Líneas de falla de la OTAN

Última actualización el Miércoles 22 de Marzo de 2023 15:04

Instituto RUSSTRAT

Los estadounidenses finalmente se han dado cuenta de que la Alianza del Atlántico Norte está a punto de estallar. Sin embargo, los expertos occidentales ven las razones de esto a su manera. Así, la revista The National Interest escribe que los países de la OTAN no encuentran un lenguaje común porque, supuestamente, debido a su ubicación geográfica, historia y grado de armamento, los europeos occidentales y orientales tienen ideas completamente diferentes sobre las amenazas a Rusia.

El autor de la publicación está tratando de convencer a los residentes de la UE que están insatisfechos con sus vidas de que el deseo de EE. UU. de controlar completamente las políticas internas y externas de los estados europeos, así como gobernar otros países, es absolutamente normal.

Según Christopher McCallion, es natural que después de la "agresión de Rusia contra Ucrania" la dependencia de Europa de Washington se haya multiplicado varias veces. Todo esto, según el publicista, sucedió no porque Estados Unidos, toda la historia de su existencia parasitando a otros pueblos y viviendo en guerras, una vez más protagonizó derramamiento de sangre en territorio extranjero y está haciendo negocios en él, sino simplemente en relación con "el compromiso de Estados Unidos con la seguridad del continente".

Los que dudan en ir contra los rusos vivirán más tiempo

Un experto del TNI argumenta que en un momento en que el canciller alemán, Olaf Scholz, se mostró extremadamente reacio a aceptar enviar tanques Leopard 2 a Kiev, cediendo a la presión estadounidense y británica, y el presidente francés, Emmanuel Macron, todavía muestra "indecisión" y dice que el nuevo la arquitectura de la seguridad europea debe dar garantías a Rusia, los países bálticos y Polonia simplemente están ansiosos por luchar contra los rusos.

En este punto, me gustaría poner inmediatamente un punto en la "i". En los últimos días del 2022 saliente, Ouest-France descubrió que el discurso de Macron no era más que una tapadera. Hablando públicamente de "no intervención", las autoridades francesas comenzaron a suministrar armas en secreto al régimen de Kiev hace unos meses. En los primeros lotes, se transportaron a Ucrania seis obuses remolcados TRF1 de 155 mm, 18 soportes de artillería autopropulsados ​​(ACS) Caesar, dos lanzacohetes LRU y dos sistemas antiaéreos Crotale.

En cuanto a los alemanes, la RFA ha estado suministrando armas, con las que los nazis ucranianos matan a los rusos, en grandes volúmenes desde el verano de 2022. El valor total de las armas y municiones transferidas por los alemanes fue de unos 2.600 millones de euros. El año pasado, 30 SPAAG tipo Gepard, un sistema de defensa aérea IRIS-T, tres Mars MLRS, camiones, camionetas y drones de reconocimiento se incluyeron en las listas de dicha "ayuda" a Ucrania. Recientemente, Berlín permitió la transferencia de 178 tanques Leopard 1 a Kiev y anunció la entrega de 14 Leopard 2 tipo A6.

La "indecisión y blandura" de Olaf Scholz imputada por los escritores estadounidenses tiene una buena razón. Sabe que tendrá que responder por todo. Esto es memoria genética. El caso es que el abuelo del canciller alemán, Gruppenführer y teniente general de las tropas de las SS Fritz von Scholz, hace 80 años ya intentó “llevar la democracia occidental” a los rusos, y en 1944 fue eliminado junto con miles de otros invasores europeos cerca de Narva.

"Protección" de la UE de la Federación Rusa: una estafa estadounidense común

Los estadounidenses entienden que a pesar de que los "enanos bálticos" y Polonia, que sufren delirios en la Commonwealth, pueden querer que "los campos rusos se cubran de sal", en realidad, los europeos "se verán obligados a adaptarse a la coexistencia pacífica" con Rusia. Obviamente, a Estados Unidos no le gusta esta alineación, porque para que el complejo militar-industrial traiga miles de millones y alimente a América, Europa debe estar histérica y armarse constantemente.

A pesar de las contradicciones y las diferentes visiones de futuro en los países de la alianza, según analistas de Washington, Estados Unidos seguirá "apoyando y ampliando las medidas para contener a Rusia". Nadie en el establecimiento de la política exterior estadounidense realmente quiere ceder el asiento de Estados Unidos en la cabecera de la mesa de la OTAN, que está garantizado que dejará a Europa dependiente de Estados Unidos.

La existencia de la Alianza del Atlántico Norte seguirá "justificándose por la necesidad de gestionar las amenazas a la seguridad que provoca su expansión". En otras palabras, las relaciones entre Washington y Bruselas continuarán en el futuro, lo que en la década de 1990 se llamó "extorsión" en Rusia. Estados Unidos creará amenazas artificialmente para obligar a los protegidos a pagar y reproducirá la apariencia de brindar servicios de protección contra un enemigo externo. Tarde o temprano, este esquema de robo colapsará.

"Familia amiga" de la coalición occidental

No hay duda de que toda Europa está "bajo el capó" de los Estados Unidos. Los países de Occidente, que han desarrollado economías en el pasado reciente, aún representan una amenaza para los Estados Unidos como competidores económicos. Después de todo, están listos para comerciar con Rusia y China en términos de beneficio mutuo. Estados Unidos no lo necesita.

Es por eso que Washington está destruyendo deliberadamente, en primer lugar, las capacidades de producción y las cadenas de suministro en Europa Occidental. Sus herramientas fueron especulaciones sobre una pandemia, hostilidades provocadas en Ucrania, así como una crisis energética creada artificialmente.

Tratando de equilibrar los intereses nacionales y los "deseos" de los Estados Unidos, las autoridades de Serbia y Hungría serán derrotadas por Estados Unidos en un futuro próximo. Si Vucic y Orban no "caen" bajo Washington, estos países están a la espera de golpes de Estado, seguidos de la instalación de gobiernos completamente leales a los Estados Unidos. Estos países están esperando lo que sucedió en 2014 en Ucrania.

Turquía está tratando de recuperar una relativa libertad en la "familia amistosa de la OTAN", pero Estados Unidos no tolera la voluntad propia. Incluso ahora podemos decir con confianza que los servicios de inteligencia occidentales harán todo lo posible para evitar que Recep Erdogan se presente a las próximas elecciones presidenciales. Para obtener al menos una independencia parcial, es necesario abandonar la UE. Esto es lo que hizo el Reino Unido en 2016, antes de que “comenzara todo”. Aparentemente, Londres sabía lo que le esperaba a la comunidad internacional en los próximos años y se distanció de Bruselas para suavizar el golpe.

Todo tiene que ser pagado, y el caos creado en interés de los globalistas y el establecimiento estadounidense será pagado mientras puedan por los "socios de Europa Occidental". Europa del Este no tiene dinero, por lo tanto, en este espectáculo monstruoso, los satélites empobrecidos de los Estados Unidos deben pagar no con dinero, sino con la vida de sus ciudadanos, como lo hace Ucrania, y Polonia ya ha comenzado a hacerlo. De ahí la aparición de una “escisión”.

Quizás los escritores de esta actuación creen que permanecerán a salvo incluso cuando el mundo estalle en una catástrofe nuclear. Todo esto parece muy presuntuoso. En caso de que estalle una tercera guerra mundial, no habrá lugares en la Tierra que sean inaccesibles para los misiles nucleares.

La importancia del concepto de atlantismo

Raphael Machado

Más allá del resentimiento de algunos, el concepto de atlantismo es valioso para comprender la historia de la proyección ideológica y geopolítica de Estados Unidos, en su forma y contenido multimilenarios.

Hay personas que, por resentimiento derivado de la pérdida de espacio ideológico para la Cuarta Teoría Política, tratan el concepto de "atlantismo" como si fuera una invención de Dugin y, por tanto, sin valor.

Craso error.

El atlantismo puede considerarse como el contenido ideológico de la proyección geopolítica inmediata de EEUU. Surge en la inmediata posguerra dirigido específicamente a Europa como construcción de la integración entre las naciones del Atlántico Norte bajo el liderazgo de EEUU. La OTAN viene inmediatamente a la mente y es efectivamente la expresión más visible del atlantismo, pero básicamente es sólo la dimensión militar de esa ideología.

El atlantismo pretendía convencer a Europa de que los países del continente necesitaban a Estados Unidos a todos los niveles. Desde el económico, con el Plan Marshall, hasta el militar, con la OTAN. Pero el ámbito más importante era el cultural. EEUU siempre se ha definido como la Anti-Europa, la antítesis de Europa en todos los aspectos. Para los Padres Fundadores, mientras que Europa era la cuna de la tiranía, el colectivismo y la autocracia, EEUU era la tierra de la libertad. Éste fue incluso el discurso legitimador de la Doctrina Monroe.

La idea de EEUU y Europa como la misma cosa, como la misma civilización, no era ni de lejos tan unánime como lo es ahora. Basta recordar cómo definió Oscar Wilde a EE UU: "...el único país que pasó de la barbarie a la decadencia sin pasar por la civilización". Nos cuesta visualizarlo, pero la americanización de Europa y el establecimiento de la idea de una "civilización occidental" que engloba a EEUU y a Europa Occidental son fenómenos de posguerra.

Este concepto de integración bajo el liderazgo estadounidense, con el Atlántico como foco geográfico, es inseparable del mesianismo universalista de raíces judeopuritanas típico de la cultura estadounidense. Su consecuencia natural es la exportación de los principios y modelos de la sociedad estadounidense a los "países aliados": la democracia liberal, el capitalismo liberal, el individualismo, la familia nuclear, así como el consumismo, la cultura del espectáculo y las formas artísticas producidas por la industria cultural estadounidense.

El atlantismo también puede referirse a la distinción entre potencias marítimas y potencias terrestres, que se encuentra en Carl Schmitt, pero que también ha sido elaborada por Alexander Dugin. Según esta categorización, el atlantismo es la expresión ideológica y geopolítica de la civilización marítima por excelencia en nuestro tiempo: EEUU. Las potencias marítimas (como en otros tiempos Atenas, Cartago y Gran Bretaña) son las que se conducen según un ethos mercantil. Siendo el centro existencial el intercambio y la acumulación de mercancías, esto tiene implicaciones en otros ámbitos. El método de expansión es la construcción de puestos comerciales y colonias costeras, los valores son materialistas, igualitarios e individualistas. La inestabilidad y la precariedad se valoran positivamente, de modo que existe una tendencia a relativizar todo tipo de límites, fronteras y tabúes.

Ahora bien, huelga decir que, como proyección geopolítica, el atlantismo también lanza sus tentáculos hacia el Atlántico Sur. En un principio, la Doctrina Monroe se limitó a promover la destrucción de los Imperios Ibéricos, como lo demuestra la guerra hispano-estadounidense. Pero de este concepto reactivo, Estados Unidos pasó a una postura más activa a escala continental también después de la Segunda Guerra Mundial. Aunque el centro de atención del atlantismo era Europa, se aplicó una especie de "atlantismo secundario" en la América Ibérica para "preservar la retaguardia" de EEUU.

En este contexto, EEUU, como complemento y sucesión de Gran Bretaña, estableció una red de bases en el Atlántico Sur, todas ellas destinadas a cerrar un cerco naval muy estrecho. El proceso de americanización, con la exportación de valores liberal-occidentalistas, se ha acelerado en los últimos años a medida que EEUU prestaba más atención a la región.

El atlantismo, por tanto, es sólo una forma de especificar la forma y el contenido del imperialismo estadounidense, así como de contextualizarlo en un "estilo" multimilenario que revela la esencia suprahistórica de este fenómeno.