas urbanas. Los disturbios duraron el tiempo necesario para promocionar a un político pequeño y previamente oscuro, Nicolas Sarközy, quien prometió eliminar a los alborotadores en los suburbios y no hizo absolutamente nada una vez en el poder. Charles Rivkin, embajador de los Estados Unidos en Francia, es el teórico de estas operaciones de "guerra de cuarta generación" cuyo objetivo es alentar a las comunidades de inmigrantes contra la ley y el orden en Francia (ver: http://euro-synergies.hautetfort.com/archive/2011/03/ 21 / t ...). Esta estrategia viciosa solo fue posible en Francia hace diez o doce años, ya que ningún otro país europeo tenía una cantidad tan grande de migrantes entre su población. La crisis de refugiados que golpeó a Alemania en 2015 es un próximo capítulo en la triste historia de la sumersión y neutralización de Europa. Alemania ahora debe enfrentar las mismas comunidades violentas que Francia ya tenía antes. El propósito es, evidentemente, debilitar al país que está prosperando industrialmente debido a los excelentes vínculos comerciales que tiene con Eurasia en general. El objetivo de los servicios secretos británicos y estadounidenses siempre ha sido evitar cualquier conexión entre Alemania y Rusia. Ahora Alemania está debilitada por la masa crítica de millones de refugiados falsos que rápidamente colapsarán el sistema de seguridad social , el cual siempre ha sido la marca peculiar de los sistemas sociales alemanes (ya sean bismarckianos, nacional-socialistas, democristianos o socialdemócratas) .

La desestabilización completa de las sociedades industriales europeas (Suecia, Francia, Alemania, Italia y parcialmente los Países Bajos) conduce a cambios sociales y políticos que a veces toman la forma de los llamados "movimientos populistas" , movimientos que los medios denominan frenéticamente como "extrema derecha", o " neofascistas ", con vistas a detener su desarrollo. Hasta ahora éstos movimientos no han podido obtener una parte importante del poder, ya que los partidos convencionales se han infiltrado en todas las instituciones (prensa, medios de comunicación, justicia, bancos, etc.). En España, que es un país más pobre que no atrae a los inmigrantes, y no los atrae ya que las ventajas materiales  que les son dadas resultan menos interesantes. Entonces, la única palanca posible para lanzar una operación de "guerra de cuarta generación" contra el país fue el micro-nacionalismo catalán. Si Cataluña se separa, una de las regiones más industrializadas de la España histórica abandonará una comunidad que existe desde el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en 1469. Esto significaría un grave retroceso para España, que ya es frágil, y tendría depender de los países vecinos, p.e. de una Francia también desestabilizada y una Alemania que tiene que hacer frente a su propio problema de refugiados y con una erosión de su sistema de seguridad social, lo que lleva a la insatisfacción general, a un rechazo de los partidos políticos convencionales y , eventualmente, a un mayor desarrollo del desafiante partido AfD, por el cual Merkel no puede construir una mayoría ideológicamente coherente para su próximo gobierno.

 

Mi posición es: que todos estos problemas que actualmente ponen en peligro el futuro de Europa no se han producido por pura coincidencia. Todos están vinculados entre sí incluso si, al decir eso, inevitablemente voy a ser acusado de manipular una "causalidad diabólica" o de adherirme a "teorías de la conspiración". Sin embargo, yo no veo al Diablo aquí como un ser sobrenatural, simplemente uso la palabra como una imagen fácil para estigmatizar las fuerzas reales y los esfuerzos que intentan dar forma al mundo de acuerdo con sus propios intereses. Pero en este mismo tablero de ajedrez, los europeos no pueden detectar al enemigo y definir sus propios intereses.
(…)
Usted aprende ruso y estudia la cultura rusa. Además, en su investigación, ha prestado especial atención a las tradiciones y etnias del este de Europa. Por ejemplo, los escitas, la etnia indoeuropea que habitó la estepa euroasiática, al sur de Rusia, que es extremadamente importante en la etnogénesis de los eslavos. Las culturas eslavas, incluidos los serbios y los eslavos de los Balcanes, lamentablemente, no han sido estudiadas lo suficiente en el oeste de Europa. ¿Tiene la impresión de que la herencia eslava no sólo no es muy conocida, sino que también está sistemáticamente reprimida y subestimada en Europa occidental?

 

Nunca aprendí ruso correctamente, pero es verdad que cuando era adolescente, mis amigos y yo fuimos seducidos por la historia rusa y fascinados por la conquista de Siberia desde los Urales hasta el Océano Pacífico. Cuando comencé a publicar mis obras a principios de la década de 1980, me sentí profundamente influenciado por una tendencia cultural y política alemana que había surgido un par de años antes. Esta tendencia tuvo en cuenta los elementos nacionalistas de los movimientos de izquierda desde el siglo XIX y también todas las tradiciones diplomáticas que habían favorecido una alianza entre Alemania y Rusia (o la Unión Soviética). Los alemanes, pero también la gente de los Países Bajos, estaban molestos porque el Ejército de los Estados Unidos había desplegado misiles mortales en Europa Central, obligando a los soviéticos a hacer lo mismo para que, en caso de guerra, la Europa Central hubiera sido fatalmente bombardeada. Nadie podía aceptar tal política y el resultado de eso fue el nacimiento del movimiento neutralista pacifista que duró hasta la caída del Muro de Berlín y que permitió convergencias increíbles entre grupos izquierdistas y conservadores o nacionalistas.

En el marco de este movimiento, comenzamos a traducir o resumir textos o debates alemanes para mostrar que la historia podría haber sido diferente y que la voluntad de analizar el pasado con otros ojos podría abrir perspectivas para un futuro distinto. No redujimos nuestra investigación a cuestiones alemanas, sino que la ampliamos para ver las cosas desde un punto de vista "europeo". Afirmamos, por supuesto, que la historia se había reducido a la historia de Europa occidental, lo que era un reduccionismo intelectualmente inaceptable que pude detectar muy temprano leyendo algunos libros sobre países de Europa del Este , mientras escribía un trabajo al final de mis estudios de secundaria. Mis amigos y yo no reducimos nuestras lecturas a la historia contemporánea, sino que las ampliamos a la historia medieval y antigua. Así que nos sentimos atraídos por los escitas, es decir, después de haber leído un libro del historiador francés Arthur Conte, donde nos recordó que muchos pueblos eslavos remontan sus orígenes no solo alas tribus eslavas, sino también de los caballeros sármatas, incluidos los que habían nutrido anteriormente incluso a la caballería de las Legiones romanas.

El elemento sármata no solo es importante para las gentes eslavas, sino también para Occidente, que ha intentado eliminar esta herencia de la memoria colectiva. Sin embargo, los historiadores británicos, con la ayuda de colegas polacos, admiten ahora que los Caballeros sármatas están en el origen de los mitos artúricos celtas, ya que la caballería romana en la Britania romana estaba compuesta mayoritaria o principalmente por Caballeros sármatas.

El historiador alemán Reinhard Schmoeckel lanza la hipótesis de que incluso los merovingios, de quienes descendió Chlodowegh (Clovis para los franceses), eran en parte sármatas y no puramente germánicos. En España, los historiadores admiten que entre los visigodos y los suevos que invadieron la península, las tribus germánicas estaban acompañadas por alanos, un pueblo de jinetes de la zona del Caspio y el Cáucaso. Las tradiciones que trajeron a España están en el origen de las órdenes de caballería que ayudaron mucho a llevar a cabo la Reconquista. Como dice Vd., todo eso ha sido descuidado, pero ahora las cosas están cambiando. En mi breve ensayo sobre los autores geopolíticos en Berlín entre ambas guerras mundiales, recuerdo a un pobre profesor simpatizante que intentó acuñar una nueva historiografía en Europa teniendo en cuenta los elementos orientales, pero cuya impresionante colección de documentos fue completamente destruida durante la batalla por Berlín en 1945. Su nombre era Otto Hoetzsch. Fue filólogo eslavo, traductor (concretamente durante las negociaciones del Tratado de Rapallo, 1922) e historiador de Rusia: él abogó por una historiografía europea común que hiciera hincapié en las convergencias y no en las diferencias que conducen a conflictos catastróficos como las guerras germano-rusas  del siglo XX . Escribí que todos tenemos que seguir sus pasos. Supongo que estará de acuerdo.