
Los países europeos viven una serie de protestas antigubernamentales a gran escala por las políticas de su Gobierno a raíz de la crisis energética. Políticos y expertos hacen sombríos pronósticos para Europa en el próximo invierno boreal, en medio del aumento de la inflación y los precios de la energía.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró anteriormente que Europa se enfrentará a graves problemas el próximo invierno debido a la reducción del suministro de gas procedente de Rusia. Según Erdogan, "Europa está recogiendo lo que ha sembrado con su actitud hacia Rusia y la imposición de sanciones".
Los expertos turcos comentaron a Sputnik el posible impacto de la crisis energética en la situación política de Europa y las perspectivas de que los Gobiernos europeos revisen las relaciones con Rusia en medio de las crecientes protestas.
Debido a la crisis energética, causada por las sanciones antirrusas, el bienestar de los ciudadanos europeos ya empezó a disminuir y los próximos meses la situación solo empeorará, indicó el coordinador de la plataforma ATE (Asia-Turquía-Europa) Barís Hasán.
"Con la interrupción del suministro de gas a Europa, vimos un aumento significativo del coste de la producción industrial. La generación de europeos, que no sabía lo que era la alta inflación, se enfrentó a ella. Como resultado, el bienestar del ciudadano europeo medio empezó a disminuir notablemente. Esto se acentuará en los próximos meses", dijo el politólogo.
El experto enfatizó que Europa comienza a enterarse plenamente de la importancia geopolítica de la energía rusa. Subrayó que los pueblos europeos se oponen históricamente a los Gobiernos que, con sus políticas, afectan negativamente a su bienestar.
"A medida que se manifiestan los efectos de la elevada inflación desencadenada por la crisis energética, vemos cada vez más el descontento con los Gobiernos de aquellos países en los que hay una élite política en el poder que puso incondicionalmente todos los resortes del Gobierno en manos de EEUU", puntualizó.
Asimismo, al calificar las medidas adoptadas por Europa de 'absurdas', Hasán destacó que estas demuestran que los Gobiernos europeos no comprenden la profundidad de la crisis mundial y son "incapaces de aplicar políticas acordes con la realidad actual".
"Si las divisiones entre el público y los Gobiernos en Europa se profundizan, lo que creo que ocurrirá inevitablemente, podríamos ver importantes crisis de Gobierno o cambios de poder en algunos países europeos este invierno", anotó, al indicar que se espera un cambio de Gobierno en Italia, mientras que el Gobierno alemán se verá aún más acorralado y probablemente se verá obligado a revisar sus políticas.
"Otros países europeos más pequeños también podrían ver un cambio de Gobierno", agregó.
Por su parte, el asesor jefe del Centro de Estudios Políticos y Gestión de Crisis (ANKASAM, Ankara) Cenk Pala, indicó que Europa no está lista para la crisis emergente.
"En este momento, la capacidad de almacenamiento de gas en Europa alcanzó el 75%. Si Europa consigue reponer sus reservas de gas al 85%, como esperaba, al menos hasta principios de noviembre, podrá pasar parte del invierno. Sin embargo, esto no resolvería el problema por completo. Todo indica que la crisis energética en Europa no hará más que empeorar. No se puede lograr un acuerdo con las medidas que se están tomando. Es evidente que Europa no estaba preparada para esta crisis", dijo a Sputnik.
Además, afirmó que en esta situación Rusia se benefició, reorientándose del mercado europeo al asiático mientras que el embargo europeo no tuvo ningún plan alternativo.
"El valor del euro no deja de caer, los precios suben, la economía europea está en recesión, hay protestas en varios países y cada vez se pide más una revisión de la política hacia Rusia. Estamos entrando en un periodo en el que muchos actores europeos tendrán que abandonar la arena política", enfatizó.
El experto destacó que Europa ya no puede volver al viejo orden y debe considerar las alternativas, sin embargo, el suministro de gas desde Argelia y Egipto no podrá abastecer los 170.000 millones de metros cúbicos que necesita Europa debido al alto nivel de consumo interno de estos países.
Aunque el GNL estadounidense se presentó como una solución, según Pala "no será posible aumentar la producción hasta dentro de dos años", mientras que Europa necesita una solución rápida.
En este contexto, Turquía se ofrece como mediador, tratando de calcular las consecuencias de una posible ruptura dentro del eje euroatlántico.
"La declaración de Erdogan envía un mensaje a sus aliados occidentales: dice que la crisis actual terminará de una forma u otra y que los países occidentales tendrán que sentarse con Rusia, por lo que les insta a reconsiderar su posición respecto a este país", aseveró a su vez Barís Hasán.
"Los estados europeos podrían quebrar y su sector eléctrico quedarse en el pasado"
"Si Europa actúa correctamente, podrá proteger a sus ciudadanos y continuar la transición hacia un nuevo sistema energético más limpio. Sin embargo, si sus acciones son erróneas, los Estados podrían ir a la quiebra y el sector eléctrico europeo se quedaría anclado en el pasado", dice la revista británica 'The Economist '.
Los precios de los carburantes se han disparado un 30% desde la suspensión del gasoducto Nord Stream. Hace unos días, los analistas de Goldman Sachs han afirmado que prevén que la factura de la electricidad en Europa se triplique a principios del año que viene con respecto a los niveles de 2021, lo que supondrá un aumento de la factura energética de 2 billones de dólares, o el 15% del PIB.
En este contexto, el diario británico subraya que la crisis energética "se ha convertido en una crisis política y económica: en toda Europa, las empresas paran y quiebran, los ingresos disminuyen y los gastos de los residentes aumentan".
Lo que se refiere a al gasoducto, Rusia en numerosas ocasiones subrayaba que el cierre del gasoducto Nord Stream se debe exclusivamente a las sanciones occidentales, .
"Usted sabe que los problemas con el suministro [a través del Nord Stream] surgieron debido a las sanciones impuestas a nuestro país y a varias empresas por los países occidentales, incluidos Alemania y el Reino Unido. No hay otras razones que hayan podido conducir a problemas de bombeo", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Recordó que debido a las sanciones no es posible transportar y reparar las partes esenciales del gasoducto.
En este contexto, el vocero rechazó los intentos de Occidente de culpar a Rusia por la suspensión del gasoducto e insistió en que es "el Occidente colectivo, en este caso, la Unión Europea, Canadá y el Reino Unido, el culpable de que la situación haya llegado a tal punto".
Europa, arreglándoselas
Según destaca el artículo de The Economist, los gobiernos están respondiendo con intervenciones y pagos urgentes: "Alemania gastará otros 65.000 millones de euros (1,8% del PIB) en medidas de apoyo, el Reino Unido tiene previsto destinar más de 100.000 millones de libras (4,3% del PIB), y los líderes de la UE no descartan introducir un tope de ingresos para las empresas energéticas".
"La táctica más popular es congelar los precios de la electricidad, como ha hecho Francia. Esta medida ayuda a frenar la inflación al reducir la carga de los bancos centrales y eliminar la necesidad de subir el tipo de interés oficial. Sin embargo, esta solución tiene enormes inconvenientes". Y es que según explica el diario, los topes de precios no reducen la demanda de energía, lo que lleva a posponer importantes reformas, y no será posible levantar los topes más adelante por razones políticas.
Lo que sí hay que hacer, destaca el autor, en la situación actual es imponer mayores impuestos a las empresas energéticas, eliminar los precios al contado en el mercado de los combustibles y fomentar la inversión en fuentes alternativas.
"Si no se actúa correctamente, los Estados europeos podrían quebrar y el sector eléctrico europeo se quedaría anclado en el pasado", concluye The Economist.
Los países occidentales se han enfrentado a un aumento de los precios de la energía y de la inflación debido a las sanciones contra Moscú y al abandono del combustible ruso. Debido al aumento de los precios de los combustibles, especialmente del gas, la industria de Occidente ha perdido gran parte de su ventaja competitiva, lo que también ha afectado a otros ámbitos de la economía. Además, los Estados Unidos y Europa se enfrentaron a una inflación récord en décadas.
La agenda verde, ¿otra razón de los problemas energéticos de la UE?
Los problemas energéticos de la Unión Europea (UE), que emergieron debido a las sanciones impuestas contra Rusia, están estrechamente relacionados con la agenda ecológica, ya que la transición verde empezó a realizarse sin una adecuada preparación económica, opinó el subdirector general del Fondo de Seguridad Energética Nacional, Alexéi Grivach.
Los problemas actuales de la UE surgen por razones fundamentales causadas por la "aventurada política energética y climática" de la región en los últimos 10-15 años, señaló Grivach.
"La transición ecológica sin una fase intermedia fuerte de gas es imposible, y cómo son la energía y la economía europeas sin flujos normales de gas desde Rusia, todo el mundo puede evaluar ahora mismo en tiempo real. Y todavía no ha empezado el invierno", explicó.
El analista está convencido de que los líderes europeos lo entendieron muy bien en el momento en que impusieron sanciones energéticas a Rusia.
"Todos los expertos les advirtieron de las consecuencias. Así que no se puede decir que no sabían a dónde llevaría esta política. Hay todo un espectro de explicaciones sobre por qué lo hicieron: desde la estupidez hasta el deseo de obligar a sus ciudadanos y a la economía a aceptar privaciones en aras de la gran idea verde", concluyó Grivach.
La exministra austriaca de Asuntos Exteriores, Karin Kneissl, durante una visita al Foro Económico Oriental, calificó las sanciones de la UE contra Rusia de mal concebidas. Según ella, no hay ni un solo país que pueda ser beneficiado por el corte del suministro de gas de Rusia. Además, acusó a los políticos europeos de provocar la crisis energética al apuntar que el mercado de la electricidad en Europa funciona ahora "según unos principios incomprensibles" y que se orientó artificialmente a favorecer las energías renovables.
La Unión Europea produce más de dos tercios de su energía a partir del gas natural. El 40% del combustible azul procede del Nord Stream que estuvo detenido durante tres días para un mantenimiento programado, y no puede reanudar su labor debido a un fallo técnico que no se puede reparar debido a las sanciones antirrusas.
Mientras tanto, la UE sigue mostrándose como un espectáculo de monstruos
El Banco Central Europeo no otorgará financiamiento a corto plazo a las empresas energéticas europeas que atraviesan la crisis energética, los precios altísimos y las llamadas de margen en los mercados de derivados, dijo el viernes la presidenta del BCE, Christine Lagarde. “En lo que respecta al BCE y a los bancos centrales nacionales del Eurosistema, por supuesto que estamos listos para proporcionar liquidez a los bancos, no a las empresas de servicios públicos de energía”, dijo Lagarde en una conferencia de prensa en Praga hoy, según lo publicado por Bloomberg. “En este entorno actual muy volátil, es importante que se implementen medidas fiscales para proporcionar liquidez a los participantes solventes del mercado energético, en particular a las empresas de servicios públicos”, agregó el jefe del BCE. Se estima que las empresas energéticas europeas, por su parte, se enfrentan a llamadas de margen de un total de1,5 billones de dólares en el mercado de derivados. Muchas de estas empresas necesitarán el apoyo de políticas para cubrir esas llamadas en medio de cambios bruscos y precios vertiginosos del gas y la energía. La estimación de $ 1.5 billones es incluso "conservadora", dijo Helge Haugane, vicepresidente senior de gas y energía de Equinor, a Bloomberg a principios de esta semana.
Todo esto simplemente confirma que las "élites" occidentales no podrían administrar un baño público sin llevarlo a la bancarrota y ahogarlo en mierda. ¿Matará Rusia a la industria metalúrgica europea? Posible, después de todo se traduce en industria armamentística, lo que quede de ella en la UE.
¿Esquizofrenia, alguien?
El Instituto Nacional de Salud Mental define la esquizofrenia como una enfermedad mental grave y enumera uno de sus principales síntomas, entre los delirios y las alucinaciones, como:
Trastorno del pensamiento : Cuando una persona tiene formas de pensar que son inusuales o ilógicas. Las personas con trastorno del pensamiento pueden tener problemas para organizar sus pensamientos y su habla. A veces, una persona deja de hablar en medio de un pensamiento, salta de un tema a otro o inventa palabras que no tienen significado.
Esta es la razón por la que me llamó la atención (a través de Ria.Ru) que revisó una encuesta de opinión pública realizada por ELABE que fue informada por la cadena de televisión francesa BFMTV . En esta encuesta, ELABE hizo la siguiente pregunta y recibió las siguientes respuestas:
Las sanciones económicas contra Rusia se consideran ineficaces para poner fin a la guerra Los franceses están más divididos sobre la eficacia del apoyo militar y financiero a Ucrania El 74 % de los franceses considera que las sanciones económicas adoptadas por la Unión Europea y los países occidentales contra Rusia no son eficaces en poner fin a la guerra (incluido el 51% no realmente y el 23% en absoluto).
No hay absolutamente nada sensacional al respecto, si no se considera la OTRA pregunta en esta encuesta:
Ante la presión sobre el poder adquisitivo, el apoyo a las sanciones contra Rusia y el apoyo a Ucrania se debilitan en la opinión pública. En cuanto al apoyo a Ucrania y las sanciones contra Rusia: el 40 % de los franceses (-6 desde el 24 de marzo) cree que el apoyo a Ucrania y las sanciones contra Rusia son la prioridad, aunque esto tenga un impacto cada vez más significativo en su vida cotidiana y en el poder de compra de los franceses: 32% (-2) que debemos seguir apoyando a Ucrania y sancionar a Rusia, pero si esto tiene un impacto demasiado grande en su vida cotidiana y en el poder adquisitivo de los franceses, tendremos que reducir nuestras sanciones contra Rusia y nuestro apoyo a Ucrania. 27% (+8) que la vida cotidiana y el poder adquisitivo de los franceses es más importante que el apoyo a Ucrania y las sanciones contra Rusia.
En palabras más simples: las sanciones no funcionan, pero el 72% de los franceses todavía las apoyan. Consulte la definición de esquizofrenia y trastorno del pensamiento anterior. Qué decir, los tiempos en que el pensamiento racional estaba naciendo en los confines de la otrora gran Sorbona hace más de 700 años han quedado atrás, y la capacidad de pensar con claridad ya no es un valor europeo. La esquizofrenia descendió sobre Europa, sin embargo, DEBE entenderse que esta encuesta también revela algo más: una rusofobia profundamente arraigada en una población europea en general. Algunas excepciones, a veces significativas, simplemente confirman la regla.
Pero, de nuevo, la racionalidad abandonó lo que solía ser la civilización occidental hace algún tiempo, y los acontecimientos en el óblast de Kharkov lo demuestran perfectamente con una "ofensiva" militarmente inútil impulsada por las relaciones públicas que, como dijo el Representante Permanente de Rusia ante la ONU, Nebenzya (en ruso) , resultó en campos cerca de Nikolaev, Kharkov y Zaporozhie, "sembrados" con miles de cadáveres de militares de VSU, a quienes los destacamentos "zagrad" no les permiten retirarse. Este es el nivel de "pericia" militar en el Pentágono y Londres. Especialmente porque saben que no pueden luchar en una guerra así. Ah, sí, hay otra razón para esta locura:
La mayoría de los estadounidenses, incluso la mayoría de los demócratas, no quieren que Biden se postule en 2024: encuesta
Es un factor enorme en la decisión militarmente suicida del Pentágono sobre esta "ofensiva" en la que muchos miles de ucranianos morirán y decenas de miles resultarán heridos. Oye, lo que sea necesario para salvar la "democracia" estadounidense, ¿verdad?
Los austriacos salen a la calle a protestar por la inflación y la agenda globalista

Miles de personas salieron a las calles de Viena el sábado, protestando contra el aumento del costo de vida, y muchos denunciaron al gobierno austriaco y la “agenda globalista”.
Más de 3.000 personas participaron en la manifestación, según informó el periódico Heute, citando a la policía de la ciudad. Otra reunión, denominada «marcha de los patriotas», también tuvo lugar en el centro de Viena. Hubo una fuerte presencia de seguridad a lo largo de las rutas, y ambos eventos transcurrieron sin incidentes.
Los manifestantes acusaron al gobierno austriaco de fallarle a su propio pueblo y trabajar en interés de los “globalistas”. Algunos activistas denunciaron las vacunas obligatorias contra el covid-19, pero el tema dominante el sábado fue el aumento vertiginoso de los precios de la energía y la crisis inflacionaria.
Los manifestantes pidieron el levantamiento de las “sanciones por suicidio”, una aparente referencia a las medidas punitivas impuestas a Rusia a raíz de su operación militar en Ucrania. Otros denunciaron el “belicismo de la OTAN” y un impulso percibido para la militarización en Europa en general.
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Análisis: Dependencia de EE. UU. del uranio ruso y políticas de sanciones
Vladimir Danilov
La crisis energética, exacerbada en los últimos meses por la política de sanciones contra Rusia de Washington, es quizás la peor desde 1973, cuando los países árabes impusieron un embargo petrolero para protestar por el apoyo occidental a Israel en la Guerra de Yom Kippur. Ha afectado a todos los estados occidentales por ahora. Si bien continúa la búsqueda de nuevas fuentes de energía y mejoras a las formas existentes relativamente respetuosas con el medio ambiente de generar electricidad a escala industrial, las plantas de energía nuclear siguen siendo una especie de salvavidas para muchos de los principales estados del mundo. Todo ello ha llevado a los países a replantearse la posibilidad de utilizar la energía nuclear para combatir la crisis energética, a analizar el estado del mercado del combustible nuclear y sus propias capacidades en este campo.
Estados Unidos no es una excepción en este sentido. Dado que el líder mundial en capacidad nuclear instalada es Estados Unidos, allí también se ha reflexionado seriamente sobre el tema. A noviembre de 2021, EE. UU. tenía 93 reactores nucleares agrupados en 56 plantas nucleares ubicadas en 28 estados diferentes (de 50) con una capacidad combinada de 95,5 GW, que generan el 19,7% de la electricidad del país.
Como todo el mundo sabe, el uranio es el combustible de los reactores nucleares de las centrales nucleares. Sin embargo, a diferencia de Rusia, EE. UU. no produce ni procesa uranio, ni tiene reservas de uranio, que EE. UU. ha pensado en crear, pero nunca lo ha hecho. Incluso en su punto máximo en 1980, EE. UU. solo pudo producir el 40% de las varillas nucleares necesarias para su industria de energía nuclear. Como resultado, Rusia, Kazajstán y Uzbekistán proporcionan alrededor del 50 % del uranio para la industria de EE. UU., y Rusia representa alrededor del 20 % de las necesidades de uranio de EE. UU. En 2021, EE. UU. importó uranio enriquecido e isótopos radiactivos de Rusia por valor de 670 millones de dólares.
La dependencia de EE.UU. del uranio ruso creció en gran parte porque la tecnología soviética de enriquecimiento centrífugo era casi 10 veces más eficiente energéticamente que la desarrollada en EE.UU., de ahí el menor costo de las varillas nucleares.
En 1993, Rusia y los Estados Unidos firmaron el acuerdo de compra de uranio altamente enriquecido de 20 años, también conocido como Programa de megatones a megavatios (también llamado acuerdo Gore-Chernomyrdin, por los nombres de sus signatarios), que preveía la conversión comercial de uranio altamente enriquecido uranio en uranio de bajo enriquecimiento con el fin de producir combustible para las plantas de energía nuclear de EE. UU. por empresas de la industria nuclear rusa. El acuerdo estipulaba que, como parte del desarme nuclear anunciado por las dos partes, se utilizarían 500 toneladas de antiguo uranio apto para armas (es decir, 20.000 antiguas ojivas nucleares rusas) para barras de combustible de reactores. Estados Unidos quería agregar la misma cantidad. En realidad, simplemente esperaba desarmar a Rusia con sus propias manos y obtener una buena ganancia, mientras obtenía combustible nuclear casi gratuito.
Sergey Kiriyenko, cuando era director de Rosatom, dijo una vez que una de cada diez bombillas en los EE. UU. se quema con energía derivada del uranio ruso. Durante los 10 años del Programa de megatones a megavatios, Rusia envió a los EE. UU. 14.440.000 toneladas de uranio reprocesado de 500 toneladas de relleno de ojivas nucleares anteriores. Se utilizó para generar más de 7 billones de kWh de electricidad en las plantas de energía nuclear de EE. UU., que es, por cierto, casi siete veces la producción anual total de Rusia (en 2021, por ejemplo, Rusia produjo 1,13 billones de kWh de electricidad). Aunque el Programa Megatons to Megawatts expiró en 2013, Rusia continuó exportando varillas nucleares a los EE. UU., aunque desde entonces no ha utilizado ojivas antiguas como materia prima.
La situación crítica actual en los EE. UU. en términos de suministro de combustible para las centrales nucleares de los EE. UU. obliga particularmente a Washington a estimular las oportunidades para el enriquecimiento de uranio en su territorio. No será posible reemplazar los suministros de Rusia con fuentes de ningún otro país, informó el Washington Examiner, citando a la secretaria adjunta de Energía de los Estados Unidos, Kathryn Hoff. En este sentido, ya en junio, los congresistas republicanos estadounidenses Dan Newhouse y August Pfluger propusieron reconocer el uranio como materia prima estratégica. En su nota explicativa, los congresistas señalaron que EE. UU. actualmente depende de Rusia y sus aliados para el suministro de uranio, que es una materia prima crítica para varios sectores de la economía de EE. UU., incluida la energía y la atención médica. Mientras tanto, los legisladores señalan que son las políticas desacertadas de la administración Biden las que han agravado significativamente la grave situación energética actual del país al permitir que gobiernos extranjeros, incluso competidores estratégicos como Venezuela, China e Irán, dominen la industria energética y obliguen a la gente a depender de las costosas importaciones en lugar de la producción nacional.
The Hill ha expresado anteriormente su preocupación de que los suministros de uranio enriquecido de Rusia podrían cortarse. Según la publicación, tal medida conduciría al cierre de la mayoría de las unidades de energía en las centrales nucleares de EE. UU. y al colapso de todo el sistema energético del país. Mientras tanto, los medios estadounidenses, en su frenesí rusofóbico, han estado asustando a sus audiencias con la noticia de que Rusia podría infligir un daño sustancial a los Estados Unidos al reducir a la mitad sus suministros de combustible nuclear. Esto, a su vez, podría desencadenar un aumento inmediato y muy pronunciado de los precios de la electricidad en los EE. UU., lo que podría ser un golpe muy serio para los estadounidenses y la economía estadounidense debido al aumento de los precios del petróleo y el gas debido a la política de sanciones de Washington.
Esta intimidación por parte del hombre del saco ruso es bastante notable considerando las acciones de los propios EE. UU., que el 8 de marzo impuso una prohibición a las importaciones de energía de Rusia: petróleo y productos derivados del petróleo, GNL y carbón. El uranio ruso no ha sido sancionado, claramente debido a las preocupaciones de la Casa Blanca de que la seguridad energética de Estados Unidos depende directamente del uranio ruso.
Por cierto, en medio de la intensificación de Washington de la histeria de las sanciones ilegales contra Rusia, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, dijo el 21 de marzo que el gobierno ruso estaba considerando la cuestión de prohibir los suministros de uranio a los EE. UU. en respuesta a la política rusofóbica de Washington y el embargo sobre los recursos energéticos rusos…