El Grupo de Puebla, organización integrada por figuras políticas progresistas latinoamericanas, solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA) que "convalide los resultados electorales" de las presidenciales de Bolivia y que "declare la legitimidad de la elección" del dimitido mandatario Evo Morales.
En un comunicado firmado por 17 personas, entre ellos los expresidentes Rafael Correa, Dilma Rousseff y Ernesto Samper, se calificó de "apresurada e intencionada" la declaración de la OEA donde se concluyó que Morales había ganado de manera irregular y evitado una segunda vuelta, al no conseguir el 10 % de diferencia necesaria con su competidor más cercano.
Del mismo modo, pide al organismo americano "aclarar de forma inmediata" los elementos que arrojaron un supuesto fraude en los comicios, que han sido cuestionados recientemente en un estudio independiente.
En el texto se manifiesta que en el estudio titulado '¿Los cambios en los votos tardíos indican fraude? Evidencia de Bolivia', donde participaron los investigadores Nicolás Idrobo, Dorothy Kronick y Francisco Rodríguez, "la OEA no ofreció evidencias de fraude en las elecciones".
Llamado a la OEA
En este comunicado, los firmantes catalogan de "repudiables" las "acciones cometidas por la OEA" contra Bolivia y dicen que si se llega a comprobar la "discrecionalidad" de los resultados de su auditoría a las elecciones del pasado 20 de octubre, se podría "presumir que el organismo multilateral fue cómplice del derrocamiento de un gobierno democrático".
El Grupo de Puebla pide al bloque americano "aclarar de forma inmediata" los métodos utilizados y que una comisión independiente a la Secretaría General de la OEA, presidida por Luis Almagro, opositor al Gobierno del dimitido Morales, "se encargue de reestablecer la legitimidad democrática en Bolivia".
Del mismo modo, solicita al gobierno de facto de Jeanine Áñez "entregar inmediatamente el poder del Estado", ante el "retraso sistemático e inexplicable de las elecciones" en ese país.
Nuevo estudio descartó que hubiera el fraude electoral de Evo Morales en Bolivia que denunció la OEA
Una investigación independiente cuestiona el informe hecho por la OEA sobre las elecciones del 20 de octubre de 2019 en Bolivia, y lo consideran “defectuoso”.
En un reportaje que analizó los resultados de las elecciones de octubre de 2019 anuladas en Bolivia, el diario estadounidense The New York Times descubrió que el estudio con el que la Organización de Estados Americanos (OEA) desahució los comicios y sugirió anularlos “era deficiente”. Antes, otro estudio había considerado “profundamente defectuosas” las conclusiones del trabajo del organismo.
En concreto, los investigadores han observado que la conclusión a la que llegó la OEA de que los votos a favor de Evo Morales aumentaron inexplicablemente una vez que el conteo se reanudó, estuvo basada en datos incorrectos y técnicas estadísticas inapropiadas.
“Examinamos detenidamente la evidencia estadística de la OEA y hallamos problemas con sus métodos. Una vez que corregimos esos problemas, los resultados de la OEA desaparecen, sin dejar evidencia estadística de fraude”, explicó el economista y coautor del informe Francisco Rodríguez, en declaraciones recogidas por NYT.
El análisis del organismo internacional, sirvió de base y de coartada a los opositores del entonces presidente Evo Morales que perpetraron el golpe en Bolivia y que se saldó con la renuncia del mandatario indígena.
Este no es el primer estudio que pone en duda lo señalado por la OEA. En marzo, el también diario estadounidense The Washington Post publicó un estudio del Massachusetts Institute of Technology, que estableció que “no encontró ninguna razón para sospechar fraude” en las elecciones de noviembre.
El 10 de noviembre de 2019 la OEA publicó un apurado informe preliminar de la auditoría en el que afirmaba que Morales no pudo haber alcanzado los votos suficientes para ganar en la primera vuelta y reclamaba que se repita las elecciones. A pesar de la falta de respaldo para la afirmación de la OEA, Morales accedió al pedido y propuso convocar a nuevos comicios, pero la estrategia golpista ya estaba lanzada.
Ese mismo 10 de noviembre la cúpula militar salió a exigir públicamente la renuncia de Morales. El mandatario anunció su salida del poder para “evitar derramamiento de sangre” y partió al exilio, primero en México y luego en Argentina donde reside actualmente.
Bolivia se prepara para celebrar nuevas elecciones generales, las cuales fueron postergadas para el 6 de septiembre próximo por la crisis sanitaria generada por la pandemia del coronavirus.
De acuerdo con las más recientes encuestas, el exministro de Economía, Luis Arce, candidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS), partido liderado por el depuesto Morales, encabeza las preferencias electorales de cara a las votaciones de septiembre.